No sabemos más que buscar y aferrarnos a
la verdad, exista o no exista. En el fondo no es la verdad lo que
buscamos, lo que buscamos es darle sentido a nuestras vidas.
La verdad, so pena de dominar y exterminar pueblos...amén de la peste de la superioridad y
usufructos económicos.
Valga
aquellos en creerse propietarios de la verdad, los herederos de ella,
que portan la patente y franquicia de la verdad, de la lógica, la
moral,
la justicia, la libertad, la democracia, la estética, de Dios, el amor, la espiritualidad y la razón, como en el caso de los dogmas religiosos y algunos intelectuales,
La verdad no existe, o no la sabemos, lo que existen son las verdades, tampoco existe la lógica lo que existe son las lógicas, la política sino las políticas, la moral sino las morales.
La verdad absoluta es también vanidad, mezquindad, glotonería, comodidad, refugio y atraso humano de creer que todo lo sabe por el dote de pensar. Quizás la verdad sea propio del hecho mismo de pensar, pero a su vez aniquila el pensamiento. No veo nada más ajeno a la dialéctica que la verdad. La verdad es la muerte del pensamiento, la libertad y la justicia.
Pudriera estar en un pegoste de contradicción, y evoco a J. Jacques Rousseau, quien veía las contradicciones como efervescente flujo de la vida. Los nihilistas irían más lejos, manifestando que las contradicciones son interpretaciones y construcciones humanas. Matizaré con aquel judío alemán: la conciencia de las cosas.
Las verdades nos acerca más al pensamiento, a ese eterno movimiento de la vida, nos hace más homo sapiens. El escenario de las verdades, es complicado, pero el sentido de la verdad absoluta es maldita, salvaje, miserable y trágica, tragedia quizás sin posibilidades de alguna consecuencia enriquecedora.
Divorciar el pensamiento de la verdad, no confundamos el zapatero con el zapato, dirían otros. Pensar es éter de análisis, reflexión, calculo, noción, aprendizaje y libertad.
Ahora en el plano público, en la administración de la polis, en el espacio común, la verdad debe pasar al universo privado. No se trata de oponerse a la verdad, sino que nadie debe imponer su verdad. Necio puede parecerme aquel terrícola que dice ser representante de Dios...pero es su derecho de creerlo y así sentirlo siempre cuando sea en su tribuna privada.
Frente a la administración de la polis más que la verdad y las verdades lo que debe prevalecer es la justicia social: el combate contra la hambruna, la igualdad de derechos, atención, cuando hablo de igualdad no es que debo ser igual a los otros y viceversa. Somos diferentes, pero nadie superior a nadie. Es la igualdad frente a las diferencias.
Viva aquel que piensa diferente a mí, las grandes sociedades son aquellas que viven sobre las bases del debate. En el contrario también puedo desafiar mi sanidad humana.
Ante las verdades, es, ante todo, es el respeto a la condición humana lo que más me mueve. Nadie es más sagrado que nadie en la polis, sean negros, blancos, ricos, pobres, homosexuales, toxicómanos, trabajadoras, trabajadores sexuales, ateos, teístas, agnósticos, politeístas, judíos, cristianos, musulmanes, budistas, masones, derecha, izquierda, anarquistas etc.
El clamor es por la condición humana, y nada más, es decir cualquiera sea su creencia, es la persona humana a la que hay que proteger, todos tenemos derecho a la alimentación, salud, educación, trabajo, vivienda, seguridad, libertad, identidad nacional y cultural. Ante la polis, ningún pensante opuesto el uno del otro debe estar exento de estas necesidades.
Sí somos diferentes y eso no es el problema, en lo sumo eso es riqueza, el problema es brutalidad del segregacionismo y la praxis del apartheid entre la especie humana.
Israel, aparte de ser un Estado colonial, fabricado en 1948 en la Palestina Histórica por europeos. Se funda que a través del segregacionismo JURÍDICO, es decir, un Estado exclusivo y únicamente para los profesantes de la religión judía. Ahora hablamos de un Estado colonial, segregacionista y además con fines de limpieza étnica contra aquel que no es judío. El fraude, el fiasco que encontramos aquí es que este Estado de limpieza étnica, es escoltado por el nuevo clero del mundo contemporáneo secular: los intelectuales y académicos, debido a que el humano no es aún lo que importa, es el que impone su verdad lo que importa.