La violencia desatada e incontrolable en los estados Zulia y Táchira tiene que ser frenada en el termino de la distancia, se hace urgente darle un parado contundente. La zozobra en que vive la población, el miedo visceral, el pánico que sienten los pobladores no solo de las capitales, en la ciudades medianas y hasta en los más pequeños y humildes caseríos es demencial. Ya da miedo salir a la calle, mirar a los lados, asusta la persona que se para en la cola atrás de otra, se esta teniendo miedo hasta de las sombras.
La delincuencia común siempre ha estado presente, en mayor o menor grado, pero siempre ha habido casos de robos, atracos, desvalijado de casas, pero nunca como hoy en día. Y estamos claros que las causa son de origen político. Para nadie es un secreto que el eterno alcalde gobernador del Zulia es un delincuente, un corrupto, y sobre todo un vendido a los gringos, y por lo tanto se presto a ejecutar el macabro plan orquestado en el departamento de estado de EEUU y Bogotá, que consistió en llenar el estado de paramilitares llamados paracos, que se dedican a la delincuencia organizada, trafico de drogas, venta de divisas, extorsión, secuestros de todo tipo especialmente el llamado Express, robo y secuestro de vehículos, vicariato, y paremos de contar que da escalofrió.
El caso del Táchira es similar o peor que el del Zulia, allí esta gobernando una criatura de la peor ralea que ha parido el territorio patrio, un copeyano, esos seres que revestidos de la moral católica se hacen pasar por personas honestas, decentes y sobre todo dignas de confianza, después resultan los delincuentes de cuello blanco y bellas palabras, copiadas del verbo de Caldera el divino, que hablaba con Dios. Al Táchira le ha tocado un delincuente verde, un cipayo de los yankys y de la oligarquía traicionera colombiana. Este traidor a la patria se reúne con personeros del gobierno colombiano con mucha frecuencia a recibir ordenes de sus superiores. Ya le ha abierto el estado a los paracos, y a la delincuencia colombiana.
Se calculan unos cuatro millones de colombianos en nuestro territorio, la mitad de ellos ilegales, que no han querido aprovechar las oportunidades que el gobierno les brindo para regularizar su situación e incluso nacionalizarse. Nos preguntamos ¿ cual ha sido la razón para no poner al día sus documentos ? será que no podían por razones legales, y debieron seguir indocumentados. Esa gente resulta altamente sospechosa.
Como dice el titulo de este humilde articulo; creemos que deben ser tomados militarmente los dos estados, se debe tomar absoluto control del territorio y de las calles y carreteras. Ambos estados son zona caliente, fronteras desasistidas, pueblos sin servicios, es decir fermento para la delincuencia, la prostitución y cualquier otro mal social.
Hay que llenar de militares los dos estados, hay que ayudar a la gente a sentirse segura, hay que frenar a los paracos, eso es urgente, el plan es no solo desestabilizar, la idea es también ganar mucho dinero delinquiendo. Tampoco hay dudas que los gobernantes regionales reciben sus comisiones por cada delito que se comete en los dos estados.
Decía mi abuela que la tos, el amor y los cobres no se pueden ocultar, y para todo el mundo, esta a la vista la riqueza grosera y obscena de los adecos y copeyanos que han ocupado cargos públicos.
Por los estados Zulia y Táchira se esta orquestando el movimiento separatista que lleva ya varios años gestándose, y que esta dirigido desde yankylandia. Para los EEUU es insoportable que en nuestro país exista una salud gratuita, una educación gratis, es un mal ejemplo, es un acto terrorista contra el capitalismo del sálvese quien pueda que se aplica en EEUU.
Necesitamos con urgencia que se tomen cartas en este delicado asunto en el que se están perdiendo vidas de inocentes. Se trata ahora de hacer cumplir el articulo de la constitución nacional que habla del derecho a la vida. Se trata de defender la integridad nacional, la soberanía, se trata de impedir que nos separen, que nos roben la riqueza del pueblo.
Patria socialismo o muerte venceremos
En revolución todo fuera de ella nada.
cmaglione@cantv.net