Mirando el entorno más allá de las fronteras físicas y contextuales del problema fundamental, encuentro un convulsionado y sojuzgado mundo donde la universidad y su desventura, su existencia y continuidad, entran en contradicciones:
La Universidad, más que una casa de saberes, de luz torrencial, que en otros tiempos vencía las sombras; ignorancia, opresión, esclavitud..., dónde independencia, soberanía, libertad y defensa de la patria, del Estado-Nación, eran razones, fundamentos existenciales, hoy, ¿es uno más de esos seres incomprendidos, maltratados, desubicados en tiempo y espacio, en fines y propósitos? Uno más ─¿de los millones?─ que dice defender la integridad, la institucionalidad, la vigencia constitucional, al Estado-Nación, mientras su autoridad clama, implora, solicita ─con plena voz y libertad─ a gobiernos y fuerzas extranjeras, la declaratoria de un estado-nación fallido, falta de autoridad e instituciones, falta de gobernabilidad, intervención humanitaria con la consecuente instauración de un gobierno tutelado por fuerzas interventoras, gobiernos extranjeros…
¿Cómo entender a la universidad? ¿Cómo concebir su existencia en un estado fallido, tutelado por fuerzas y gobiernos extranjeros? ¡Paradójico verdad!...
Desde ese convulsionado y sojuzgado mundo encuentro que:
Estados Unidos; los Tigres de Detroit han colocado en la banca al grande liga venezolano Miguel Cabrera por dolencia en sus piernas; en 26 juegos, 93 turnos promedia .323 con 3 jonrones. Elba Escobar confiesa sus "angustias" de trabajar para vivir ─¿o sobrevivir?─ en los Estados Unidos.
Colombia; ¡la hermana y exquisita Colombia!, su presidente, premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos ─de extrema preocupación por el bienestar del pueblo venezolano─ declara su inserción en el primer mundo al ser aceptado como "miembro global" de la OTAN ─¡mayor empresa guerrerista de la humanidad, devastadora de pueblos y naciones!─ En otro contexto, desde la Universidad del Norte de Barranquilla, expresan preocupación por la extendida ola xenofóbica contra los venezolanos que, en palabras de Juan Manuel Santos, huyen del régimen y jura proteger y en nombre de los cuales va por el mundo solicitando dinero, apoyo financiero, ayuda humanitaria.
Desplazando el ingreso de Colombia a la OTAN, el cuestionamiento y destitución de Mariano Rajoy, España, ¡la noticia bomba!:
Donald Trump "impone sanciones a Canadá, México y la UE", sus más prominentes y cercanos acólitos, compinches contra Venezuela, su estabilidad política, institucional y económica.
Mogherini está dolida; ciega, sorda y muda, no sale de su asombro, ¡su corazón, en veloz carrera palpita, temeroso! ¿Qué más desnudez, qué más hipocresía? ¿Dónde está la soberanía, libertad, independencia, autodeterminación de la Unión Europea?
Canadá y su primer ministro, ¿se sublimaron? ─¿ya ni aparecerán en los mapas como nación libre, soberana e independiente?─, al calor de las imposiciones de Donald Trump ya ni bandera tienen, ¡el canadiense hoy amaneció sin saber cuál es su nacionalidad!; ¿es europeo, ingles, francés o estadounidense? ¡Cuidado, pero estadounidense asociado y denigrado como los puertorriqueños!
México ─de este lado del muro─ ¡lindo y precioso! ¡Pobre México,,,! a merced de Peña Nieto, tan diligente cuando se trata de seguir órdenes de Donald Trump contra Venezuela. Las sanciones de Donald Trump contra la economía mexicana encarecerán aún más la vida con creciente conflictividad social. Por consecuencias de estas imposiciones el pueblo mexicano ─de este lado del muro─ ya no comerá manzanas, peras, arándanos, carne de puerco… importada de Estados Unidos. ¡Ahora el pueblo mexicano sentirá en carne propia las sanciones que su gobierno aúpa, avala y solicita, contra el pueblo venezolano!
