"Apoyemos la prohibición de las Corridas de Toros en Venezuela"


Tras la oportuna decisión de la Defensoría del Pueblo, en preparar un anteproyecto de ley que prohibirá la realización de las salvajes Corridas de Toros en Venezuela, no hay duda que nuestra Revolución está sacando la casta ecosocialista al valorar los derechos de los animales y defender la vida de un ser vivo humillado, acorralado y asesinado, por la típica cobardía que caracteriza a los brillantes toreros, a los ambiciosos empresarios y a la enferma sociedad civil que aplaude, grita y disfruta con el trágico sufrimiento ajeno.

Más allá de las protestas pacíficas frente a las monumentales plazas de toros para que la gente rechazara el crimen, de la recolección de firmas en las calles para obligar a que se efectuara un referendo consultivo en el país, y de las campañas informativas a través de las redes sociales para desenmascarar la perversión de la fiesta brava, sabíamos que el verdadero camino para lograr erradicar las Corridas de Toros en Venezuela, dependía de instancias públicas reglamentarias como la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia o el Ministerio de Vivienda, Hábitat y Ecosocialismo.

No obstante, es pertinente debatir un poco sobre el tema de la tauromaquia en Latinoamérica, y analizar los intentos gubernamentales que se han hecho en los últimos años para “prohibir” su práctica. Debemos aprovechar que el anteproyecto de ley todavía se halla en una fase de investigación, redacción y fogueo público, antes de ser presentado y discutido en el hemiciclo legislativo. Lo importante es evitar cualquier vacío legal, error conceptual o “inocentada” que sea rentabilizada por los fanáticos taurinos en aras de seguir honrando la muerte en nuestro país.

Deseamos de corazón que no exista “gato encerrado” en dicho estatuto legal, porque sabemos que matar jamás será un arte, un deporte o una expresión cultural que valga la pena continuar glorificando. Es consabido que la asistencia a eventos taurinos destruye la salud mental de las personas, enfatizando la intolerancia, el rencor y las ganas de venganza en el discernir de los aficionados, lo que se traduce en casos de violencia intrafamiliar en los hogares, en casos de bullying o acoso escolar en las escuelas, y en un crecimiento exponencial de la delincuencia que tiñe de rojo a las calles latinoamericanas.

El noble interés de la Revolución venezolana del siglo XXI en querer abolir las Corridas de Toros, nos llena de alegría, orgullo y satisfacción, pensando en el quinto objetivo histórico del plan de la Patria, que prioriza la Ecología como un aspecto clave para reorientar nuestra interacción con el Medio Ambiente y con la biodiversidad global.

Sin embargo, no hay mayor amenaza para la paz de los animales, que los maquiavélicos empresarios taurinos. Son la auténtica basura que enluta los aires de rebelión en nuestros pueblos. Ellos tienen billetes de sobra para convertir una irrefutable prohibición ajustada a la ley, en un incuestionable Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es una triste realidad que demuestra la miseria espiritual de los analfabetos empresarios taurinos, quienes viven sobornando a los gobiernos y a sus funcionarios de turno, con el único propósito de preservar la tauromaquia en sus países. Lo peor, es que siempre se salen con la suya, y NO queremos que ese círculo vicioso ocurra en Venezuela, pues estamos a punto de conseguir un sueño casi utópico a favor de los derechos de los animales.

Hagamos un poco de historia. En el año 2010 se aprobó en Nicaragua la “Ley de bienestar animal” que prohibía las Corridas de Toros sangrientas en suelo nicaragüense, y sancionaba a cualquier persona natural o jurídica que las organizara. Pero lamentablemente, esa ley NO terminó aboliendo las corridas, ya que la gente continúa asistiendo a las plazas de Toros para observar en primera fila la chocante diversión taurina. La única diferencia, es que al toro le colocan una almohadilla que lo protege de los afilados pinchazos que recibe en manos del torero o rejoneador, y por ende, no se comete “explícitamente” el maltrato animal. Surge la interrogante ¿Fue esa ley una genuina prohibición digna de ser ensalzada? El toro sigue siendo humillado frente a la multitud, sigue siendo visto como un objeto de entretenimiento para la muchedumbre, y sigue siendo una clarísima muestra de las verdades a medias que se decretan con rango y fuerza de ley.

De igual manera, en el año 2011 se dio a conocer que Ecuador haría un referendo consultivo para prohibir las Corridas de Toros. La medida fue impulsada por el Ejecutivo ecuatoriano que estaba totalmente en contra de promover la Tauromaquia. Aunque en principio, la pregunta del referendo buscaba saber si los habitantes estaban a favor o en contra de las corridas, la interrogante fue modificada a última hora por la siguiente consulta ¿Está usted de acuerdo que en el cantón de su domicilio se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal? Pese a que la gente respaldó la prohibición, las corridas de toros se siguen desarrollando en Ecuador. La única diferencia, es que no matan al toro en el ruedo frente a los morbosos espectadores, pues el animal es sacrificado a puerta cerrada en el corral.

