La familia por antonomasia es ya una escuela

Sí, debe ser un templo donde se le rinda culto a los valores: amor, apoyo mutuo, respeto, moral, responsabilidad, obligaciones, cultura, instrucción, educación, entre otros. La educación es un tema complejo, que no sólo es responsabilidad de los maestros, las maestras; esos seres que saben llegarle al corazón de los infantes. La instrucción oficial es un complemento. Una familia sin educación es como un barco a la deriva.

Con este prolegómeno, pretendo dar inicio a mis modestos argumentos; no serán los más acertados, sin embargo me nace el espíritu de aportarlo por amor a mi país. Como es natural, pueden ser acreedores de razonamientos en contrario, en esta pluralidad del pensamiento. Serán gustosamente bienvenidos; algunos, quizá me sirvan, para retroalimentar mis reflexiones, pero no para permutar mis principios.

En mi opinión, no me proporciona ninguna extrañeza, cuando leo en diferentes medios informativos "Cada familia una escuela", cuando ya de por sí cada familia debería ser una escuela en el sentido literal de la palabra; la interpretación lógica nos señala que todo se traduce en un hogar consolidado. Es aquí donde están los cimientos de los verdaderos valores desde la infancia, pasando luego por los diferentes procesos del desarrollo humano. Se inicia con la socialización que el niño o niña va adquiriendo, conforme al ámbito bio-psico-social donde se desenvuelve. Hay que considerar que el niño se inicia como una tabla rasa; es como una plastilina que debe ir moldeándose paulatinamente. Lo axiológico se impone.

En este orden de ideas, si el párvulo se cría en un ambiente de tolerancia, aprenderá a ser tolerante; no obstante, si su contorno es absorbido por la violencia, por malos hábitos morales, maltratos físico-psicológicos, infelizmente, crecerá con una baja estima de principios y virtudes, pudiendo llegar a ser un resentido social. Como dice un slogan "Niño maltratado, adulto maltratador" de esto, hay bastante tela que cortar, con esporádicas excepciones. Por ello considero, que "Cada familia una escuela" no debe interpretarse como una proposición negativa.

Ya para finalizar, en el caso concreto de la coyuntura sanitaria, conocida por todos, sobrevenida, que está presentándose en el país; ha surgido la necesidad de adaptar ciertas estrategias, para poder dar capacidad de respuesta a los métodos, compromisos y ensayos de carácter pedagógico y académico que tienen que ser dirigidos desde las casas en corresponsabilidad y coordinación con los maestros de escuelas; sin subestimar aquellas orientaciones, sugerencias de profesionales dedicados al mundo de la pedagogía y la enseñanza virtual, de quienes estoy convencido están aportando sus ideas y sus experiencias para coadyuvar en los procesos de aprendizajes y desaprendizajes a distancia; aunque en mi humilde cavilar, menos aun, despreciar "cada familia una escuela". Considero que deberá prevalecer el contenido antes que la forma. Es mi manera de ver las cosas. ¡Muchas gracias!



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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