Un balance del movimiento de rebelión negra en los Estados Unidos

En la línea de Memoria Histórica se considera necesario el balance de las luchas libradas por los diferentes pueblos del mundo y en particular, los de Nuestramérica. Casi todo lo que ha acontecido en el “mundo desarrollado” nos toca tarde o temprano, aún con nuestros destiempos. Las rebeliones armadas e intelectuales de los últimos años de la década de los cincuenta y en todos los años sesenta, en concreto las del Partido Pantera Negra, inauguraron la aparición de las luchas de las minorías. Se empezó con el movimiento negro, le siguió el movimiento de liberación femenina, (mal llamado “de minorías”). Hoy en Latinoamérica, no sólo se han incorporado importantes movimientos como el de los Pueblos Originarios Indígenas, sino que para cualquier proceso de revisión y construcción económico-social levantan la mano, buscando inclusión, las minorías más disímiles. ¿Qué sucedió con estos movimientos genéricos?, ¿Cómo operó la cooptación del Estado?, ¿Qué mecanismos lograron asimilarlos?, ¿Qué ideas quedaron para el porvenir?. Estas son algunas de las conclusiones de un trabajo más amplio sobre el Poder Negro, que queremos compartir con ustedes, para ver de qué nos sirve en el momento actual.

Se podría caracterizar estos movimientos como nacionalistas, sobre todo por su identificación consigo mismos, aún dentro de un gran conglomerado diverso. Ellos parten de reivindicaciones primarias que luego van adquiriendo mayor complejidad en la medida en que sus dirigentes van logrando una mayor visión de conjunto.

El Movimiento del Poder Negro fue una especie de “percutor” para que otras minorías étnicas, sociales y sexistas se lanzaran a la lucha. Así, las mujeres, los grupos latinos y asiáticos son la continuidad del “proceso” iniciado por el movimiento negro. La sociedad que se percibía como negra o blanca se considera ahora como los quienes tienen y los que no tienen, ampliándose el abanico hacia blancos pobres, hispanos y asiáticos.

El nacionalismo cultural, reflexión de estos movimientos, ha logrado otras consideraciones extendiéndose hacia lo que ahora denominan la “memoria genética” o gen cultural, planteándose el problema de manera más complicada. A su vez, la sociedad estadounidense tuvo que recapacitar y empezó a hablar de universidades de transición. Una educación de tipo inclusivo, con ideas multiculturales donde colocan como relieve las ideas y experiencias compartidas por los estadounidenses de todos los orígenes, además, plantean la revisión de los criterios eurocentristas, el pluralismo en la educación, etc. Esta reorientación de la política cultural de EUA, buscó corregir el criterio de nación unificada, intentando sembrar conciencia de las ventajas de esta diversidad, aún con el uniforme que el mercado acuña.

La lucha del Poder Negro inauguró la posibilidad de una reflexión más amplia, ya no se ve el monolitismo estadounidense, ni el imposible cambio social en el imperio, sino que allí, en esa gran diversidad, existen tendencias que luchan por un porvenir distinto o por lo menos se solidarizan con las luchas de los pueblos. El Poder Negro demostró que podía existir un grito de rebeldía y esperanza en las entrañas del monstruo. La caracterización de la gran complejidad de esta sociedad implicó para el Poder Negro una constante revisión y creatividad en cuanto a categorías y maneras de ver esta realidad; por ello su discurso heterogéneo y cambiante.

También se explica la confusión de los inicios de este Movimiento por su influencia directa con otros movimientos y tendencias que dominaban el momento histórico. Estas tendencias externas tenían a su vez las mismas o partes de esas contradicciones que se reflejaron en la actuación del Poder Negro.

Como un logro del Movimiento cabe destacar la identificación que tuvieron sobre sí mismos, la elevación de la autoestima del negro, base que sirvió para el fortalecimiento de otros movimientos.



Uno de los aportes importantes del Movimiento se sitúa en la valoración del hecho cultural como elemento de movilización social. Hoy las luchas ideológicas van acompañadas inseparablemente de este elemento vital para los pueblos; incluso el multiculturismo a pasado a ser, para algunas personas, el sustituto del marxismo.

El Movimiento negro permitió derrumbar, o por lo menos poner en duda, algunos mitos de la sociedad estadounidense como son: el mito a “la libertad, como bien libre al alcance de todos”, el mito de “el éxito individual y las ilimitadas posibilidades que tiene la sociedad de los EE.UU.”, el mito de la clase media “como uniforme general en USA”. Hoy sabemos que la pobreza en Norteamérica es más blanca que negra, pero es desproporcionada y discriminatoriamente negra. El mito de la excepcionalidad de los Estados Unidos como “una sociedad sin clases”, la idea del monolitismo cultural o crisol de razas, el mito del apoliticismo estudiantil. Todos ellos fueron relativos cuando emergieron o se manifestaron fuerzas diferentes a las dominantes.

El Movimiento negro avizoró para Latinoamérica y el mundo, el reavivamiento étnico. La experiencia de Yugoslavia, el levantamiento étnico en Chiapas, Centroamérica, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia etc., dan constancia de cómo este elemento determina, en algunos sitios, las luchas de hoy. Estas precisiones sobre la identidad, las memorias colectivas, “los genes culturales”, siguen siendo banderas para grupos minoritarios internos que estiman que las minorías raciales y étnicas ni son parte de la cultura de EUA ni deben tratar de serlo, aún cuando otros autores opinan lo contrario.