Nicaragua, ¿Por qué Nicaragua? ¿Por qué hoy, en medio de este sojuzgado y convulso mundo, la violencia ha tomado las calles de Nicaragua, contra el Estado-Nación, contra su institucionalidad? ¿De dónde viene, quién la promueve, por qué y para qué? ¡La economía de Nicaragua y el estado de bienestar en los últimos años es, sino el mejor, uno de los mejores de centro América! Entonces, ¿qué está pasando? Los defensores de la paz, la democracia, la libertad, el progreso, defensores de derechos humanos, aupadores contra Venezuela, ¿les parece raro que estén calladitos? Aquí me detengo, busco razones, relaciones con el planteamiento fundamental; ¿quién está protestando con tan inusitada violencia contra el Estado-Nación, contra el gobierno, contra la institucionalidad democrática nicaragüense? ¿Nos es familiar esa forma de irrupción social contra la institucionalidad, sus fines y propósitos? ¡Si! En Venezuela conocemos muy bien, sabemos de dónde viene, quién la financia, la promueve, aúpa, el propósito y fin último es la creación de un estado fallido. ¿Quién y sobre quién se ejecuta fundamentalmente? En Nicaragua como en Venezuela la ejecutan extrañamente "estudiantes indefensos, heroicos y libertarios, cruzados de tiempos medievales de conquista y sumisión" desde y hacia los recintos universitarios, los más desvalidos, los más indefensos.
En la acción 2017 contra Venezuela y su institucionalidad ─como Juan Manuel Santos y Barack Obama premios Nobel de la Paz─ recuerdo a Oscar Arias, ex presidente de Costa Rica, arengar ante el mundo a los "estudiantes venezolanos", "indefensos, heroicos, libertarios, cruzados". Según Oscar Arias, ante el mundo, eran los defensores de la libertad, la democracia, la paz, el progreso y prosperidad en Venezuela que el malvado régimen estaba masacrando en las calles, desde las universidades, ellos, los "estudiantes indefensos, heroicos, libertarios…" fueron en Venezuela y son hoy en Nicaragua la vanguardia para el desconocimiento constitucional y establecimiento del denominado estado fallido, urgido de intervención humanitaria, tutelaje, neocolonialismo, anexión… ¡Carajo!...
─¿Qué será de Obama? ¡después de declarar a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria para EE.UU, se convirtió en la nada! ¿Para qué sirve y por qué se otorga un premio Nobel de la Paz?
¿Dónde están los estudiantes venezolanos hoy, que ayer, por instrucciones de Oscar Arias, premio Nobel de la Paz y expresidente de Costa Rica, fueron esa vanguardia contra su Estado Nación, contra su Universidad? ¿Por qué hoy nuestras universidades lucen vacías, secas? ¿Viven nuestros estudiantes en el exterior el paraíso prometido o son perseguidos, vejados, humillados…? ¡Engañados! ¿Dónde están sus convideros y aupadores? ¿Por qué al no concrétense los planes de intervención extranjera se van corriendo al exterior y no se quedan a defender a la Universidad y su Estado-Nación contra cualquier forma de dominación? ¡Esa es la universidad necesaria!
¿Dónde están las autoridades académicas responsables?
A las autoridades universitarias que hoy reclaman atención del gobierno mientras desconocen la institucionalidad, la Constitución y solicitan declaratoria de estado fallido e intervención extranjera contra el Estado-Nación venezolano, ¿cómo entenderlas, cómo defenderlas, cómo apoyarlas…?
En ese plano paradójico-existencial sin el reconocimiento y defensa explicita, pública, comunicacional, del gobierno, de la Constitución e institucionalidad democrática, del Estado-Nación, cualquier intervención del gobierno y la fuerza policial en el recinto universitaria seria motivo más que suficiente por parte de las autoridades universitarias para demandar ante instancias internacionales el señalamiento y condena por violador de derechos humanos, concreción del estado fallido, necesitado de intervención y tutelaje.
¡No existirá universidad pública o privada en un estado fallido, intervenido, tutelado, anexionado! La doctrina de dominación imperial, neocolonizadora, que hoy convulsiona y sojuzga al mundo, tras la devastación y la muerte, se basa en la ocupación de la tierra arrasada. ¿No saben, no estudian, no analizan, no conocen, no evalúan ese accionar delictivo impositivo en nuestras universidades? ¿Dónde están nuestros pensadores, nuestros científicos e investigadores? ¡Ojalá, no sean premios Nobel de la Paz!
La universidad y su comunidad deben, más allá de las diferencias políticas, reconocer, respetar y defender de cualquier sanción, intervención y tutelaje, al Estado-Nación, a la Constitución Bolivariana, que le da vida institucional, legal, legítima y autónoma. La Universidad y su comunidad, por autoexistencia, continuidad y conservación, están en el deber, obligación, de defender y promover una Patria libre, soberana, independiente, productiva, con igualdad y equidad social. ¡Lo contrario es ir contra la propia existencia!
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