Una realidad de muchos padres

Pildoritas 69 (año 04)

Tengo una de mis hijas en la capital, gracias a Dios, en la recta final de su carrera que cursa  en la ¡U!...!U!...!UCV!, la sufrida y tantas veces mancillada casa superior de estudios, en la que mafias de todo tipo han hecho su agosto explotando todo aquello que les produzca dividendos, los rectores haciendo negocios  y dándose lujos con dineros que no les pertenecen, los administradores prestándose para ello o haciéndose  de la vista gorda , a cambio de su respectiva tajada, los organismos estudiantiles surgidos por lo general de elecciones espurias e ilegítimas, igual que los rectorales, en las que sólo una mínima parte del colectivo participa, presa fácil para dejarse vislumbrar por privilegios y prebendas, como las ya conocidas del manejo de las llamadas partidas de bienestar estudiantil  en las que el serrucho está al orden de el día, y no se diga lo que sucede con las becas y el desvío de dinero hacia objetivos que nada tienen que ver con la academia, menos con la investigación y no digamos con la obligación,  como ente financiado por el Estado con dineros del pueblo, de contribuir al desarrollo nacional.

Vino de vacaciones, esta vez desilusionada por la abulia, conformismo y desmotivación que rodea a la mayoría del estudiantado con quienes ha compartido durante varios años, seres que pareciera, quizá por ser hijos de papi y mami ya tienen resuelta su vida y su futuro y los demás que se jodan porque en sus genes los sentimientos de solidaridad, compañerismo y espíritu de lucha, esos cromosomas brillan por su ausencia y entonces no les importa que los discriminen, que los obliguen a sentirse arrimados en una gran casa que pertenece a la patria y no a unos cuantos vagabundos que se han apropiado de todo lo material y pujan por hacerlo con todo lo espiritual y humano, que conforma el mal llamado claustro.

La anterior vez mi hija que no tiene porqué no tener genes revolucionarios, porque quienes se los trasmitimos los llevamos, aún antes de que apareciera el huracán Chávez en el famoso “por ahora”, me manifestó cómo estaba decidida a luchar y bien que lo hizo, hasta en fotos y videos que me enorgullecieron apareció gritando con un megáfono la consigna producto de su indignación “DECANO, DECANO, HAGA SU TRABAJO”, pero no sirvió de nada, quienes tenían poder por mantener un cargo ganado, es lo más doloroso, con votos revolucionarios, o tuvieron miedo, o sus convicciones eran tan débiles que cedieron muy fácil a las amenazas y entregaron sus banderas.

Es doloroso contar esto, pero hay que hacerlo para significar, cuán difícil es luchar contra enemigos sin principios que no tienen empacho para atropellar a quien sea, como sea, simplemente porque tienen el poder, casi arrebatado, pero además porque cuentan con una plataforma mediática, inmoral, rastrera y apátrida que los mantiene entre sus fieles seguidores como hermanitas de la caridad cuando en realidad son vampiros que le chupan la sangre a la Patria sin misericordia.-

MIS VACACIONES DE SEMANA SANTA

Siguiendo la recomendación siempre apropiada del Comandante, y para no salir de mi país a dejar las divisas que CADIVI nos cambia por bolívares, pero además porque mi hija, la misma del tema anterior, quería conocer algún o algunos pueblos del interior de su estado natal, me metí en Internet, para buscar infamación sobre turismo regional, después de haber intentado, sin suerte a través del 113 de CANTV, conseguir teléfonos de alguna posada en pueblos del interior del Táchira, cuestión que de entrada me parece una tremenda falla, pues la empresa de comunicación con su filial CAVEGUIAS, debe por obligación mantener un registro de todos los teléfonos que tengan relación con la rama turística como sucede en cualquier país del mundo. Pues no, la respuesta siempre fue, después de darles el nombre de varias posadas en diferentes sitios: “no aparece registrada”. Por fin, después de no poco esfuerzo, conseguí una posada cuyo nombre es: “San José”, ubicada en el pueblo San José de Bolívar, un pequeño pueblo enclavado en la montaña andina a tres horas aproximadamente de la Capital San Cristóbal.

Después de recibir a mi hija en el terminal, por cierto con un viaje accidentado en el que al autobús, se le dañó el aire acondicionado, con todo lo que eso significa, desde Caracas a San Cristóbal, partimos hacia nuestro destino escogido no sin antes calarnos una interminable cola para surtir el vehículo de gasolina, lo cual, por supuesto exasperó a todos, especialmente a la recién llegada, quien comentaba sobre lo que en Caracas sucedería si hubiese que vivir una situación parecida, ese problema que aquí en la frontera padecemos y que nadie soluciona, ya ha sido por cierto contado en otras de mis pildoritas y es harina de otro costal.

Arrancamos sin novedad hasta llegar a un pare obligado, por lo típico, por lo hermoso y por la amabilidad de sus gentes, llamada “Páramo del Zumbador”, por aquello de que allí se oye zumbar al viento, claro no falta quien abuse de los precios, como por ejemplo para el uso de los baños, hay que pagar 2 bolívares fuertes, a pesar de ser tan concurrido, no sólo en vacaciones sino todo el año, carece por ejemplo de un expendio de medicinas y de un puesto de atención médica; todo bien hasta que continuamos el viaje para encontrarnos a los pocos minutos con un barranco, de unos cuantos. Después de regresarnos por obligación hasta que pudieran dar paso, nos enteramos de que la situación era igual hacia todas las vías desde ese sitio a otros destinos por lo que no había otra alternativa que quedarse, pues por ser día feriado, no había forma de que las máquinas subieran a despejar la vía.

