Es muy lamentable las proyecciones de algunos Estados en cuanto al sistema de seguridad pública y existe una sola realidad como repuesta ante la ola de crímenes existentes, avalado al desvío de funciones de algunos funcionarios que prefieren montar alcabalas falsas que prestarle la debida corrección a la ciudadanía. Hay una pérdida de liderazgo, como la no integración a los planes de seguridad del Dibise. Obvian algunos directores policiales y gobernadores que el recurso más importante es el pueblo, que viene asumiendo conciencia de estar alejado de los vicios e integrarse al empleo, vecindario como políticas del gobierno central. Hay una desvirtuación del agente municipal y estadal porque se incorporan agentes provenientes de otras gendarmerías institucionales con conductas extrañas a lo normal. Existe un esfuerzo por mejorar estas instituciones, pero, observamos situaciones que dan una mala visión de estos entes municipales y nacionales.
Algo está fallando en el sistema integral de protección policial y, ahora observamos muchos agentes caídos bajo la acción del hampa, es sorprendente observar que algunos directores de organismos de seguridad pública vienen cumpliendo esas funciones desde hace más de treinta años y lo mantienen Estados, precisamente opositores al gobierno bolivariano. En la ruta de Carabobo a Lara encontramos en la vía hasta nueve alcabalas y los medios reflejan un alto índice de atracos, incidentes viales y muertos, tanto en las comunidades a lo largo de la autopista como en el casco urbano, la cuestión es de estrategias mancomunadas y la mayoría prefiere montar sus alcalbalas para presuntamente matraquear y no colocar las boletas concernientes, esto, se debe investigar, cuanto le entra al erario nacional por concepto de multas.
Mas alla de lo humano, vemos la campañas internacionales contra la inseguridad y el movimiento migratorio hacia nuestro Continente. Ahora, observamos que nuestro país es requerido por españoles y europeos que no tienen plaza de trabajo y no pueden cancelar las cuotas hipotecarias. Existe una matriz de opinión adversa hacia nuestras instituciones encargadas de la seguridad y extranjería. Por esto, debemos revisar las aspiraciones vocacionales de todo aquel que desea integrarse a estos cuerpos de seguridad social.
Hay que ir a las escuelas para sembrar en el corazón de nuestros jóvenes, aquellos valores que nos hacen ser orgullosos y venezolanista. El policía tiene que ser amigo del niño, adolescente y aquellos hombres y mujeres de la tercera edad, quitarles el miedo y que lo vean con admiración y respeto, somos humanista, gente de aprecio, dispuestos a dar amor por todo lo que nos rodea. Los nuevos policías deben ser hombres probos y ajustados a la ley, debemos desenmascarar los abusos, porque ello da paso a los actos delictivos en todos sus niveles..
Los venezolanos, deseamos transitar avenidas y calles en paz, tal como sucede en Mérida. En cada espacio físico algunos agentes municipales cuidando al pueblo sin molestarlo, igual al tránsito vehicular, solo se amonesta o castiga quien violente las leyes. Carabobo, Zulia, Táchira, Lara Y Miranda son los Estados inseguros del país. Es difícil convivir en estas entidades federales, las razones la conocemos y debemos revisar nuestras alcaldías, no es asunto de gobernaciones, sino de alcaldes también. Es una encrucijada, pero, nuestra presencia es una alternativa en la acción del poder
En Lara, revisando la prensa es dolor comprarla y leerla, las noticias de sucesos son cruentas, algunos funcionarios muertos, pero, quien les enseña estrategias urbanas de seguridad territorial. Hay que revisar los contenidos de dichas escuelas y ver quienes colocan alcabalas móviles falsas, recordemos que los funcionarios policiales trabajan ahora con la comunidad y es un deber humanizar ambas partes y no generar violencia en contra o a favor de las leyes.