El sistema penal nacional e internacional está cada vez mas cerca de Uribe Velez, quien gobernó a Colombia por cerca de 8 años en representación de grupos sociales y políticos violentos y anti democráticos. Son interminables los episodios torcidos y las acciones ilegales en que esta comprometido éste personaje siniestro y sus más cercanos colaboradores, muchos de los cuales murieron en circunstancias extrañas o estan en las cárceles condenados a largas penas luego que la justicia confirmó su responsabilidad en graves delitos penales, especialmente por su asociación con grupos paramilitares y bandas del narcotráfico.
El caso más reciente es el del General Mauricio Santoyo, miembro destacado de la policía colombiana durante muchos años, siempre al lado de Uribe Velez en Antioquia y después como su Jefe de seguridad en la Casa de Nariño. Santoyo registra un periplo inescrupuloso en Medellin, lugar en que como Jefe del Grupo Anti Secuestro (GAULA) desplegó una intenso espionaje mediante interceptaciones ilegales a los teléfonos de líderes de los derechos humanos que luego fueron desaparecidos por las autodefensas de "Don Berna". Igual es autor del exterminio de la familia Usuga, uno de cuyos miembros es parte de la guerrilla de las Farc en Uraba.
Desde sus altas posiciones policiales, Santoyo tejió una muy sólida alianza con la "Oficina de Envigado", estructura criminal del narcoparamilitarismo que convoca la delincuencia de Medellin y Antioquia. Allí hay pistoleros, narcos, paras, policías, generales del Ejercito, jueces, magistrados, senadores, representantes, empresarios, terratenientes, dueños de periódicos y hasta uno que otro prelado de la iglesia católica. Es una maquinaria de muerte vigente y actuante con poderosos tentáculos en varios frentes como el microtráfico, los juegos de azar, la exportación de drogas, el sicariato, la corrupción estatal y la organización política de los gamonales.
Santoyo junto a otros altos oficiales de la policía, cuyos nombres conocerán los fiscales gringos próximamente, cultivaron y cultivan esta multinacional del crimen que da soporte a la violencia de las élites regionales contra sindicalistas y lideres populares de diverso orden. Baste saber que el ex parlamentario Gustavo Almario, político del Caqueta encarcelado en la Picota de Bogotá por su alianza con los paramilitares de Macaco, ha contratado los servicios de la Oficina de Envigado para eliminar a sus enemigos en el municipio de Florencia. O saber que la misma tiene el control absoluto sobre las redes políticas oficialistas en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Norte del Valle (Cartago), merced al manejo de las tiendas del microtráfico, un negocio en auge y prospero que abastece las finanzas de jefes políticos de la U, liberales, conservadores y otras facciones políticas enchufadas a las administraciones regionales y municipales.
Santoyo, un "prospero" ex general Santandereano, "audaz empresario" de la panela en Barbosa y "emprendedor exportador" en la globalización, como muchos otros oficiales militares enriquecidos con la corrupción oficial en el Plan Colombia, fue delatado en los Estados Unidos por sus antiguos compinches del paramilitarismo, quienes le relataron a fiscales y jueces como actuaban en asocio concupiscente.
Dicho y hecho. Santoyo fue pedido en extradición por los gringos, en principio resistió esperando una protección política excepcional. Finalmente se entregó a la DEA y ya en territorio americano se declaró inocente. Con los días sus abogados, ante la contundencia de las pruebas que le darían una condena de 40 años, lo convencieron de aceptar los cargos criminales y asumió el compromiso de decir la verdad dando los nombres de otros militares y funcionarios comprometidos en distintos delitos de mucha gravedad.
Toda un a bomba en Colombia. Vamos para otro capitulo de la parapolítica. Esta vez con altos funcionarios del gobierno de Uribe Velez con procesos judiciales en los estrados americanos.
La "novedad" es que el ex presidente salió a capotear la tormenta afirmando su extrañeza e inocencia, igual que en otros casos donde es evidente su responsabilidad. Nadie lo cree, pues toda apunta a él como el artífice y autor material del Estado mafioso que imperó e impera en la sociedad colombiana, una de cuyas piezas fue Mauricio Santoyo, el asesino de lideres de derechos humanos que debe responder ante los jueces norteamericanos. Ojala una "mano peluda" no lo caye y se sepa cuanto antes toda la verdad que Uribe Velez intenta evadir con cortinas de humo y falsos debates.
Colombia se sacude el miedo y espera ver también al señor Uribe Velez respondiendo ante las autoridades judiciales nacionales e internacionales.
La Haine
Esta nota ha sido leída aproximadamente 3630 veces.