Corría el año 2009 y Hugo Chávez Frías como siempre, disposicionero, ante la oportunidad que le abría la corrupción de las élites empresariales venezolanas vio una oportunidad única de la misma. Así, ante la detección de la Superintendencia Nacional de Bancos (Sudeban) venezolana, de «irregularidades» en ocho entidades bancarias, que representaban menos del siete por ciento de los depósitos del sistema financiero venezolano. Entre estas «irregularidades», cometidas por las entidades financieras figuran el aumento de capital sin especificar el origen de los fondos, y el incumplimiento con los índices patrimoniales, según la información oficial. Eligio Cedeño el banquero delincuente inmediatamente se puso en fuga con rumbo a EEUU, paraíso de la delincuencia internacional donde se le protege. El saneamiento de los bancos, que reabrirían a partir de entonces costarían al Estado venezolano: 92,7 millones de bolívares (43,1 millones de dólares), según la mediática nacional. Con la adquisición de las entidades rehabilitadas, el Estado pasó a dominar el 25 por ciento de los depósitos del sistema a través de su red bancaria, constituida por cinco entidades, entre ellas el Banco de Venezuela, el más grande del país. El 16 de diciembre de 2009, por disposición del Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, es creado el Banco Bicentenario, de conformidad con lo establecido en la Gaceta Oficial 39.329, según resolución N° 682.09. «¡Banco Bicentenario Universal para el socialismo, para el desarrollo!», afirmaba Hugo Chávez, durante un acto en el palacio presidencial de Miraflores y afirmaba: «El banco, no sólo cambia de nombre, cambia de orientación y ética, ahora es un banco socialista (...) y se convierte en un instrumento de la lucha por la igualdad», agregaba el presidente Chávez, rodeado por todo su equipo económico. Cinco años más tarde, el 17 de noviembre de 2014, el primer presidente obrero, Nicolás Maduro Moros, cambia el nombre del banco por el del Banco Bicentenario del Pueblo, de la Clase Obrera, Mujer y Comunas. El primer banco socialista en Venezuela, se hacía una realidad, una institución financiera comprometida con la clase obrera trabajadora, cuyo objetivo principal sería: fortalecer el desarrollo socio-productivo de la nación.
Desde sus inicios, el Banco Bicentenario contó con el repudio del sector oposicionista, que desde entonces y desde Miami, saboteó sus operaciones con el hackeo continuo de sus operaciones desde el exterior. Saboteos, que las gerencias del banco, pudieron sortear –favorablemente- hasta que llegó este Registro criminal, que los actuales directivos del banco no pudieron impedir, así como -su literalmente actual cierre de millones de sus cuentas- en especial, millones de pensionados y pensionadas. Un Registro, que además de complicado, solo busca el bloqueo masivo de las cuentas y la inmovilidad de las cuentas. Algo, que buscan afanosamente y denunciamos como fraude generalizado, al convertir Cuentas de Ahorros –originariamente- y a las cuales el banco estaba obligado a cancelar intereses a finales de mes, reconvertidas ahora como Cuentas Corrientes No Remuneradas; con lo cual, desestimulan el ahorro nacional, además del gran fraude ejecutado este año. Importantes exigir a sus directivos, el respeto a su condición de Cuentas de Ahorros. Y exigir además, la reapertura de la vieja estructura tecnológica que funcionaba y de hacer cambios, necesarios al fin y al cabo, que estas se realicen sin necesidad de complicados Registros, como lo han realizado otros bancos públicos y privados. El legado de Chávez, no solo debe respetarse sino optimizarse pero con buen uso de la tecnología…
Caracas, 18-03-2024