Recientemente, la Corte Constitucional colombiana ratificó el retorno de las Corridas de Toros a Bogotá, invalidando el veto que se encontraba vigente desde el año 2012. Más increíble aún, fue la situación visualizada en San Luis Potosí (México), donde una iniciativa para prohibir las corridas de toros en el año 2013, estuvo a punto de ser aprobada por el Congreso del estado mexicano, pero a causa de “faltas de ortografía” en el documento final entregado por la comisión de Ecología, no pudo entrar en sesión, quedando fuera del debate y más tarde rechazada categóricamente por los congresistas.

Una vez más, los empresarios taurinos se encargaron de comprar la ética y la moral de los más débiles, para que la tauromaquia vuelva a vestirse de gala en el cielo nocturno. Ellos siempre están maquinando una nueva artimaña legal que admita lo inadmisible. Se dedican a gestionar ordenanzas municipales para “blindar” los eventos taurinos con la complicidad de los alcaldes y los gobernadores. Por eso, los venezolanos debemos ser cuidadosos ante esas piltrafas humanas de cuello blanco, que clavan las banderillas en mancomunidad con los medios de comunicación privados y son financiados por grupos de poder extranjeros, para mantener en pie la brutal infraestructura taurina que jamás acepta un NO como respuesta.

Sería muy doloroso que la fiesta brava en Venezuela siga asesinando a mansalva con las balas de la impunidad, aprovechando algún bache legal que ostente el anteproyecto de ley elaborado por la Defensoría del Pueblo. La prohibición de las Corridas de Toros no debe prestarse a malas interpretaciones, ya que podríamos caer en el mismo libertinaje constitucional de Nicaragua, Ecuador, México o Colombia. Los fanáticos de la Tauromaquia siempre intentan manipular a la ciudadanía venezolana, asegurando que la abolición de las corridas afectará al sector productivo nacional, por el elevado pago de impuestos que representa montar el despiadado evento taurino, y debido a que algunos compatriotas se valen del ingreso económico producto de esa desgracia para salir adelante, pues malditos sean quienes reciben dinero ensangrentado y se llenan los bolsillos a costa de agredir, mutilar y asesinar a otro ser vivo.

Es enfermizo apreciar que en estados como Zulia, Aragua, Carabobo, Táchira o Mérida, se practique la Tauromaquia para celebrar fiestas patronales que endiosan la exagerada agresión física en contra de un indefenso animal. ¿De verdad los santos y las vírgenes aprueban las Corridas de Toros y disfrutan cortando rabo y oreja? Por fortuna, cada vez son menos los ignorantes que drenan sus frustraciones personales, formando parte de una legendaria tradición española llena de borracheras, chistes vulgares y animosidades.

Más del 80% de los venezolanos repudia la práctica de la Tauromaquia, porque entendieron que es insano regocijarse viendo la tortura que padece un animal en agonía. Es un asunto que goza del consenso público, sin importar la tendencia política de los individuos. Una gran cantidad de venezolanos, coincide en que las monumentales plazas de toros deben ser el centro de actividades recreacionales, donde la familia y sobre todo los niños, puedan gozar de obras teatrales infantiles, conciertos sin fines de lucro, clases de bailoterapia, juegos deportivos escolares, vendimias populares y demás eventos de usufructo colectivo, en los que NO exista la crueldad hacia la vida de los animales.

Desde nuestro cibermedio Ekologia.com.ve pretendemos abrir senderos de luz pacifista en la oscuridad taciturna del planeta. Es vital que los animalistas salgamos a las calles del tricolor patrio, para que nuestros familiares, amigos, vecinos, colegas del trabajo y todo el pueblo venezolano, apoye la prohibición de las corridas de toros en el país. Así, evitaremos que la empresa taurina genere campañas de desinformación en el seno de la población, con el objetivo de confundir y desestabilizar la armonía holística del territorio criollo.

Ojalá y Venezuela realmente prohíba las Corridas de Toros, y no deje que las sanguijuelas del negocio taurino conspiren con sus maletines dolarizados, para que los diputados no levanten el brazo en el frío del parlamento. El escollo no sólo abarca a las corridas, sino a otros terribles espectáculos como los toros coleados, los circos con animales, las peleas de perros y gallos, las carreras de caballos, y demás aberraciones en las que se abusa de la vida de un ser vivo.

El desafío será que la ley se cumpla, y no quede olvidada en un numerito de la gaceta oficial, como tristemente ocurrió con la Ley para la protección de la fauna Doméstica, Libre y en Cautiverio. Esperamos que la espada de Bolívar ilumine el texto del anteproyecto de ley, para que sea claro y directo al prohibir las corridas de toros en Venezuela.


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Carlos Fermín

Licenciado en Comunicación Social, mención Periodismo Impreso, LUZ. Ekologia.com.ve es su cibermedio ecológico en la Web.

 carlosfermin123@hotmail.com      @ecocidios

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