Y nacieron los paramilitarólogos en Venezuela

Franz Hinkelamert escribió que los conservadores tienen algo de revolucionarios y los revolucionarios tienen algo de conservadores. Pero esta ecuación del primer ganador del  premio Libertador al pensamiento crítico otorgado en nuestro país se queda corta, pues da tristeza al conocer qué tanto tienen de fascistas algunos personajes que se ubican en el campo revolucionario.

Proponer “la deportación de colombianos indocumentados” como lo hizo Miguel Espinoza en Aporrea,  (Ver: Paramilitarismo y desestabilización en Venezuela: http://www.aporrea.org/actualidad/a207954.html) no es más que una muestra del lamentable tratamiento al tema de los paramilitares y de los colombianos en Venezuela. Ha sido un tratamiento mediocre, irresponsable, peligroso, politiquero, oportunista y lleno de lugares comunes. Se agotan los adjetivos.

Mediocre por que no responden a un proceso sistemático de investigación social y mucho menos indagando la historia y los procesos judiciales, donde seguro hay más pistas. Irresponsable porque etiqueta y señala a todos  los colombianos como potenciales paramilitares. Esto es peligroso porque además de reforzar el chovinismo que tanto combatió Hugo Chávez, no deja entender y enfrentar el demonio que nos está amenazando. Politiquero y oportunista porque así como hay un uso político de bandas delincuenciales hay un uso político del tema, y como muchos otros, se convierten en temas de moda sin ningún fondo, lleno de lugares comunes porque repiten como loros lo que se dice en conversaciones de café y cerveza.

No menos lamentable fue el panfleto titulado “SEBIN busca desarticular organizaciones paramilitares en barrios de Caracas”,(también publicado en Aporrea: http://www.aporrea.org/actualidad/n270660.html). Allí no se tuvo límites en el ridículo al punto de subtitular “Cómo se reconoce a un paramilitar colombiano”. Aunque aquí no hay espacio para refutar cada uno de los ítems del listado, sí habría que decir que esos requisitos los cumple cualquier poblador colombiano urbano y excluido, de los miles que llegan a Venezuela y que, según el gobierno nacional, aquí acogemos con los brazos abiertos para brindarles oportunidades negadas por la oligarquía colombiana. Resulta una paradoja que miles de estos hombres y mujeres han llegados a nuestro país  huyendo del horror paramilitar en Colombia, y que por el tratamiento irresponsable y mediocre de ciertos opinadores de oficio, se vean re-victimizados y  amenazados con la deportación, obligados a esconderse en el país que se supone les ofrece refugio.

Pero a juzgar por los paramilitarologos, esto sería hipocresía, pues la verdad, se está etiquetando a los colombianos: a colombiano=paramilitar, como en algún momento se etiquetó a pobre=ladrón. Otra de las fabulosas propuestas de Espinoza fue “Orientar a la población venezolana para que denuncie el asentamiento de personas extrañas en su comunidad”. Léase extrañas según el listado de “Cómo se reconoce a un paramilitar colombiano”: justo lo que creó Álvaro Uribe Vélez cuando orientó la creación de la red de informantes. Y ya la historia está contando que pasó con esa súper idea que Espinoza copia del narco paramilitar Uribe.

Valdría la pena que alguien publicara “Cómo identificar a un paramilitar venezolano”. En ese sentido resultó más serio el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela, Gustavo González López, al señalar a la elite económica venezolana como la principal responsable de financiar y organizar el paramilitarismo en el país. Es necesario darle un alto a la matriz de opinión según la cual de Colombia vienen todos nuestros males. No es posible que los mercenarios que quieren recuperar el poder para la oligarquía venezolana y los gringos, emprendan acciones en nuestro territorio, si aquí no hay quien inicie y sostenga el proceso. El caso Daktari así lo demuestra. Lorent Saleh es un venezolano, aunque no cumpla con los requisitos de “Cómo se reconoce un paramilitar colombiano”. Es un mercenario venezolano: tonto, pero mercenario venezolano.

Pongámonos serios y serias con éste tema. Se subestimó por varios años. Ahora no por madrugar se llega más temprano. No se trata del primero que lo diga, al que primero publique. El ministro González denuncia el asesinato de más de 200 campesinos en Venezuela. ¿paramilitares colombianos? No. Ganaderos y empresarios venezolanos contratando mercenarios venezolanos. ¿Quién asesinó al cacique yukpa Sabino Romero? ¿Paramilitares colombianos? No. Asesinos venezolanos.   

 

anais.lopez22@gmail.com

 



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