Al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela: Sr. Hugo Chávez Frías

Es con enorme preocupación que nos dirigimos a Usted, frente a los sangrientos acontecimientos ocurridos en territorio indígena de la Serra de Perijá, estado de Zulia, República Bolivariana de Venezuela. Es un hecho histórico, Señor Presidente, que en las últimas décadas la insurgencia indígena se viene constituyendo en la principal fuente de resistencia a la nueva onda de expropiación en curso que busca apropiarse de los territorios que aún están bajo el dominio de los pueblos indígenas, afrodescendientes y de diferentes campesinos (pescadores, montañeros, Pueblos de la Selva (Chico Mendes), entre tantos otros).

Los pueblos indígenas, Señor Presidente, son una fuente de inspiración para todos nosotros por su lucha de 500 años por la preservación de sus territorios sin los que, sus culturas, quedan reducidas a un lujo exótico para la explotación turística. Sabemos cómo nuestros recursos naturales vienen siendo objeto de la codicia del imperialismo y también por un colonialismo interno que reproduce, al interior de nuestros países, las mismas pretensiones de desalojo de los pueblos indígenas so pretexto de un desarrollismo que, más allá de eso, ha sido responsable de la devastación del medio ambiente y por la exclusión social.

Lo que viene ocurriendo en la Sierra de Perijá no es una novedad en la historia de resistencia de 500 años de los pueblos indígenas: grupos no-indígenas de hacendados, ganaderos, mineros, además de funcionarios del Estado, buscan dividir a los pueblos indígenas para debilitarlos y de esta forma, introducir en sus territorios un modelo societario en base a la propiedad privada y en principios liberales individualistas cuyo resultado, históricamente, ha sido la miseria y la devastación. No debemos olvidar, Señor Presidente, que el derecho indígena es un derecho originario y, por tanto, tiene precedencia sobre cualquier otro que pueda ser invocado. Siendo así, el reconocimiento de la territorialidad del pueblo Yukpa, con sus prácticas de uso comunitario y colectivo de todas las fuentes de vida – plantas, animales, suelo, aire y agua – debe ser respetada, evitándose su parcelamiento entre propietarios privados, con todas las implicaciones que esto trae de estímulo a prácticas individualistas y anti-comunitarias.

En los años ochenta, la misma incomprensión de la lucha indígena, en el caso de los Miskitos, llevó a la Revolución Sandinista (1979-1989) a un innecesario desgaste, toda vez del apoyo que los Miskitos dieron a la Revolución en contra de la dictadura de Somoza. En Venezuela, Señor Presidente, fue grande la esperanza indígena de que sus territorios serían, finalmente, demarcados. Su cercanía a Evo Morales, quien ha sido objeto de una intensa campaña de carácter racista, nos lleva a creer que una política coherente con la política externa también pueda ser practicada en territorio nacional. Em este caso, Señor Presidente, debemos ser claros en distinguirnos de los sucesos ocurridos recientemente en la Amazonia peruana, cuando decenas de indígenas fueran asesinados por una política colonial-desarrollista del neoliberal Alan García.

Es por esta razón Señor Presidente que, nosotros intelectuales y personalidades que acompañamos con simpatía la Revolución Bolivariana, acudimos a Usted para pedirle que tome en sus manos las riendas de lo que viene ocurriendo en la región de la Sierra de Perijá, comenzando por el respeto a la vida del Cacique Sabino Romero y, sobre todo, tomando en serio las reivindicaciones de las organizaciones sociales que vienen dando apoyo a la causa de los indios Yukpa, ellas son:

    1.- Concretar El pago de las bienhechurías de las haciendas recuperadas (demanda recurrente de las comunidades Yukpa y orden presidencial desde agosto de 2008), como exigencia esencial para generar un ambiente de seguridad y confianza que pueda dar paso a la demarcación.

    2.- Inclusión efectiva de las autoridades ancestrales y tradicionales del Pueblo Yukpa em la toma de decisiones de los asuntos que les afecten más directamente como pueblo, de conformidad con el derecho Yukpa y la legislación indigenista vigente. El Estado debe incluir el protagonismo indígena en todo el proceso de demarcación, en particular, en el proceso de su planificación.

    3.- Reformular los procedimientos para la consulta pública. En el caso Yukpa, la consulta debe ser comunidad por comunidad y cumpliendo el principio de la información previa, libre y de buena fe. Los documentos importantes del proceso de demarcación deben ser traducidos al idioma Yukpa.

    4.- Garantizar que la demarcación cumpla con los criterios de “Tierras saneadas: sin hacendados ni minas”, que ha sido la solicitud expresa y permanente de las comunidades Yukpa. 

    5.- La destitución de todos los funcionarios del Estado involucrados en este proceso,  porque su orientación está contribuyendo al conflicto y no a su solución. 

Seguros de su receptividad, Señor Presidente, no sólo suscribimos esta carta, sino que nos ponemos a su disposición para contribuir al pleno éxito de la Revolución bolivariana, sobre todo, para incorporar la defensa del derecho originario de los pueblos indígenas a sus tierras, condición sine qua non para que su cultura tenga la dignidad que hasta ahora les ha sido negada. 

Ana Ester Ceceña – México

Carlos Walter Porto-Gonçalves – Brasil

Nubia Estella Lindo Rojas – México.

Pablo Tasso –  Argentina.

