Caracas, 30 de diciembre de 2018. "Culpable soy yo", decía hace tiempo El Puma en una canción, estaba equivocado, es que no había leído esta nota.
El culpable siempre es el otro o la otra, eso es así.
Culpable, tu papá porque no hablaba o porque hablaba mucho o tu mamá que te consentía demasiado o que ni siquiera te miraba, ellos son los culpables.
Culpable el tiempo, las condiciones atmosféricas, las distancias, los derrumbes en la carreteras, el puente que se cayó, la lluvia, un incendio, el avión, el autobús, el carro, algo, siempre por fuera de uno, culpable la vida que es así.
Los amigos que lo influenciaban mal, el cigarro, la caña, el juego, las mujeres que lo seducían o los hombres que le volvían la cabeza un ocho, la ambición desmedida o la falta de ella, el culpable afuera, siempre afuera, los otros y las otras pues.
Atención: que no se nos olvide, hay que echarle la culpa al otro, a los amigos y las amigas, a los del barrio, a los del taller, los del colegio o la fábrica, a los gringos, a los rusos o a los chinos, a los árabes o a los judíos, son los trabajadores los culpables, no, son los empresarios capitalistas explotadores, echarle la culpa a los que estén de moda, mucho cuidado, no nos equivoquemos, culpable el otro, siempre.
Y por supuesto el mayor culpable, el gobierno, los ministros, el burócrata, el servidor público, la secretaria, el portero y el mayor de todos el Presidente de la República, aunque él le eche la culpa a los demás, a la guerra económica, por ejemplo y sea el mayor culpable para nosotros, a alguien hay que asignarle la culpa, aunque seamos nosotros los que le hemos elegido.
Hay que activar la creatividad y trasladar hacia el otro la culpa de nuestros males que jamás es nuestra, por supuesto que no, sino pregúntenle a..., mejor no le preguntemos a nadie, no vaya a ser que nos echen la culpa de sus males.
Esa capacidad de traslación no deja de asombrarnos, le pasamos la culpa al otro con una suavidad sorprendente, nunca somos culpables y si lo somos no tenemos la culpa.
Fueron las circunstancias las culpables.
Probablemente los antropólogos le echen la culpa a nuestra herencia de valores, a la cultura, a nuestras tradiciones, a nuestra cosmovisión, a nuestra forma de ser y los analistas, politólogos al orden internacional, los curas al pecado y otros al karma, a lo que sea, siempre que sea de otro la carga de nuestras responsabilidades. La culpa es del otro.
La Otredad, la gran aliada de los que no tenemos la culpa de nada.
Venezuela, Feliz Año.