¿Qué tienen en común la reciente decisión de desmonetizar el billete de Bs. 100 y la promulgación del plan de estudio para la educación media general? En principio pareciera que la única semejanza es que ambas medidas fueron tomados por el mismo gabinete. Pero va un poco más allá, en ambas medidas se muestra una coherencia en el manejo de las políticas públicas. Veamos algunos detalles de estas dos medidas, la primera que causó conmoción y revuelo, y la segunda que ha pasado por debajo de la mesa.
A mediados de diciembre de 2016, el Presidente Maduro anunció la desmonetización del billete de Bs 100. En su alocución presentó un cronograma que regiría la salida del mercado de ese billete. La cuestión fue más o menos así. Estaría 72 horas en vigencia a partir del momento de la alocución, luego solo podría ser depositado en bancos del Estado y podrían ser canjeados por billetes de otras denominaciones en taquillas del Banco Central de Venezuela (BCV). Mantengamos en mente que el BCV solo tiene dos sedes, una en Caracas y otra en Caracas. LO cual significaría que todo venezolano que tuviera en su poder billetes de cien en su mano después del plazo de las 72 horas, sin importar en que parte del país viviera, tenía que trasladarse a Caracas o a Maracaibo para canjear esos billetes. El Ejecutivo, por voz del mismo Presidente y de otros altos funcionarios, anunció con bombos y platillo que estarían disponible una decenas de taquillas, en esas sedes del BCV para tal operación. Pensé que se trataba de un chiste, pero sí era cierto. Se trataba de uno de esos momentos en que la realidad supera a la imaginación. Comenzó a generarse el caos, las personas aglomeradas frente a los bancos exigiendo depositar o cambiar los billetes de cien. Comenzaron a formarse tumultos frente a grandes supermercados exigiendo que le recibieran los billetes descontinuados. El Gobierno se la puso bombita a la oposición, que está esperando cualquier oportunidad para generar violencia callejera en masa. En algunos sitios del país la situación llegó a mayores. Ante la reacción de la gente, azuzada o no por agentes de la oposición, el Presidente anuncia que habrá una prórroga, se retrasa la salida de circulación del billete de cien por unos días más. Además, anuncia que la banca privada también recibirá los agónicos billetes. Siguen los problemas, una medida que buscó darle un duro golpe a ciertas mafias que hacían grandes negocios con esos billetes o que acumulaban grandes cantidades de dinero en efectivo producto de la corrupción, se convirtió en una medida altamente impopular porque afectó a los sectores populares en las grandes ciudades y en el interior del país, donde la mayoría de las transacciones comerciales se hacen en efectivo. Vemos en este historia una medida drástica tomada, al parecer sin medir la magnitud de las consecuencias, que ha tenido que ser rectificada varias veces y que ha afectado a amplios sectores de la población, en especial a los más pobres. También ha afectado la credibilidad del Gobierno por sus sucesivas retiradas. Una situación parecida se ha dado con el proceso de transformación curricular para la educación media, con la diferencia de que el proceso ha sido más lento y su impacto menos visible.
Los primeros intentos de implementar un nuevo currículo datan de 2015. A mediados de aquel año fue publicado un documento titulado Proceso de Cambio Curricular en Educación Media. En ese documento se presentaba con lujo de detalles los fundamentos y elementos de currículo para ese nivel del subsistema de educación básica. En especial, se daban los detalles de cada una de las unidades de aprendizaje correspondientes a los temas generadores para cada una de las áreas de formación para los cinco años de la educación media general. Luego, a mediados de 2016, el Ministerio del Poder Popular para la Educación publicó otro documento curricular, esta vez titulado Proceso de Transformación Curricular en Educación Media. Este nuevo documento es una versión del documento curricular divulgado en 2015 y sometido a ensayo en más de cincuenta liceos del país. En este nuevo documento se producen cambios importantes, no en materia de fundamentación sino en lo referente a los contenidos. Solo se presenta una unidad de aprendizaje a manera de ilustración para un tema generador de cada una de las áreas de aprendizaje. En otra palabras, fueron eliminadas todas las unidades de aprendizaje de todas las áreas de formación para todos los cinco años. No se da en el documento ninguna explicación para tal eliminación. Podría justificarse esta medida en que se espera que cada profesor o profesora elabore sus propias unidades de aprendizaje basándose en los textos de la Colección Bicentenario, en su formación universitaria (si la tiene), su experiencia pedagógica; en fin, en su buen saber y entender.
Por último, tenemos que el 2 de diciembre de 2016 el Ministerio del Poder Popular para la Educación promulgó la Resolución No. 0143 mediante la cual prescribe el plan de estudio para la educación media general. Es decir, ahora solo se publica oficialmente la lista de áreas de formación y el número de horas semanales dedicada a cada una para todos los años de la educación media. Solo se presenta la lista de áreas de formación sin especificación de su concepción y tampoco se señalan cuáles son los temas generadores, el tejido temático y los referentes teórico-prácticos para cada unidad de aprendizaje. Tenemos así que en cada nuevo documento curricular que publica el Ministerio del Poder Popular, de los cuales solo el último es oficial, se dan cada vez menos detalles sobre el contenidos de las áreas de formación correspondientes a cada año de la educación media general. Por si esto fuera poco, hay otro aspecto relevante en esta historia reciente de decisiones curriculares. Este tiene que ver con la implementación de la propuesta curricular, sea esta de cambio o de transformación. En el año escolar 2015-2016, se somete a ensayo en uno cincuenta liceos del país. Para el año escolar 2016-2017 se esperaba que fuera implantado en todos los liceos del país. Pero en la Resolución Ministerial No. 0143, de diciembre de 2016, ya comenzado el año escolar, se anuncia que el nuevo plan de estudio no es de obligatorio cumplimiento para los colegios privados. Es decir, el nuevo plan de estudio para la educación media general solo rige a los liceos públicos. Vemos pues en esta secuencia de decisiones un retroceso en la especificación de los contenidos para cada una de las áreas de formación y un reducción en la amplitud del ámbito de aplicación del nuevo plan de estudio.
Vemos pues que ambas políticas, el retiro del billete de Bs. 100 y la promulgación de un nuevo plan de estudio para la educación media general, se caracterizan por el retroceso progresivo de la aplicación de las medidas anunciadas. En el primer caso, dado el caos creado al inicio y la poca capacidad de reacción de los entes competentes en materia económica para implementar adecuadamente las medidas, se decidió posponer en dos oportunidades, por ahora, la desmonetización del billete de Bs. 100. En el segundo caso, la retirada fue más progresiva y menos visible, pero retirada al fin. Ante las tímidas reacciones de la oposición contra la nueva propuesta curricular, en parte porque está de acuerdo con ella en buena medida, y para evitar que pasara a mayores el Ejecutivo decidió no meterse con las hijas y los hijos de los sectores medios y de la burguesía. Medida que la oposición ha agradecido manteniéndose en silencio.