El diario de Oscar Heck – el 14 de septiembre del 2024

NOTA: Esto lo escribí entre del 2 y 5 de la madrugada cuando me desperté después de haberme dormido unas 4 horas después de la pesca. Debe ser el movimiento del mar que me genera un cansancio extremo, pero no un cansancio malo, sino sabroso. Lo que leerán aquí abajo, sale de mi cerebro al despertar, o sea, me expreso a mi estilo, hablándome a mí mismo, sin censura.

Ayer fui a pescar y me caí de una piedra al mar, pero sobreviví, otra vez. Gracias a Dios como dicen aquí en Venezuela. El mar estaba furioso. No pesqué ni uno solo pescado. Como dice mi esposa, fuiste a darle de comer a los peces, ja, ja, ja.

Y así fue.

Bueno.

Se me ocurrió algo mientras pescaba, antes de caerme al agua.

Es que, cuando voy a pescar, no cargo mi teléfono, precisamente en caso de que me caiga al mar, como me paso ayer, sin embargo, normalmente lo cargo conmigo todo el tiempo, así como todos, y pensé:

¿Por qué debo cargar mi teléfono conmigo, especialmente sabiendo que las fuerzas policiales y de inteligencia del actual gobierno de Venezuela --- que están por todos lados todo el tiempo intimidándonos --- me lo pueden quitar para chequear mis mensajes en WhatsApp, TikTok, y X, y con eso joderme y acusarme de odio, o de traición a la patria, meterme preso, torturarme, y asesinarme?

Entonces, me respondí a mí mismo, y me dije, mira tonto, tú sabes que tienes que cargar el teléfono contigo todo el tiempo para hacer pagos móviles porque tu maldita tarjeta de débito (el punto como dicen aquí) a menudo no funciona porque la plataforma de tu maldito banco se cae siempre a la mierda (así me hablo a mí mismo), especialmente cuando se va la CDM luz, y ya que tú, siendo el pensionado de mierda que eres, y tonto también porque así nos tratan esos HDP, jamás tienes suficiente dinero en efectivo en tu bolsillo, entonces, la única manera de pagar tus cosas --- con el dinero que te mandan desde el exterior para no morir (mendigo tú) ---, es de pagar vía el pago móvil, lo cual requiere tener un teléfono, ¿entiendes?, entonces tú debes cargar tu teléfono contigo siempre, bueno, excepto cuando vas de pesca, en caso que te caigas al mar.

Y me respondí, ah, verdad, por eso debo cargar mi teléfono.

Y después me dije, ah, por eso toda la gente carga sus teléfonos con ellos también, verdad, sí señor, tienes razón.

Y enseguida se me ocurrió, CDM, y el actual presidente de Venezuela también lo sabe, perfectamente, ¿verdad?, o sea, al intimidarnos y chantajearnos con esas totalmente estúpidas y miserables acusaciones de odio o traición a la patria a raíz de tener contenidos en contra del actual presidente de Venezuela en nuestras redes sociales (en nuestros teléfonos), el actual presidente de Venezuela nos tiene agarrados por las bolas, o por el cuello, o por el culo, así me hablo a mí mismo.

Y entonces me vino a la cabeza, esos HDPs.

Y pensé:

Así como el actual presidente de Venezuela y su gobierno tienen censuradas o bloqueadas absolutamente todas las noticias, y TikTok, y X, y no sé qué más, para que nadie sepa nada, y para que nadie pueda compartir ideas o informaciones y noticias locales, ellos también nos tienen censurados a nivel personal.

CDM.

Así me lo dije.

Y es cuando mi cerebro cambió de idioma, y me dije en inglés, “goddam fucking rats,” y en francés quebecois (un francés que se hablaba hace 500 años atrás en Francia y que todavía se usa, pero solamente en Quebec), “osti d’tabarnak de sacrament d’colisse de saint ciboire de criss de marde.”

No les voy a traducir eso, pero me imagino que aun sin que ustedes busquen las traducciones en el internet, entenderán a qué me refiero y cómo me siento al ser amedrentado injustamente e injustificablemente por un montón de abusadores.

Pensé:

¿Y entonces?

¿Qué debemos hacer nosotros el 70% de la población que estamos en contra del actual presidente de Venezuela y su gente para no ser acusados de odio o de traición a la patria ---  o de otras estupideces parecidas --- y ser encarcelados, torturados, o asesinados por las fuerzas policiales y de inteligencia de este gobierno, como en el tiempo de los Nazis?

Bueno, mi respuesta a mí mismo fue:

Vamos todos a pescar todo el tiempo, y punto.

Saben, de vivir bajo este tipo de chantaje y amedrentamiento psicológico y emocional planificado y sistematizado, es como vivir con un psicópata o con un montón de psicópatas, es el infierno, y, si nosotros seguimos permitiendo que este gobierno siga así, abusando de su poder y utilizándolo deliberadamente contra nosotros la mayoría de la población, tendremos todos que tener en nuestras casas, escuelas, y oficinas altares cubiertos de velas marcadas con la inscripción “NMM es Dios” rodeando una estatua de oro falso del actual presidente de Venezuela, so pena de ser enviados al infierno por blasfemia.

Y pensé, CDM, no puede ser.

Es que, así me hablo a mí mismo.

Pero después pensé, no te preocupes pana (como dicen aquí en Venezuela), no tenemos nada más que perder de todas maneras, ni tampoco tenemos que preocuparnos por pecar, no señor, porque ya estamos en el infierno.

Si uno peca en el infierno, ¿A dónde te van a mandar?



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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