Credito: UN |
II
El prólogo del trabajo de recopilación, rigurosamente ajustado a la verdad, sin ningún tipo de manipulación, en base a lo que publicaron y expresaron editorialmente los medios durante los acontecimientos, es del periodista y parlamentario Earle Herrera, quien escribe lo siguiente: "Este es un libro del silencio, sobre el silencio, contra el silencio. También contra la invisibilidad y contra el olvido. Sobre todo frente a aquellos que, desde la impostura y la apropiación mediática de la verdad histórica, hicieron suya la consigna `prohibido olvidar’". Este libro también va dirigido a quitarle las comillas a esa consigna, como ya se las borró el pueblo venezolano en jornadas memorables de lucha y sacrificio.
En efecto, se trata de un libro "para que nadie olvide" la miserable conjura urdida contra el estado de derecho y la democracia en ese tiempo de desprecio. Se trata de una referencia directa, cruda, inapelable, de lo que entonces sucedió. De los siniestros personajes que participaron en aquel asalto a la Constitución.
III
¿Por qué la importancia de este material? Porque ante él no hay excusa posible de los responsables. Los actores, justamente por la aventura mediática que les sirvió para armar y dar el golpe, quedaron atrapados en imágenes, titulares, editoriales y declaraciones. Su autoinculpación es evidente. Ya que no son los testimonios de terceros, o de simples referencias, sino de la prueba plena ante la que no hay alegato posible. Es el recuento día a día de la artera maniobra, las reuniones de los conjurados, la convocatoria al paro del 2 de abril de 2002 por 24 horas, destacado con júbilo por El Nacional, El Universal y otros. Es el llamado a un paro de 48 horas como un paso más en la escalada, con despliegue completo en los medios. Es el diario Tal Cual calificando el proceso golpista de "rebelión civil" el miércoles 10 de abril, y es 2001 exaltando en nota editorial la figura de Pedro Carmona ese mismo día. Es el comentario con firma responsable llamando "nuevos héroes" a Cisneros, Granier, Zuloaga, Petrica, Cuzcó, Ferreres, Bardasano; la apología editorial de El Nacional titulada "Jornada de Rebeldías", y la Iglesia felicitando a la sociedad civil y a los medios por la huelga general indefinida. El 11A El Universal abre a toda página con el título "Conflicto Total", mientras que El Nacional, en edición extra, se deleita pronosticando los trágicos acontecimientos de esa tarde con el famoso titular de la ignominia: "La batalla final será en Miraflores", al mismo tiempo que Fedecámaras refrenda el llamado a huelga general indefinida. El viernes 12 estalla la euforia de los medios golpistas que el libro registra con rigor: "¡SE ACABÓ!", es el titular de El Universal y la información de que Carmona es presidente y los nombres de algunos integrantes del nuevo gabinete: Cecilia Sosa, vicepresidenta; Alfredo Peña, Interior; Guaicaipuro Lameda, Planificación; Maxim Ross, Finanzas; Blyde, Justicia; Borges, Secretaría; Quirós Corradi, Energía; Giusti, Pdvsa; Maíz Vallenilla, Educación; Calderón Berti, Exteriores; Molina Tamayo, Defensa. Mientras tanto, Petkoff, con sorna, en nota de primera en Tal Cual, exclama, "CHAO HUGO", y el diario Abril de los De Armas publica la mancheta "¡Viva la Libertad!". Material importante del libro es la lista completa de los "Carmona firmantes" -con Cardenal y demás yerbas-; la agenda que se halló en Miraflores; las propuestas de nombres para diferentes cargos y la publicación de textos como "La sociedad civil saluda el renacimiento de la República de Venezuela", firmado por conocidos periodistas de oposición que manifiestan que "la sociedad civil reconoce la legitimidad democrática del nuevo presidente provisional de la República, doctor Pedro Carmona Estanga".
IV
Los testimonios de la infamia se acumulan a lo largo del libro.
La vileza de la información, el cinismo de los promotores de la aventura y la manipulación de los hechos, provoca nausea. Pero lo que más molesta de esta singular recopilación, basada en fuentes directas, de irrecusable veracidad, es el caradurismo de los actores: detrás de cada medio hay un dueño, un inspirador. La forma como éstos se involucraron confirma su condición de operadores de excepción en la trama conspirativa. Y la manera como luego se lavaron las manos, lo negaron todo y rehuyeron la responsabilidad en los hechos, es antológica.
El libro es de obligatoria lectura y relectura. Abre las puertas a la verdad verdadera y, sobre todo, pone de relieve la catadura moral de los actores: la simulación y doblez de que son capaces. Porque todos los involucrados en ese atentado contra las instituciones democráticas confirman, con sus actuaciones de hoy día, que siguen pensando igual y que aguardan la ocasión para repetir el zarpazo.
Son los mismos que, de nuevo, se mueven en la trastienda y niegan -como ya lo hicieron entonces- todo cuanto traman.
Basta leer Los Documentos del Golpe para identificarlos. Para identificar nombres y maneras de actuar.
jvrangelv@yahoo.es