Una persona nos sugirió irnos hasta la única posada cercana, lo que hicimos y al llegar nos dimos cuenta de que ya estaba copándose su capacidad de alojamiento por lo que sin preguntar siquiera el precio por una noche, tomamos una habitación. La que nos dieron no tenía agua para el sanitario por lo que había que echársela con un tobo; decidimos reclamar y nos cambiaron para otra, en la que el agua del lavamanos se salía por la manguera debajo de él y por lo tanto a la llave no llegaba ni una gota. Reclamamos y la respuesta fue que no había manguera para cambiarla y que lo tomábamos o lo dejábamos; optamos por dejar el baño para más tarde y cuando abrimos la ducha lo que salió fue lodo puro por la tubería. Volvimos a reclamar y la respuesta fue igual: “no se puede hacer nada”. En definitiva, no pudimos ni bañarnos al día siguiente antes de salir, por lo que hubo que comprarle a la posada las únicas seis botellas medianas de agua mineral que les quedaban para poder cepillarnos los dientes y medio lavarnos la cara como los gatos. En la noche, antes de recogernos en nuestro aposento a juro, cenamos lo único que había: sopa de ahuyama, que pidieron mi esposa y mi hija, la que vino de Caracas; y trucha al ajillo por la que yo opté a mala hora, pues mejor ni les cuento. Nos retiramos con la promesa de salir lo más temprano posible. Así lo hicimos, bien de mañana y al pedir la cuenta, adivinen: 630 bolívares fuertes, la habitación 330 y la frugal cena 300, lo cual consideramos un atraco y un abuso extremo, que pareciera ser habitual en ese sitio, pues con frecuencia en época de lluvias mucha gente tiene que vivir la experiencia que nosotros vivimos.

Cuando preguntamos si ya habían abierto el paso, nos informaron que sí, pero que a riesgo, por lo que pensamos más bien en regresar, pero nos dieron la mala noticia de que no había paso para poder hacerlo, pues había un derrumbe en la vía. Nos tocó hacernos la cruz y continuar viaje hacia el destino escogido, teniendo sumo cuidado de ir detrás de otro vehiculo, pues encima de que no conocíamos la vía, la neblina y la lluvia eran muy intensas. Pasamos a riesgo y por fin llegamos a Queniquea, un pueblo a unos 10 minutos del final de nuestro viaje en el cual inexplicablemente hay una bomba de gasolina para surtir el parque automotor de dos municipios y de los visitantes, por lo que la cola es enorme, tanto, que para que nos llegara nuestro turno tuvimos que esperar dos horas y 45 minutos, con la mala suerte de que cuando nos tocaba llegaron una unidad de la Defensa Civil y otra de Corpoelec a los que les dieron prioridad, lo que nos hizo pensar que teníamos la suerte de espaldas.

Finalmente arribamos a la ilusionada meta y al llegar nos asignaron una habitación en la que para empezar no había luz en el cuarto de baño, quité el bombillo y lo llevé a recepción para pedir cambio, pero no había bombillos de repuesto y no podían mandar a comprarlo porque la administradora no iba ese día, para solucionarnos el problema a uno de los empleados se le ocurrió, menos mal, quitar un bombillo, no precisamente de los ahorradores, que en ese sitio no usan, después me enteré porqué y es que el alcalde es escuálido y la posada es de la alcaldía, por ello no me sorprendió cuando encendí la tele, ver cómo en el canal RCN trasmitían la novela sacada del aire de Televen y por las cableras, pero en ésta que es local y con 30 canales, no se respeta la orden de CONATEL, se entiende que es una orden de el alcalde escuálido quien seguramente también maneja ese “negocito”.

Pudimos comprobar, que la mayoría de la gente opina que en ese Municipio la Revolución perdió las elecciones, sobretodo por el problema de la gasolina y lo cual achacan, según lo que el  alcalde les ha dicho, al gobierno que se niega a autorizar la construcción de una estación de servicio, cuestión que bastaría para recuperar el respaldo de la gente que cada vez que tiene que hacer la cola en otro pueblo, echa pestes contra el gobierno nacional, pude comprobar que ello tiene mucho de verdad pues logré oír bastantes comentarios a lo largo de la cola que recorrí a pie mientras me llegaba mi turno.-

En ese pueblo no hay MERCAL, menos PDVAL, no tienen mercado municipal, como sí los hay, en la enorme mayoría de los pueblos que conozco, no se consigue  ni una fruta.

Si a ese Municipio se le resolvieran esos problemas que contribuirían al mejor vivir de la gente, no habría oposición capaz de ganarle de nuevo a la Revolución, porque son los problemas puntuales de la casi totalidad de la población que me imagino la deben sufrir otros pueblos del Táchira, razón por la cual no hay que extrañarse de que tengamos un fascista consumado de gobernador y alcaldes como el de esa bella población, que está apenas a 10 minutos de otra en que el alcalde es revolucionario y tiene bomba de gasolina, mercado municipal, CDI y Centro Recreativo Municipal, entre otros logros revolucionarios. Son casi dos caras de una moneda en las que se puede comprobar una  marcada diferencia.

Hasta aquí les cuento y espero la musa de mi inspiración regrese, para poder seguir disfrutando del honor que mis lectores  me hacen  leyendo mis humildes reflexiones con mis pildoritas.

yuviliz40@hotmail.com




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Saúl Molina Z


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