Debemos partir de que a pesar de la pandemia generada por el COVID-19 nuestros estudiantes tienen el derecho de continuar recibiendo educación y más que educación una formación continua durante toda la vida. Afirmamos, que en la nueva sociedad del siglo XXI, la sociedad del aprendizaje permanente, donde todo momento, lugar y hora son propicios para aprender y donde el estudiante aprende significativamente sobre la base de contenidos finales de interés, que pueda vincular con sus intereses personales, laborales y con sus conocimientos previos, el estudiante al nacer tiene derecho a recibir una educación gratuita. Una educación que le permita crear las habilidades necesarias para aprender y formarse durante toda la vida. Este principio de socialización de la educación debe ser la tendencia de los pueblos y los gobiernos dispuesto a cambiar el mundo, a construir un mundo mejor de igualdad de derechos, que no piense e invierta en armamentos para la guerra, sino en educación y salud para su pueblo. Ese es nuestro caso venezolano.
Este principio, nuestro venezolano, es el que promulga nuestro gobierno revolucionario dirigido por el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros y es el principio en el que debemos insertarnos para crear las bases que permitan desarrollar nuestra propia educación a distancia (EaD). Indudablemente, con escenarios distintos ya que la pandemia nos obliga a vivir en cuarentena + flexibilización. Sin embargo, esto que se materializa a través del "Plan 7 +7", una semana de cuarentena + una semana de flexibilización laboral, diseñado por el presidente Maduro e implementado por la Comisión Presidencial a cargo de la vicepresidenta Delsy Eloina Rodríguez Gómez, no implica que la educación sea intermitente, una semana sí y otra no, por el contrario el Programa "Cada Familia una Escuela" permite dar continuidad a los contenidos académicos de la educación venezolana, mediante la innovación, la creatividad y el uso de las tecnologías. En casa nuestros estudiantes aprenden mediante el desarrollo de contenidos específicos dirigidos a estudiantes y docentes de todos los niveles de educación del país, así como permite la formación pedagógica del docente y de la familia.
Por ello, debemos prepararnos utilizando la tecnología y todos los medios a nuestro alcance para garantizar el aprendizaje de nuestros estudiantes, con estrategias didácticas adecuadas, programas instruccionales acordes a la enseñanza y el aprendizaje a distancia, una ayuda ajustada del docente a nuestros estudiantes, trabajo colaborativo y estrategias de evaluación, que propicien el logro y control de los aprendizajes de nuestros estudiantes, mediante una adecuada realimentación, que permita establecer planes correctivos en tiempo real en aquellos casos que se detecten deficiencias. Todo ello, buscando que el estudiante aprenda de manera significativa.
Ahora bien, no solo contamos con Internet para la enseñanza y el aprendizaje a distancia, sino con clases dirigidas, utilizando la televisión, la radio, incluso mediante el envío a los estudiantes de contenidos ubicados en medios de almacenamiento con CD-ROM, pendrive, entre otros, que pueden hacerse llegar a los estudiantes a través de las comunidades organizadas.
La pandemia generada por el COVID-19 nos lleva a innovar, inspirar y reflexionar durante este tiempo de crisis, que sin duda requiere de un mayor esfuerzo tanto de docentes como de estudiantes. No estábamos preparados para esta pandemia, sin embargo esta situación nos ha permitido reflexionar y repensar cómo debe ser nuestra educación. Esto implica, reflexionar sobre si nuestra educación es verdaderamente flexible, inclusiva y con derecho a todos por igual. Constituye un gran logro de la revolución venezolana, implementado a través de nuestro ministro del poder popular para la educación universitaria César Trómpiz, garantizarle un cupo a todos nuestros estudiantes egresados del bachillerato y otros niveles de educación en las universidades nacionales. Pero, además, se requiere reflexionar sobre si nuestra educación le permite al estudiante aprender cómo, dónde, cuándo lo necesite y su tiempo se lo permita; si esa educación llega a los lugares más intrincados donde existen personas con necesidades educativas; así como, si permite vincular el estudio, con el trabajo y la recreación. Eso es flexibilidad educativa y la EaD lo permite, a través de sus modalidades virtual y mixta. Debemos interiorizar que la tecnología es el mejor aliado de los que tenemos por función educar a las nuevas generaciones en tiempos de pandemia y pos pandemia y hacerlo desde nuestras casas. Independientemente, de los problemas de acceso a Internet, que existen y no podemos negar, debemos garantizar la educación enfrentándolos, hay que invertir en tecnología para la educación, eso es ganancia para toda la vida, hay que asumir como Estado que tenemos que responder y garantizar que el Internet llegue a nuestras casas y a nuestras instituciones educativas. No pensando de manera capitalista a través de cableras privadas que facilitan un Internet malo, intermitente, incosteable y de baja velocidad. Estas cableras nunca van a socializar el derecho a Internet, sino van a pensar en cómo ganar más y más a costa del pueblo que quiere educarse. Nunca van a garantizar la EaD y el Plan "Cada familia una Escuela". Por ello, necesitamos socializar Internet..
