Semana Santa de misas y sermones con las siete palabras de por medio, pasó de largo, trajinada de velas y velones que ardieron de tradición al igual que los Judas políticos de la oposición venezolana, imitación de golpistas que enfurecidos un 11 y 12 de abril del año 2002, recibieron su 13 sin decreto de Carmona Estanca, donde eliminando sin compasión, ni legalidad toda luz de democracia que alumbrara al País y, nos dejaba en una oscuridad total que les permitía llevar adelante toda clase de desmanes que, todavía sería su refugio de calamidades y destrozos morales sin fin, estaríamos hundidos de pies a cabeza en cualquier recodo del camino de males de años. Atorados sufriríamos de miserias extremas con una inflación a millón, sin dirección alguna de convivencia fraternal por la justicia social que nos socorriera sin remordimientos, ni venganzas a ultranzas de una vida ciudadana en paz que, conciliara sueños con realidades de misiones y, demás pertinencias de la sensibilidad humana.
Los golpistas de aquéllos días como pájaros de mal agüero volaron temprano, pues, el pueblo olfateo con sabiduría de siglos para actuar en vigilia y resguardo a sus luchas tradicionales, navegando con buen viento hacia su futuro, salió a las calles a defender lo suyo y, a vociferar con fuerza desmedida la consolidación de su democracia SXXI, no la tradicional a la IV-R, de la que los malos recuerdos le saturaban de inconformidades y, a sabiendas que era la misma de ese ayer que se hacía del poder fácilmente, batalló con las armas de la razón creadora hasta echarlos a sus escondrijos de donde nunca debieron salir a destrozar esperanzas y, ocultar realidades mediáticas con un afán reprochable de toda civilidad institucional, donde tirios y troyanos cargaron con su culpa sin perdón.
La realidad del pensamiento progresista pudo más que la sinrazón del odio y de la bajeza planificada y, las olas de la racionalidad se opusieron con firmeza, dándonos motivos para sostener el apoyo de las mayorías que sin llegar a una guerra sin cuartel, nos trajo el motivo y, las circunstancias de acatar las políticas del Gobierno en contra de una oposición transfuga sinvergüenza y bien comprometida con las órdenes que volaron del imperio encubierto de disfraz burlesco.
A siete años de su hazaña golpista, los que una vez, se lanzaron en busca del poder sin ganarlo en las urnas electorales, y se lo consiguieron en la calle a su gusto y manera para su disfrute, pero, jamás imaginaron que los esperaba el 13 de abril de 2002 y, desde ese día la mayoría de ellos, unos dentro y otros fuera del País, siguen muertos de risa y, pidiéndole peras al horno que les dé una segunda oportunidad que se les deshiela en el tiempo de las maldades efímeras y, sueñan y seguirán soñando con Miraflores sin Chávez.
Paz a los caídos de esos días del mes de abril de 2002 y, pundonor a los hombres y mujeres que defendieron con gallardía, entereza y valor, la Patria para seguir siendo libres en democracia revolucionaria venezolana.
Mientras, seguimos esperando por la red de la justicia del Poder Judicial que acabe con la impunidad dentro del ámbito venezolano.
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