Es importante valorar cómo el movimiento negro de los EE.UU. precisó conceptos, categorías y estilos que para el momento significaban una innovación que chocaba con los criterios clásicos. Conformaron un híbrido en cuanto a la mezcla de nacionalismo negro y militancia revolucionaria; mixtura que por lo demás no parece muy contradictoria. Intentaron reivindicar al lumpemproletariado, lo cual suena escandaloso para algunos oídos. Particularizaron elementos de la llamada nueva clase obrera estadounidense. En su lucha incorporaron la nueva categoría de “colonia interna”. Ideológicamente unieron en una amalgama a todos los clásicos del marxismo con otros no tan marxistas y los contemporanizaron sin definirse concretamente por ninguno de ellos. Es decir, aplicaron de manera acertada una máxima latinoamericana: “Todos los métodos y ningún método: he ahí el método”.



En el movimiento intelectual negro se valoriza la categoría de proceso. Por ello, en su creatividad y búsqueda de nuevos estilos y nuevas precisiones teóricas, si bien confundían Partido con Movimiento, frentes de liberación con bloque de clases explotadas, liberación con socialismo etc. Su proceso les permitió ir madurando conceptualmente, y a la vez, lograron comprender, que solos no lograrían transformaciones importantes. Parten del negro pero en su avance, lograron abarcar al blanco, determinando que es más importante la lucha contra la explotación que la sobrevaloración del elemento racial.

Algunos elementos que permiten comprender por qué el movimiento negro no logró avanzar más podrían sintetizarse de la siguiente manera:

A) Incapacidad por caracterizar la gran variedad y complejidad de la sociedad norteamericana. Oscilaron entre revolución y reforma con definiciones nacionalistas, y opciones de integración, minoría étnica, nación negra, control comunal, regreso a África, construcción de un poder paralelo o vía capitalista, como salidas. Es decir, aún como minoría predominaba, por sus diferentes intereses, una visión caleidoscópica de la realidad, (que era la de cada grupo o individualidad). La traba fue teórica y sin teoría no hay transformación.

B) La gran capacidad de la maquinaria institucional estadounidense para eliminar los “peligros” de las culturas minoritarias y radicales mediante su asimilación a la funcionalidad oficial. La maquinaria del capitalismo moderno absorbe y comercializa estilos de vida que antes eran presentados como contracultura en antítesis de la cultura oficial. El capitalismo absorbió mediante la creación de mercancías este tipo de rebeldía (Franelas del Black Power, afiches sugestivos con logos del Poder negro, el slogan: the black is beautiful, etc.), con el fin de preservar sus propias instituciones. El movimiento negro pierde así los elementos de autenticidad y resistencia desde el punto de vista cultural.

C) El capitalismo permite ciertos juegos anti-sistema, de ahí la frase de Jefferson: “la necesidad de una revolución de vez en cuando”, ello para permitir el desahogo, el drenaje en función del equilibrio, luego aplica todo su poder de “convencimiento”; las partes cansadas, desmoralizadas o nihilistas, vuelven a la pasividad.

D) La poca o ninguna consistencia clasista de la clase obrera estadounidense. No hay movimiento revolucionario sin una clase auténticamente revolucionaria. Se comparta o no, existe la idea generalizada en los EE.UU. de que no existen las clases o que todos son clase media. Por ello la idea que tiene el pueblo sobre lo que él mismo “es”constituye un elemento importante de la realidad social por muy inexacta que sea esta idea. Se actúa en la práctica por “imaginarios”, y esto tiene consecuencias tangibles.

E) La mecanización de la producción, la presencia de élites de trabajadores o “aristocracia laboral”, la dinámica de la movilidad social y a la vez geográfica, no da a la clase obrera norteamericana tiempo para descubrir su sentido de identidad y de injusticia común, mucho menos conciencia de clase para sí.

F) Otro elemento digno de mencionar como distractor social, es la cultura del automóvil imperante en Norteamérica. Poseer un auto espacioso, acondicionado y de altas cilindradas crea una sensación de libertad, de confort, de “independencia de vuelo” en un “horizonte sin fronteras ni barreras”, reforzando más el individualismo y la alienación.

Las rebeliones negras avizoraron la agudización de la situación de miseria de las minorías negras, los negros en zonas de pobreza extrema aumentaron en 104% entre 1970 y 1980. En términos laborales, cuando los negros lograron acceder a los empleos de los blancos estos habían desaparecido por la descentralización y la automatización industrial de la llamada “Era posindustrial”. En épocas más actuales, disminuyó entre los negros la educación como medida de valor y de poder, teniendo más interés en actividades que le reparan una vida más fácil y una mayor fuente de poder adquisitivo, como la droga.

Los destinos del Movimiento negro fueron: la división, la integración, la captación religiósa del Islam negro y la desaparición por la represión.


pompiliosanteliz@hotmail.com


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Rafael Pompilio Santeliz

Doctor en Historia. Profesor de la UBV. Trovador, compositor y conferencista. Militante de la izquierda insurreccional desde el año 1963. Presidente de Proyecto Sueños Venezuela en el estado Miranda y Vicepresidente de la Fundación Gulima, Radio comunitaria en San Antonio de los Altos.

 pompiliosanteliz@hotmail.com

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