¡Que vaina con esta guerrilla colombiana!

Por lo general y siempre que sucede alguna circunstancia anormal que en nada benefician la lucha armada en el vecino país, la gente se pregunta, -¿para qué sirve, la guerrilla colombiana? Y por supuesto siempre habrá una respuesta de acuerdo al reacomodo en que esté ubicado el o, la respondiente, pero a pesar de ello, los guerrilleros de la FALN-EP y del ELN, unos más que otros, pero al igual ellos siguen en la selva colombiana: -¿haciendo qué? Es otra disyuntiva que no deja resultados tangibles a quienes se esmeran en averiguar y entender el desarrollo de esa implicación en que una parte de la población colombiana a sabiendas que cada día se hace más difícil la victoria contra otra parte del pueblo legalmente armado y respaldado con dólares y en mejores condiciones con las armas y la técnica de la logística yanqui que actualmente asesora con todos sus medios informáticos y satelitales el buen avance de las Fuerzas Armadas colombianas que cada vez que quieren darle un duro golpe a los paisanos lo hace y, así sucedió con el “Mono Jojoy” con “Marulanda o Tirofijo” y ahora cae abatido “Alonso Cano –paz a sus restos y, mejor lucha donde sea que esté ahora-.

Y amén de los muchos que están guardando silencio en las cárceles del régimen colombiano que ahora con el presidente Juan Manuel Santos como sucesor de Uribe Vélez deben de estar gozando un imperio con el trofeo que acaban de lograr en las montañas colombianas que para ellos es un “bandido” más de acuerdo al lenguaje que utilizan para dirigirse a ese conjunto de personas que continúan con esa actividad que ellos deben tener bien claro hacia dónde van con una ofensiva que hace tiempo que dejó de producir frutos en busca de la paz entre hermanos dentro de esa guerra asimétrica que, más bien les ha endilgado el nombre de “terroristas” que se maneja a nivel mundial dentro de muchos gobiernos de derecha y ultraderecha con los gringos en la delantera.

Quien ha perdido indiscutible con ese “estado de actividades a distancia” como guerra ha sido Colombia, la quien siempre llorará enlutada: la cantidad de desaparecidos de ambos bandos. El destrozo ambiental a su Territorio. El aumento de laboratorios de la producción de drogas como narcóticos, además de cocaína y mariguana, las que fortalecen el Norte como el mejor mercado del mundo entre otros que deja buenos dividendos a las mafias enquistadas de tales beneficios y, bases militares de EEUU en la región colombiana y algunas cerca de la frontera con Venezuela que, pasan de siete en su ubicación además, de los asesores yanquis que hurgan con habilidad dentro de la política de los medios de comunicación social nacional e internacional dentro de la “canalla” y, en toda la geopolítica que implique confrontaciones con sus vecinos como pasó con el proyanqui Uribe Vélez que se encargó de “armar de correos y entrevistas” computadoras de presuntos guerrilleros atestada de toda la información macabra que involucrara a líderes y personeros de otros Estados cercanos y todo bien simulado para “enjuiciar o tratar de perjudicarlos” con la insólita alcahuetería de los gringos, quienes después en sus ruedas de prensa en la Casa Blanca se encargarían de manifestar y sopesar a su voluntad y capricho el visto bueno comprometedor y de beneficio a la vez para el presidente colombiano de turno y, así esa cadena de infamia recorría el mundo a favor de los injustos gobernantes que querían envolvernos en una guerra entre hermanos, donde el Papaupa del planeta los salvaría y con la arrogancia que los envuelve como malvados, serían los salvadores en corregir las posibles afrentas de algún país revolucionario en componenda o en auxilio o convivencia con los “terroristas” colombianos.

Y lo más preocupante que ha desplazado a miles de personas de la población de esa nación al perder sus tierras, sus casas, sus enseres, su dignidad, su pasado, su presente y su futuro fue la llegada de los paramilitares sanguinarios, salidos de las tropas del ejército de las Fuerzas Armadas de ese país que con toda la complicidad de los últimos gobiernos que han dirigido a ese Estado, mancharon sus manos de sangre de niños de ancianos de jóvenes –hombres y mujeres- y acabaron con su pasatiempo de vivir en paz y para mayor desgracia llegó el “bandido” de Uribe Vélez con su paranoia de presidente entreguista y le metió la peor chuzada que colombiano como pueblo alguno pudo recibir y, ese bárbaro acabo con la dignidad y la justicia social que ningún pueblo se merece como maldición catastrófica de siglos que jamás la desamparará como el mayor estrago político-económico-social de su historia como la hija predilecta del libertador, para que ese vándalo como guiñapo cultural de malas intenciones la crucificara con sus “falsos positivos” que implantó durante su servil gobierno y que todavía tiene el cínico desplante de andar suelto después de tantas atrocidades cometidas –verdad, amigo XYZ- que eso duele y pesa como un aro al cuello en cualquier país del mundo que haya una o, un colombiano huyendo y cargando con las penas ajenas de esa bestia humana que debe estar tras las rejas de la justicia como un verdugo con toda la ira acumulada de un pueblo que tiene y tuvo sus muertos enterrados en fosas comunes y, nuevamente pierde de un combatiente que tiene en el mayor regocijo informático a la plana mayor del gobierno de Santos lleno de felicidad y muerto de risa por la hazaña de quitarle la vida al que fungía como jefe rebelde, pero nunca es tarde para conseguir “atajos” que acerquen a la paz al gran pueblo colombiano y, no hay que dejar de recordar que entre Santos y Uribe Vélez no hay distancia política -quizás los métodos usados- como buen neoliberal colombiano formado en USA: no encajen con el otro más frontal y, Santos es una de las cartas imperial de Obama en Latinoamérica como lo fue Uribe Vélez de Bush en el pasado.



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Esteban Rojas


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