José Angel Quintero Weir – Venezuela

Efraín León – México.

Alexis Fernández –  Venezuela.

Zaide Fernández – Venezuela.

Roland Dennis – Venezuela.

Asmery González - Venezuela  

Siguen más firmas....  

Ao Presidente da República Bolivariana de Venezuela

Exmº Sr. Hugo Chávez Frias

É com enorme preocupação que nos dirigimos a V. Sª. diante dos sangrentos acontecimentos nos territórios indígenas da Serra de Perijá, no departamento de Zulia, República Bolivariana de Venezuela. É um fato histórico, Senhor Presidente, que nas últimas décadas a insurgência indígena vem se constituindo na principal fonte de resistência à nova onda de expropriação em curso que busca se apropriar dos territórios que ainda restam sob domínio dos povos indígenas, de afrodescendentes e de diferentes camponeses (pescadores, bosquesinos, Povos da Floresta (Chico Mendes), entre tantos).

Os povos indígenas, Senhor Presidente, são uma fonte de inspiração para todos nós  por sua luta de 500 anos pela preservação dos seus territórios sem os quais suas culturas ficam reduzidas a um luxo exótico para exploração turística. Sabemos como os nossos recursos naturais vêm sendo objeto de cobiça pelo imperialismo e também por um colonialismo interno que reproduz no interior de nossos países as mesmas pretensões de desalojo dos povos indígenas a pretexto de um desenvolvimentismo que, além disso, tem sido responsável pela devastação do meio ambiente e pela exclusão social.

O que vem ocorrendo na Serra do Perijá não é novidade na história de resistência de 500 anos dos povos indígenas: grupos não-indígenas de fazendeiros, pecuaristas, mineradores além de funcionários do estado buscam dividir os povos indígenas para debilitá-los para, enfim, introduzir em seus territórios um modelo societário com base na propriedade privada e em princípios liberais individualistas cujo resultado, historicamente, tem sido a miséria e a devastação. Não devemos olvidar, Senhor Presidente, que o direito indígena é um direito originário e, portanto, tem precedência sobre qualquer outro que venha a ser invocado. Sendo assim, o reconhecimento da territorialidade do povo Yukpa, com suas práticas de uso comunitário e coletivo de todas as fontes de vida – plantas, animais, solo, ar e água – deve ser respeitada evitando-se seu parcelamento entre proprietários privados com todas as implicações que isso trás de estímulo a práticas individualistas e anti-comunitárias.

Nos anos oitenta, a mesma incompreensão do pleito indígena, no caso dos Miskitos, levou a Revolução Sandinista (1979-1989) a um desnecessário desgaste, haja vista o apoio que os Miskitos deram à Revolução contra a ditadura de Somoza. Na Venezuela, Senhor Presidente, foi grande a esperança indígena de que seus territórios seriam, finalmente, demarcados. A aproximação de Vossa senhoria a Evo Morales, que tem sido objeto de uma intensa campanha de caráter racista, nos levava a crer que uma política coerente com a política externa fosse também praticada em território nacional. Nesse caso, Senhor, Presidente, devemos ser claros em nos distinguir dos eventos ocorridos recentemente na Amazônia peruana quando dezenas de indígenas foram mortos por uma política colonial-desenvolvimentista do neoliberal Alan Garcia.

É por essa razão, Senhor Presidente, que nós intelectuais e personalidades que acompanhamos com simpatia a Revolução Bolivariana, vimos lhes rogar tomar em suas mãos as rédeas do que vem ocorrendo na região da Serra Perija, a começar pelo respeito à vida do Cacique Sabino Romero e, sobretudo, tomando em sério as reivindicações das organizações sociais que vêm dando apoio à causa dos índios Yukpa, como segue:

  1. Concretizar as compras de as benfeitorias das fazendas recuperadas (demanda recorrente das comunidades Yukpa e ordem presidencial desde agosto de 2008) como requerimento essencial para gerar um ambiente de segurança e confiança que possa dar passo à demarcação.
  2. Inclusão efetiva das autoridades ancestrais e tradicionais do Povo Yukpa na tomada de decisões dos assuntos que lhes afetem mais diretamente como povo, em conformidade com o direito Yukpa e a legislação indigenista vigente. O Estado deve incluir o protagonismo indígena em todo o processo de demarcação, em particular, no processo de sua planificação.
  3. Reformular os procedimentos para a consulta pública. No caso Yukpa, a consulta deve ser comunidade por comunidade e cumprindo o princípio de informação prévia, livre e de boa fé. Os documentos importantes do processo de demarcação devem ser traduzidos ao idioma Yukpa.
  4. Garantir que a demarcação cumpra com os critérios de “Terras saneadas, sem fazendeiros nem minas” que tem sido a solicitação expressa e permanente das comunidades Yukpa.
  5. A destituição de todos os funcionários do Estado envolvidos nesse processo porque sua orientação está contribuindo para o conflito e não para sua solução 
 

 

Certo de Vossa atenção, Senhor Presidente, não só subscrevemos essa carta como nos colocamos à Vossa disposição para contribuir para o pleno êxito da Revolução bolivariana, sobretudo por incorporar a defesa do direito originário dos povos indígenas às suas terras condição sine qua non para que sua cultura tenha a dignidade que até aqui lhes tem sido negada.   

Ana Ester Ceceña  – México

Carlos Walter Porto-Gonçalves – Brasil

Seguem outras firmas   


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