Estamos a 1º de Mayo, día glorioso, de lucha de los trabajadores, de enfrentamiento al capitalismo opresor, de defensa de conquistas alcanzadas en la lucha durante 15 años de Revolución Bolivariana, de reafirmación de la derrota del golpe lento, guarimbas y terrorismo de dos meses impulsado por el imperialismo, la oligarquía y la apátrida clase media en algunos municipios burgueses.
Con la bandera en alto de la avanzada ley orgánica del trabajo promulgada por el comandante Chávez y que la burguesía explotadora quiere derogar en varios artículos. Con la satisfacción de 26 aumentos del salario mínimo en los 15 años revolucionarios, un nuevo aumento salarial decretado por el Presidente Maduro –que no fue derrocado este abril como predijo en febrero la Casandra de Dieterich– del 30% más el bono alimenticio que lo ubica en más de 5 mil bolívares mensuales. Con un escuálido 7,2% de desempleo nacional, una disminución del empleo informal que se ubica en el 35% y un incremento del empleo formal sobre el 70%.
Estar en aquellas 4 marchas, descomunales cada una y que concentraron más de un millón de trabajadores defendiendo el legado del comandante supremo Hugo Chávez, defendiendo el derecho al trabajo, a la vivienda y, sobre todo, a la victoria más reciente sobre el fascismo, la contrarrevolución y el terrorismo que desde enero comenzó y se hizo activo a partir del 12 de febrero y produjo 41 venezolanos asesinados, destrucción masiva de estaciones del Metro de Caracas, de 51 metrobuses, de instituciones como las sedes de la Fiscalía General de la República, de las sedes de ministerios como el de la Vivienda.
Ataques a 15 universidades públicas y el incendio total de la Unefa de San Cristóbal. La toma y destrucción de parte de la capital tachirense, de la ciudad de Mérida, de Maracaibo y Valencia. La destrucción de sedes de Corpoelec y Cantv, equipos, vehículos.
El incendio de centros de alimentos del pueblo como Pdval, Mercal, supermercados privados, de camiones repletos de toneladas de alimentos. La práctica de un terrorismo bárbaro, incendiario, de prácticas monstruosas como las guayas degolladoras de motorizados, la destrucción de 10 mil árboles de las ciudades y urbanizaciones tomadas para utilizarlos de barricadas e incendiarlos.
El tirar cruelmente animales vivos (perros y gatos) a las hogueras. Miles de millones de bolívares en pérdidas, afectación de trabajadores con la destrucción de sus instrumentos de trabajo. Cientos de heridos, lesionados.
Permitir la presencia de grupos mercenarios paramilitares colombianos y de otras nacionalidades dirigiendo la guerrita de la clase media. La perversa manipulación de jóvenes y adolescentes convertidos en terroristas y utilizados como carne de cañón para fines perversos y presionar el derrocamiento del Presidente Maduro. ¿Cuál va a ser el futuro de estos jóvenes cebados en la maldad, la destrucción, la piromanía y el crimen?
Contra todo eso y más es que marcharon los trabajadores venezolanos el 1º de Mayo en marcha multitudinaria. Contra las predicciones agoreras del señor Dieterich que durante las jornadas terroristas se abocó, “casualmente”, a verter sus análisis de la situación del país con planteamientos confusos, altamente ofensivos y groseros para la Revolución Bolivariana, divisionistas, desmoralizadores de nuestro pueblo. Prevalido de sus conocimientos y astucia verbal este personaje se prestó a formar parte de la conspiración poniendo su talento al servicio del golpe y tener el tupé de escribir como vaticinio que el Presidente Maduro sería derrocado en marzo y, como mucho, en abril.
¿Cómo fue posible que un personaje como este, vinculado al comandante/presidente Hugo Chávez, que recibió sus beneficios, ahora destile con arrogancia y odio su veneno contra nuestra Revolución por resentimiento, y prediga el desmoronamiento del proyecto chavista, el fin de la V República y la caída del Presidente Nicolás Maduro, precisamente en momentos en que el imperialismo, el terrorismo cubano/mayamero, el capo Álvaro Uribe y su ejército de paramilitares y la oligarquía venezolano y su “pueblo” clase media, ponen en práctica un plan golpista?
Evidentemente esa serie de trabajos de análisis chimbos no fueron en ningún modo casuales, los hechos demuestran que fueron redactados por encargo, no tuvieron nada de espontáneos, insisto en que todo sugiere que dentro de la conspiración hay un sector que no apareció, el mismo que le proporcionaba a Dieterich el “insumo” para sus venenosos e intrigantes artículos, que intentaban abonar la discordia, la división y la desmoralización en la masa chavista y bolivariana.
¿Estarían en esos sectores militares que querían dar el golpe y fueron descubiertos y presos, los militares que hablaron Borges y Patricia Poleo?
Evidentemente, esa parte del plan, concebido por las mentes tortuosas de un golpismo nacional e internacional, falló como todo el plan golpista pese al daño que causaron, y no podemos pasar por alto al hacer el análisis de todo ese proceso el papel que jugaron opinadores aviesos y canallas como Dieterich y otros que escudados en la libertad de expresión no escatimaron –y continúan su inútil labor divisionista– en escribir verdaderos bodrios porque la guerra mediática y psicológica fue una de las armas más y “mejor” utilizadas en este golpe global contra Venezuela y su pueblo que impulsa el gobierno norteamericano.
Dieterich quedó desenmascarado en Venezuela, hay que hacerlo a nivel de Latinoamérica, de aquellos sectores revolucionarios que aún puedan creer en un farsante que se pone por sus obras, acciones y escritos al lado de la derecha y la reacción imperialista pero usa un lenguaje pseudo revolucionario.