La expresión “O inventamos, o erramos”, que acuñara Simón Rodríguez en un contexto bien particular, se ha convertido en una especie de slogan publicitario. Algo así como “Pide más”, expresiones que son asociadas a un producto y que en realidad no tiene ningún sentido para quien las repite. Sobre todo en el discurso educativo se recurre con frecuencia a esa expresión. Sin embargo, cuando uno escudriña en la mayoría de esos escrito encuentra muy poca invención y mucho yerro. Además, muchos se excusan en esta expresión para no estudiar seriamente y justificar la improvisación y la falta de rigor. Antes de continuar, creo oportuno aclarar que hay muchos trabajos serios en el campo de la educación, pero lamentablemente muy pocos de esos trabajos son escritos desde una perspectiva revolucionaria. Tenemos que reconocer que tenemos una gran debilidad en esta materia.
Otra aclaratoria me parece conveniente antes de continuar. Presento a continuación el párrafo completo del texto de Simón Rodríguez de donde se toma la mencionada expresión.
“El interés general está clamando por una reforma, y la América está llamada por las circunstancias a emprenderla. La América no debe imitar servilmente, sino ser original… ¿Dónde iremos a buscar modelos? La América española es original; originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales los medios de fundar uno y otro. O inventamos, o erramos.” (Sociedades Americanas de 1828, p. 343, Tomado de Alfonso Rumazo González (1980). Ideario de Simón Rodríguez. Caracas: Centauro.)
Creo que así puede quedar claro a que se refería Simón Rodríguez con esa expresión. El que tenga ojos que vea. Sigamos con el asunto que nos ocupa.
En un
artículo reciente (ver http://www.aporrea.org/
Asuma que la pedagogía es una ciencia. Como en toda ciencia existe un cuerpo de conocimientos, unos problemas específicos y unos métodos para atacarlos característicos de la pedagogía. No se hace ciencia ignorando aquello que otros científicos han realizado, es decir, los problemas estudiados, los métodos usados y los resultados obtenidos. No se hace ciencia sin la capacidad para discernir entre ciencia y pseudociencia. Todo eso requiere de esfuerzo, disciplina y dedicación. No se hace ciencia con flojera intelectual. “O inventamos, o erramos” ha sido usado como excusa para la flojera intelectual y la improvisación.
Reitero mi invitación al estudio de los autores y autoras que han producido trabajos rigurosos de interés para la pedagogía y a aquellos pedagogos que nos puedan dar luces para la elaboración de una pedagogía revolucionaria al servicio de la clase trabajadora. Esto debe ir acompañado de someter a una dura crítica a los autores de la derecha. En un próximo artículo ilustraré este último punto con un examen del constructivismo a la luz del marxismo.