La pregunta es interesante de todos puntos de vista. Debo pensar que que ni siquiera la mayoría de los que entran a cursar estudios -digamos que en los tiempos del bachillerato- se les habrá ocurrido hacerse la extraña pregunta.
Cuando comencé a estudiar, ni me pasó por la mente eso de que para que sirve un estudiante, porque es que, de hecho, los que entrábamos a los liceos caraqueños "Fermín Toro", "Andŕes Bello", "Luis Espelozín" y otros planteles educativos de la época, lo hicimos enganchados en un atractivo, en una mezcla que ternía dos interesantes ingredientes:
-Esos liceos fueron conocidos como planteles educativos no solo de gran renombre, sino por la calidad de la educación impartida y por contar -a su vez- con profesores de prestigio.
-Y, por otro lado, constituían una fuerza política de valor nacional cuyos líderes, buenos estudiantes, abanderaban opiniones en torno a los diversos acontecimientos nacionales que afectaban a los habitantes de Venezuela.
¡ Afortunadamente, esto último ha sido retomado y volvemos a apreciar la participación y opinión de los estudiantes.
Por supuesto, cuando nos referimos a los estudiantes es necesario establecer claramente, el nivel que estos últimos exhiben porque, un mal estudiante, es decir un joven cuyas notas están por debajo de diez, nunca será un individuo de capaz de concienciar lo que sucede a su alrededor, jamás esgrimirá una crítica razonable y solo seguirá el vaivén de las modas, colocará un aro en alguna de sus orejas, se expresará con un vocabulario tan estrecho que, de diez palabras, mas de la mitad son groserías o vivirá con un par de audífonos escuchando -quizá-, una música (¿?) poco digerible, como hemos observado en el Metro de Caracas.
¡Nunca será un buen ejemplo!
Indispensable indicar que, el estudiante del cual hablamos, posiblemente es así por diversas razones:
-Porque carece del ejemplo del padre, porque es muy consentido, porque su madre carece de pareja y corre con la responsabilidad del sostén del hogar y en consecuencia no tiene capacidad para atender a todos los hijos y siempre se le escapa la orientación adecuada. También, porque carece de los principios familiares necesarios para inducir esa anhelada formación.
Es fundamental decir que, es aquí donde inicia el camino que le conduce a los jóvenes a ser estudiantes que no rinden y luego desertan porque la realidad de lo que es su hogar le impide continuar estudios y se inclinan por trabajar en lo que sea, con tal de percibir un ingreso con el que aportarán a su casa -si es que no se marchan- y por el otro lado, escapar de una situación que les asfixia.
¡ La vida no es fácil para todos!
Retornamos a la pregunta inicial para referirnos al hecho de que un estudiante, véase como quiera ser visto, tiene como misión principal mientras se desarrolla, el aprender a vivir la vida, para eso es que el estudiante sirve. Y en ese aprendizaje de la vida debemos incluir, como pasaporte fundamental para ese importante viaje, el fortalecimiento, la consolidación de los hogares porque si tenemos hogares fallidos, a causa de la fractura del mismo, la pobreza, la carencia de empleo, de vivienda y de las orientaciones necesarias, será imposible que ese estudiante sirva para algo, por más que la escuela, el liceo y la universidad estén allí para él, y entonces, esa misión vital que tiene, de aprender a vivir la vida, su misión, jamás podrá ser cumplida y no podrá servir para nada.
El estudiante puede servir para mucho en la sociedad: ser excelente estudiante, ser un entusiasmado crítico, un magnífico deportista, brillante músico, ser creador, diseñador, un buen dibujante, un diligente lector, escritor que maravilla, reconocido bailarín, cantor de voz muy atractiva y mucho mas de lo que la gente pueda imaginar. ¡Para eso sirve un estudiante!
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