Los jóvenes, siempre son la reserva ideal

Cuando conversaba con un amigo vecino, hoy fallecido, se molestaba de que a las escuelas técnicas industriales las habían lanzado al pote de la basura, ignorando el potencial que siempre representaron. Recuerdo que solía comentar las declaraciones de algunos empresarios quienes decían que no las abrían porque no había necesidad de sus técnicos, que para eso importaban los repuestos y partes que consideraban necesarios, pese a que los muchachos de dichos planteles podían y pueden fabricarlos.

Hugo Chávez las abrió porque siempre creyó en que dichas escuelas pueden aportar mas de lo que la gente se imaginaba y no es para cuentos, es muy cierto.

A mi modo de ver las cosas, desconozco el número de escuelas técnicas que tenemos, pero ellas representan una reserva potencial, lo mismo que el Inces, un instituto al que los ciudadanos llevaban sus vehículos y los muchachos -junto a sus instructores- le entraban de frente a los vehículos y los dejaban como nuevos, porque no solo participaban en la mecánica, sino en lo concerniente a la electricidad, a la latonería y pintura.

Pienso que las escuelas técnicas que se encuentran regadas por el país, siguen siendo una reserva importante a la que les ha llegado la hora de incorporarse a ese llamado de emergencia económica que recién hizo el presidente Nicolás Maduro, porque ellas, ciertamente, tienen un caudal de jóvenes con grandes capacidades e ideas que pueden aportar al país y contribuir de esa manera esa a lograr la necesaria productividad que requiere el país.

Siempre recuerdo al amigo Iván y a su actitud siempre venezolanista cuando decía que ¿No se cómo puede ser posible que la mayoría de los torneros, sí, los mismos que sabían hacer cualquier pieza que les solicitaran, dejaron de hacerlas? ¿ Les sembraron en su conciencia la mentalidad importadora?

Creo, a mi modo de apreciar las cosas, que el país tiene un gran talento en su juventud y ese colectivo, constituido por millones de jóvenes, vienen siendo la herramienta con la que la dirigencia política puede transformar el país.

Y para ello, les dejo este ejemplo, que está de anteojito:

-Un colectivo de personas de la Tercera Edad no puede ser el encargado de ejecutar la seguridad en una sociedad, es decir, no pueden ser soldados ni policías ni militares, ni bomberos, ni salvavidas, ni funcionarios de inteligencia, ni corredores de moto, ni campeones de natación, y mucho menos escaladores de montaña, ya que van perdiendo sus posibilidades a medida que aumentan sus edades.

La mayoría de esas actividades la hacen los jóvenes, poseedores de vigor, fuerza y talento, que con el tiempo, con los años van optimizando. ¡AAAHHH!, por cierto, acaban de inaugurar una escuela en Bahía, Brasil, con el nombre de Hugo Chávez.



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Pedro Estacio


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