Ayer vimos como el ministro Alì Rodríguez Araque y el propio gobernador de Anzoátegui, Tarek W Saab, denunciaban las acciones de sabotaje cometidas en ese estado, otras regiones del país y también en el este de la capital, contra diversos equipos e instalaciones eléctricas, por quienes como ya sabemos, continúan empeñados en la vía rápida o marcha sin retorno.
El caso es que estos actos criminales, han obligado al gobierno bolivariano a militarizar los espacios y recintos donde se encuentran ubicadas las sub estaciones eléctricas y otros equipos, con la finalidad de garantizar el servicio, así como la tranquilidad de la población; al tiempo que se anunció la apertura de las investigaciones correspondientes, que permitan establecer las responsabilidades del caso y la aplicación de las sanciones correspondientes.
Como parte de la campaña de guerra emprendida por el partido Globovisión, vemos como a través de su programación habitual, se desestima la denuncia de sabotaje, responsabilizando al gobierno por la falla del servicio, sin mayor argumento, que la opinión sesgada de los “sesudos analistas” a los que este canal acude cada vez que se les acaba la lista de los nefastos de siempre, y que el conductor o animador del espacio, utilizando el argot beisbolistico, se las pone bombita, para que descarguen todo el swing en contra de las empresas eléctricas y nuestro proceso bolivariano, anunciando nuevamente la catástrofe y el inevitable apagón total y definitivo.
Como ya lo hemos expresado, el guión de la obra dirigida por estos vende patria, continúa su ejecución rumbo al 26S, saboteo parejo, terrorismo mediático y del otro también. Lo primero planificado incluso desde dentro de las empresas del sector eléctrico, como ocurrió en el pasado reciente con el paro sabotaje en la vieja PDVSA; es decir, direccionado por personal infiltrado, lo segundo, el terrorismo mediático, que se exacerba cada vez más, con la campaña necrofilica que vemos en la mayoría de los medios impresos, con el Nazional a la cabeza, el cual parece ya la versión estándar de la crónica policial; y el otro, es decir el terrorismo, que podría materializarse en graves acciones y aún más contundentes, las cuales tendrían lugar pocos días antes y después de la elecciones del 26.
Estos hechos vandálicos, sólo expresan la desesperación de saber, que no cuentan con la mayoría de votos que les permita manejar la Asamblea Nacional al ritmo y medida de sus ambiciones, para la consecución de su único objetivo: salir de Chávez.
Aplicar la vía rápida o marcha sin retorno, sigue siendo su plan.
No pasarán. Somos mayoría, somos alegría.
El pueblo pa’ la Asamblea!
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