UNO.- Quienes se oponen al gobierno revolucionario y socialista deberían mirarse en el espejo del “socialismo” chileno. Miles de estudiantes vienen luchando por participar desde hace mucho tiempo, -- desde hace dos años para ser exactos -- en contra de la elaboración y aprobación de un proyecto de reforma educativa conocido como Ley General de Educación; el cual se está discutiendo actualmente en el Congreso de ese país. Ellos demandan que sea el Estado quien dirija la educación y no la municipalidad; ni se siga empleando el actual sistema de subvenciones entre el Estado y privado (viejo sistema educativo propuesto y heredado de la dictadura de Augusto Pinochet). Quieren educación gratuita como en la tierra de Bolívar y en la de Martí. Las protestas en las calles y avenidas de las principales ciudades chilenas como Santiago de Chile (la capital) Iquique, Antofagasta, Viña del Mar, Valparaíso han sido las más importante. Según la información de Telesur: “Las manifestaciones se produjeron luego de varios días en que los estudiantes protagonizaron paros y tomas de centros educativos a lo largo de todo el país.” Lo que nos llama la atención, según los comentarios de Amnistía Internacional, es el empleo de una fuerza "excesiva" para reprimir a los estudiantes de Chile.
Escribía en el primer párrafo de este artículo, que había que mirarse en el espejo del Chile, por el enorme contraste que ofrece en relación con las manifestaciones estudiantiles. Venezuela se ha convertido en un modelo de trato y tolerancia hacia cualquier manifestación que grupos de oposición quieran realizar. Derecho garantizado en la Constitución Bolivariana. Veamos entonces, que en nuestro país se emplea la fuerza policial para proteger a los estudiantes de las universidades privadas que salen a marchar y a protestar por una supuesta falta de expresión y libertad, y en defensa de un fenecido Canal de Televisión a quien se le venció la concepción hace un año exactamente. Acompañado de un tránsfuga, cuyo nombre es mejor olvidar, estos seis dirigentes, fueron pitados y chalequeados por quienes les alcanzaron arrojar bolitas de papel y cuchufletas. En Venezuela si hay exceso de protección contra las huestes de Yon Goicochea (Seis gatos y un ratón), no vaya a ser que a un revolucionario chavista se le ocurra tirarle un taquito de papel con una liguita.
DOS.- Lo que si demostró esta “poderosa multitudinaria manifestación” es el olvido en que cayó el canal golpista en cuestión. Ese muerto no tiene dolientes. El pueblo le ha dicho al bigotudo Marcel: ¡Que te vaya bien, que te montes en un tren y te alejes para siempre de la Patria Socialista. A llorar a los pantanos de Florida y Boca de Ratón y hacerle compañía a los lagartos.
TRES.- Estoy ingratamente sorprendido de las imágenes que han mostrado los canales de noticia internacionales y los propios (Gracias TELESUR) en relación con la situación de los inmigrantes en Suráfrica, la tierra de Mandela. Cómo explicar entonces el hecho de que el país de ese extraordinario líder, hayamos presenciado unas escenas salvajes y horrorosas relacionadas con hermanos de raza negra: El asesinato brutal, según los medios de comunicación “por lo menos 22 inmigrantes zimbabuenses y mozambiqueños? Algunos han sido matados a machetazos y otros quemados vivos. Debido a estos actos, unas 6.000 personas han huido de sus desvencijadas casas”.
Me vino a la memoria la matanza de Soweto en la época en que se luchaba contra el apartheid segregacionista y racista, Fred Weston en su artículo publicado en Rebelión el día 26-05-2008: “Xenofobia” en Sudáfrica: ¡socialismo o barbarie! Escribe: La situación actual es el resultado directo de la política adoptada por la dirección del ANC desde la caída del apartheid. El final del apartheid no fue suficiente. Lo que hacía falta era poner fin al sistema social y económico en el que se basaba el apartheid, el sistema capitalista. Las masas no lucharon ni hicieron grandes sacrificios simplemente para permitir que una minoría de negros se convirtiera en burgueses. Lucharon por la justicia social, pero los dirigentes del ANC han fallado”. Nelson Mandela en su reposo de guerrero y en el disfrute de su ancianidad debe haber llorado.
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