UNEARTE-LARA, PNFA: ARTES Y CULTURAS DEL SUR
"Todos los pueblos forman juicios acerca de los modos de vida diferentes de los suyos propios"
Melville Herskovits
En atención al epígrafe anterior, se podría parafrasear que todo pueblo como expresión del espíritu humano o, mejor, de su espiritualidad y perspectiva trascendente, desarrolla en su de tiempo y geografía una metafísica, entendida como los principios fundamentales de la realidad, que también llaman "esencia y sustancia" en correspondencia con las particulares dinámicas que conducen a crear determinadas formas de arte, que algunos manuales de ocasión, suelen denominar "utilitarios, rituales o ceremoniales". Aunque el reconocido esteta mexicano Octavio Paz (1914-1998) contradiga en parte lo anterior dicho, según observa Olio (2006), ya que Paz, al referirse a la Artesanía, destaca que ésta se ubica entre "el uso y la contemplación", pues:
"La Vasija de barro cocido: no la pongas en la vitrina de los objetos raros. Haría un mal papel. Su belleza está al líquido que contiene y a la sed que apaga. Su belleza es corporal: la veo, la toco, la huelo, la oigo. No es objeto para contemplar, sino para dar a beber. Su belleza es inseparable de su función: son hermosos porque son útiles … La artesanía es una mediación: sus formas no están regidas por la economía de la de la función sino por el placer, que siempre es un y no tiene reglas. El objeto industrial no tolera lo superfluo: la artesanía se complace adornos. Su predilección por la decoración es una transgresión de la utilidad … La persistencia y la predilección del adorno en la artesanía revelan una zona intermedia entre la utilidad y la contemplación estética" (p 1).
En todo caso, los objetos artesanales (utilitarios-contemplativos) y artísticos (-decorativos-contemplativos) son piezas de diverso tenor y alcance que resumen posicionamientos téticos. Es decir, sientan hipótesis o tesis sobre diversas dimensiones de lo real, como diría Ferrater Mora (2004) en su muy conocido "Diccionario de Filosofía" y, en lo atinente a lo histórico y antropológico, propiamente en el ámbito cultural, observan desarrollos concretos: llegando a ser especies de síntesis de ciertas prácticas sociales, con registros estructurados de acuerdo con esquemas que implican, a su vez, la emisión de juicios morales sobre principios éticos que guían conductas y han modelado sistemas de valores de diferentes pueblos, sostiene Herskovits (S/F).
Asimismo, tales estructuras se ordenan en los planos económicos, políticos y también por sus creencias religiosas en atención a su complejidad, eficacia y "deseabilidad"; todo lo cual "… Se ha expresado (en) su arte, música y formas literarias", de acuerdo al mismo autor: "Sin embargo, se ha hecho cada vez más evidente que las valoraciones de este género subsisten o se desmoronan con la aplicación de premisas de las cuales se sirven" (p. 6).
En este sentido, los juicios en torno a la "naturaleza última de la realidad" son relativos y ésta es interpretada con base a la propia "endo-cultura" del individuo, filosofía normativa y "simbolismo del lenguaje"; de donde se tiene que no existen valores "absolutos" en cuanto a gnoseología y epistemología o teoría del conocimiento en general y científico o en teoría de los valores (axiología), dado que tales nociones están vinculadas a la cultura y ésta en cuanto tal no es un sistema cerrado, de "rígidos procedimientos, "conducta habitual" o reduccionista. Es relativa a un tiempo y lugar, a un "complejo cultural".
Como fuere, representa "un factor constante en el grupo", señala Herskovits (ob cit). Por eso Dewey, citado por el autor anterior es del criterio que: "Cualesquiera que sean los elementos constitutivos de la naturaleza humana, la cultura de un periodo y de un grupo representa la influencia determinante de su orientación". Por lo que se concluye que, recordando quien esto escribe, al filósofo español José Ortega y Gasset en su obra "Meditación sobre la técnica" (1932), la ciencia y la tecnología como "aparatos culturales" son una especie de "sobre naturaleza" con la que el hombre no podría subsistir, aunque quisiera; pues, de hecho, define ciertas direcciones en la conducta individual, grupal e institucional.
Ergo, somos lo que la cultura hace de nosotros, claro, no parece ser tan cruel como dioses griegos o semitas: en la vida tenemos ciertos márgenes de libertad, aunque quien sabe si sea una cuestión ilusoria o quimera, a modo de un divertimento. El mismo Simón Bolívar en cierta ocasión sentenció que él no era sino una brizna de paja movido por el huracán revolucionario (algo así, cito de memoria una intervención del comandante Chávez). En otras palabras, el asunto de la cultura y el arte, remite también a la antropología filosófica y, en consecuencia, atinar a responder aquellas típicas preguntan kantianas: ¿qué puedo conocer? ¿Cómo debo actuar? ¿Qué puedo esperar? ¿Qué es el hombre? Respuestas que, con perdón del etnocentrismo, se habrían de responder de acuerdo a la endocultura de cada quien, intersubjetivamente.
Aunque Harris (S/F) al hablar de "endocultura y relativismo cultural" acota que:
"La cultura de una sociedad tiende a ser similar en muchos aspectos de una generación a otra. En parte, esta continuidad en los estilos de vida se mantiene gracias al proceso conocido como endoculturación. La endoculturación es una experiencia de aprendizaje particularmente consciente y parcialmente inconsciente a través de la cual la generación de más edad incita, induce y obliga a la generación más joven a adoptar los modos de pensar y comportarse tradicionales. Así, los niños chinos usan palillos en lugar de tenedores, hablan una lengua tonal y aborrecen la leche porque han sido endoculturados en la cultura china en vez en la cultura de los Estados Unidos. La endoculuración se basa, principalmente, en el control que la generación de más edad ejerce sobre los medios de premiar y castigar a los niños. Cada generación es programada no sólo para replicar la conducta de la generación anterior, sino también para premiar la conducta que se adecúe a las pautasde su propia experiencia de endoculturación y castigar, o al menos no premiar, la conducta que se desvía de éstas" (p. 4).
Las orientaciones de los dos autores anteriores permiten advertir parte de las implicaciones de orden teórico a tener presente en una investigación que ha emprendido, cuyo propósito se orienta a comprender los alcances críticos que en el campo de la cultura realizó la revista Sic, Centro Gumilla, entre 1939 hasta la actualidad, con una fecha a delimitar todavía, principalmente en la sección dedicada al comentario de libros y demás expresiones del "acontecer cultural nacional". Se tiene la hipótesis de que dada la orientación de esta publicación (filosofía de la liberación y teología ídem) pudiera permitir abordar parte de la genealogía de la cultura en Venezuela, donde se puede incluir una cierta caracterización de la circulación de teorías sobre arte, literatura, filosofía, entre otros aportes culturales y analizar si semejante recepción es "universal" y acrítica o, si por lo contrario, los creadores y pensadores nacionales asumen en su tiempo y lugar posiciones críticas.