El historiador Reinaldo Rojas en “Historia de la Región de Barquisimeto en el Tiempo Histórico Colonia 1530-1810 (Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. 229. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela. Caracas. 1995), dedica la Parte VI a la “Cultura y Sociedad en la Región de Barquisimeto” que, a su vez, contiene la sección denominada “Análisis Socio-Histórico de la Cultura” donde descrine una “vía metodológica a una aproximación total al hecho cultural”. Veamos de qué se trata.
Una de las primeras consideraciones viene a ser la sugerencia que el hecho cultural está en relación a las dimensiones del tiempo y el espacio, dado que “… la estructura socio-espacial, demográfica, económica, social y política de la región Barquisimeto” (p. 307) se inserta en una dinámica mayor: “… mundo colonial ibérico, cultura y civilización occidental” (ídem), del que parten ciertos determinantes que aplican en la producción, circulación y recepción de bienes culturales, visiones del mundo y prácticas sociales; de tal suerte que el “… análisis estructural de la cultura” tiene al menos dos vías:
“Ubicarse en el marco teórico metodológico de la dinámica de la formación Económica y social”;
“y por el otro, la ubicación de la producción cultural regional en el contexto general de la evolución general regional en el contexto general de la evolución cultural de la provincia de Venezuela” (ídem).
De donde se desprende que cultura y economía son instancias articuladas dialécticamente pero diferenciadas, pues lo esencial de la cultura radica en la significación, esto es, en la comunicación de una lógica de sentido para quienes realizan la experiencia histórica en el marco de un tiempo y un espacio determinado que buscan una realización social relevante.
De allí que la cultura en la línea de Néstor García Canclini (en Rojas, 1995) reproduce las relaciones sociales de producción, una vez que reelabora en el campo de las mentalidades ciertos imaginarios sobre el mundo de la vida pero que, a su vez, la cultura viene a ser una reelaboración idealista al modo de un acto espiritual que imagina nuevas ideas e imaginarios de realización, llegando a ser una especie de espiral o bucle, en términos de Edgar Morin (2001, Introducción al pensamiento complejo).
La conclusión es que al estudiar la cultura como hecho social hay necesidad de analizar la organización material propia de cada modo de producción, ya que éste condiciona la interpretación de los fenómenos naturales o culturales que son construcciones ideáticas, junto a que la cultura observa también una cierta especificidad o modo de producción que comprende la “… circulación y recepción de los significados que le atribuyen al objeto cultural” (p. 310).
El Dr. Reinaldo Rojas, en tanto que historiador que suscribe la línea de la historia social y citando a Juan Acha, tiene otras consideraciones sobre el hecho cultural que escapan a las consideraciones citadas, atinentes sobre todo a lo metodológico y que él desarrolla en un estudio concreto referido a la Región de Barquisimeto, donde describe a partir de fuentes y testimonios el complejo cultual larense; pero no queremos dejar de mencionar algo al aspecto de la producción cultural, la periodificación y la definición de lo artístico o lo artesanal (sistemas artísticos-sistemas artesanales en la cultura occidental, que definen lo que se entiende por artesanía, arte y diseños); que resultan muy interesantes de mencionar al menos someramente.
Así, se tiene que la artesanía comprende “… el trabajo artístico reglamentado, individual y manual, dominante hasta el siglo XVIII, comienza a ser desplazado por las artes cultas, sistema basado en el trabajo libre y competitivo, que el autor ubica entre el siglo XVIII y 1950, cuando emerge el diseño como actividades proyectuales y directoriales que, asalariadas, son incorporadas en el trabajo industrial práctico-utilitario” (ídem).
Finalmente agrega un aspecto práctico que tiene que ver con la cuestión acuciante en lo personal o social de cómo consumimos arte, si en el plano de lo artesanal, el arte culto o los diseños industriales, no se diga ya los esquemas de los campos culturales de lo popular-campesino o lo cultural-ilustrado, que remite también en las sociedades clasistas como las nuestras al referente elitista u obrera-proletario, por eso la aprehensión del hecho cultural se nos presenta como un asunto problemático pero ineludible en sociedades como la venezolana, donde la mentalidad colonial está en lucha con la perspectiva emancipadora, campo que involucra lo educativo formal y lo cultural vivencial individual y colectivo.