Por otra parte, debemos sacarle provecho a la situación terrible a causa de la pandemia, que todos los días deja miles de nuevos contagiados y muertos en el mundo. Ahora tenemos una gran oportunidad, para encaminarnos hacia nuevas formas de enseñanza y aprendizaje, de olvidarnos de la obligatoriedad de que nuestros estudiantes aprenden únicamente sentado en un salón de clases. Ese tipo de enseñanza no se ajusta a la realidad del mundo de hoy, ni al que se avecina como tiempo pos pandemia. Ahora, solo estudiamos y aprendemos desde la casa, sin embargo en un mañana que pudiera ser muy cercano, estudiaremos y aprenderemos de manera mixta, en una nueva manera de vivir que será mixta. Mañana pasaremos de la total virtualidad a la posibilidad de combinar la educación presencial con la virtual, a la modalidad mixta. Para esa nueva coyuntura hay que prepararse. Hay que crear nuevos diseños curriculares, nuevos programas instruccionales, nuevas estrategias didácticas y de evaluación que respondan a ella. Ese es otro reto, que impone a las instituciones educativas anticiparse diseñando proyectos de educación mixta, que contemplen la educación a futuro. La enseñanza y el aprendizaje totalmente virtual se constituye en un momento de paso y únicamente nos sirve para mostrarnos un panorama de hacia dónde debemos llegar. En este momento, estamos respondiendo a necesidades inmediatas, pero es fundamental que veamos cuáles serán las próximas necesidades de nuestros estudiantes y cómo se perfilarán en las nuevas dinámicas de enseñanza y aprendizaje a implementar. Por ello, debemos identificar y consolidar todos los elementos que conlleva el aprendizaje virtual; consolidar la posición constructivista que coloca al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje, como constructor de sus propios conocimientos sobre la base de los que ya posee y al docente como facilitador y conductor del proceso de aprendizaje; establecer los mecanismos que garanticen que los estudiantes reciban de forma final los contenidos que le garanticen aprender de manera significativa; así como, finalmente, comenzar a imaginarnos una nueva institución educativa mixta al estilo venezolano.
Ahora bien, nos queda un problema por resolver: el papel de familia en la educación de sus hijos en tiempos de pandemia y pos pandemia, mediado por la tecnología, lo cual implica determinar la importancia del trabajo conjunto entre la familia y la institución educativa. Conocemos que una de las mayores amenazas que sufre la EaD es la deserción escolar, sobre todo en los primeros momentos de cada tiempo escolar. Además, estamos ante una población joven que necesita orientación incluso la universitaria, ya que en algunos casos nuestros estudiantes comienzan la formación universitaria siendo aún adolescentes. También conocemos que el alumno que estudia a distancia la mayor parte del tiempo construye sus conocimientos solo y siente esa soledad, que estamos en la obligación familia - institución educativa de disminuir hasta eliminar. El alumno que estudia desde su casa permanece mayor tiempo al lado de su familia por lo que se requiere de una formación familiar que permita dar el apoyo que ese alumno necesita. Hay que explicarle a la familia qué significa que sus hijos estudien a distancia, cuáles son las ventajas y desventajas, qué papel juegan como familia en la formación de sus hijos a distancia, entre otras. Por otra parte, hay que formar al nuevo docente a distancia para que entienda su verdadero papel de conductor del proceso educativo, el papel de la ayuda ajustada y personalizada que debe brindar a las necesidades de los estudiantes, así como cuándo debe disminuir esa ayuda para de manera supervisada, dar independencia al estudiante para que construya sus conocimientos y aprenda de manera significativa.
*Doctor en Educación. Doctor en Ciencias Sociales. Profesor e Investigador Titular UCV / UNEXCA