Escribir bien...

Hoy un buen amigo me ha suscitado un asunto que a mi juicio tiene mucho interés en tiempos en que la posibilidad no ya de escribir sino también de publicar está al alcance de cualquiera, sin que una editorial, un periódico o un tabloide deban darte el visto bueno. Twitter es cuestión que merece atención aparte, pero desde luego Facebook es el lugar idóneo para ponerse cualquiera a prueba sobre su capacidad como escritor sin pretensiones. Escribir pone en orden las ideas, ahorma pensamiento y robustece la personalidad. España es muy poco proclive a escribir, como también es poco aficionada a la lectura...

Mi amigo me decía esta mañana que, según un amigo que, por lo que dice debe ser muy culto, para escribir bien hay que previamente haber leído a Borges, a Cortázar, a Chéjov, a Poe, a Hemingway, a Kafka...

Y yo voy a reproducir lo que he contestado a ese propósito: "Lo que dice tu amigo es, justo, el motivo por el cual muchas y muchos se retraen de escribir salvo para responder a otro que ha debido pensar antes lo que ha escrito. Pues mucha gente, por esa idea superficial del amigo de mi amigo, teme no saber escribir bien, y por ello ni lo intenta".

A mi me consta que he animado a bastantes personas que no escribían motu proprio a escribir. Y es que yo, en cambio, no creo que para escribir aceptablemente bien haya que haber leído a buenos o muy buenos o consagrados narradores, en definitiva relatores. Yo creo que el pensamiento propio hace a menudo el milagro de escribir "aceptablemente bien" con las siguientes condiciones: la primera, si apartas de ti los pre-juicios; la segunda, si no buscas ni el aplauso ni provocas deliberadamente el rechazo general (por eso escribir de política estricta carece de valor y es poco recomendable escribir en el sentido más ambicioso al que me refiero); la tercera es, si lees algo o bastante a los grandes pensadores de la historia (y estos no son necesariamente novelistas, ni narradores, ni cuentistas y ni siquiera historiadores); y la cuarta es la principal: dejar que hable el corazón cerrando el paso al entorpecimiento de otras vísceras...



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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