Resulta completamente inaceptable que tanto el presidente de la República como el ministro de educación, realicen de manera irresponsable, y sin consultarle al gremio docente, así como a los padres y representantes de todas las instituciones educativas del país, si efectivamente están de acuerdo en un eventual retorno de clases presenciales.
En tal sentido, hay que evaluar distintos escenarios para ver si efectivamente están dadas las condiciones para un hecho semejante, máxime cuando en Venezuela no solo tenemos el problema que afecta al resto del mundo, como la proliferación del covid-19, sino que la crisis política, económica y social, ha permitido que la delincuencia haya imperado y destruido por completo la mayoría de escuelas, liceos y universidades, sobre lo cual tendríamos que sumarle el inexistente salario de maestras, profesores y trabajadores educativos, y por supuesto, la ausencia de una planificación que garantice en el corto plazo que una población de aproximadamente unos 10 millones de niños, adolescentes, jóvenes y educadores puedan recibir la vacuna respectiva sobre la enfermedad que ha derivado en pandemia.
El madurismo con tal decisión lo que busca es pescar en río revuelto, buscando hacer ver que tendría "controlada" una situación, mientras vemos instituciones, como el caso del liceo Juan de Castellanos(1), ubicado en Juan Griego, isla de Margarita, al igual que casi todos los planteles de Venezuela, no solo carecen de instalaciones sanitarias, y aquellas que tienen aún la suerte de tener aunque sea un lavamanos, no cuentan con servicio de agua, es solo una muestra de que al régimen, lo menos que le importa es la salud del pueblo.
Es tal el deterioro de la infraestructura física educativa, que todos estos fueron desmantelados en sus instalaciones eléctricas, y tampoco cuentan con pupitres, y menos con materiales pedagógicos, de laboratorio, deportivos, y de formación para el trabajo.
Y en esa vorágine, los docentes y trabajadores educativos fueron despojados del salario y los beneficios laborales, ante un Estado inepto, ramplón y corrupto que solo hace demagogia con el tema de la educación, sin importarle si los estudiantes y docentes tienen mascarillas, zapatos, uniformes, cuadernos, lápices, y hasta dinero suficiente para pagar un pasaje, cuando fue el madurismo quien llevó a las familias venezolanas hasta esta condición de calamidad y sufrimiento social.
Ante tal realidad ¿Será que algunos de los hijos o nietos de la cúpula madurista, incluyendo quienes integran la nueva "asamblea nacional" estudian en las destruidas instituciones del Estado? Y si es así ¿En cuáles, y podrían mostrarnos sus condiciones? ¿Enviarían ellos(as) a sus hijos(as) a clases presenciales con planteles que tienen severas deficiencias en servicios públicos, y a su vez sin que sea vacunada la población educativa?
El madurismo no puede tomar una decisión de esa importancia, menoscabando los más esenciales derechos humanos tanto de los estudiantes como de los docentes. No hay condiciones de salubridad, y menos de restauración física de los planteles, y lo que es más grave, la pobreza que está afectando al país ante una destructiva praxis política, que indefectiblemente no permitirá, cuando menos el resto de 2021 que realmente existan escenarios adecuados para el retorno de clases presenciales.
La educación ha sido destruida por el madurismo en todos sus componentes y estructura del conocimiento. No es un simple retorno a clases de manera presencial, hay que recomponer el calendario escolar, se debe ajustar el currículo educativo, hay que replantear los esquemas de aprendizaje, debemos volver a los horarios por turnos en la mañana y tarde. Hay que abrir espacios de clases sabatinas para quiénes en edad adulta están fuera del sistema educativo.
En síntesis, volver a clases requiere más allá que pintar una infraestructura que está prácticamente destruida. Hay que replantear la educación desde sus comienzos hasta el último grado universitario, y asegurar tanto a estudiantes como docentes un esquema de planificación que permita a través del tiempo, ir mejorando las condiciones de cementerio educativo en que yace la más importante área de desarrollo de cualquier país.
(1) Liceo Juan de Castellanos en Juan Griego, isla de Margarita, pero aún así, Nicolás Maduro y Aristóbulo Istúriz desde el MPPE dicen que las condiciones están dadas para el "retorno de clases presenciales" https://t.co/SfiaMq2dYx