DE QUE NOS SIRVE LA U.C.V.
Estimados camaradas socialistas, no crean que por el titulo en este articulo voy a desprestigiar a nuestra querida universidad central, ni tampoco, es interés de este articulo atacar a las presentes autoridades de esa universidad, solo quiero, y aprovechando el marco de la nueva ley de educación, dar una reflexión de lo que considero es una enorme injusticia, que se hace contra nuestra sociedad, por parte de la mayoría de los egresados de esa institución, y de cómo nuestro gobierno revolucionario podría solucionar esa injusticia.
Antes de empezar y para darle un marco ético a mi artículo, les voy a narrar una conversación que sostuve, hace ya unos 17 años aproximadamente, con una extraordinaria mujer, cuyo ejemplo de vida me influencio grandemente, entenderán que por razones obvias me reservo los detalles mas personales.
Por cosas de la vida y de mi trabajo para aquella época, llegue a casa de una doctora oncóloga, de un don de gente extraordinario, y por eso del trabajo, una tarde tomando un café, me relató brevemente la historia de la vida de su padre, su hermano y la de ella misma.
La conversación se inicio posterior a una conversación, de la doctora con gente del hospital Pérez Carreño, donde la doctora laboraba, y la conversación era por un reclamo que los médicos de esa institución, llevaban adelante en contra del nefasto segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, ya que hacía tres meses que no les pagaban el sueldo, y no le querían reconocer la retroactividad de un bono, lo cual molesto mucho a la doctora.
En días anteriores ya me había relatado, que ella era medico oncólogo en la clínica la Floresta, donde tenia un consultorio de mucho éxito, tanto en el área medica, como en el área económica, a la vez me había relatado que su padre, era uno de los socios fundadores del hospital de Clínicas Caracas, y que su hermano era un exitoso dermatólogo en el Centro Medico de San Bernardino, cosa que evidenciaba su clase social, que se podría clasificar como clase media bastante alta.
Una vez la doctora se calmó y retomó su dulce carácter, nos pusimos a charlar sobre el trabajo, y al cabo de un rato, desembocamos en la conversación telefónica, luego de terminada una síntesis que me hizo la doctora del relato con su amiga, y la problemática existente en los hospitales, le hice la pregunta que me parecía mas lógica, porque no renunciaba al hospital y se quitaba todos esos problemas de encima.
Su respuesta fue un contundente JAMÁS, e inmediatamente me comenzó a relatar la historia de su padre, este señor llego muy joven a Venezuela, ya que sus padres israelitas de nacimiento, habían muerto en un atentado en su país, y el joven llego a Venezuela a vivir en casa de unos tíos, este joven termino su bachillerato en una institución publica, inmediatamente ingreso a la Universidad Central de Venezuela, donde no solo se graduó de medico, sino que realizó toda una gama de postgrados y especializaciones, que lo convirtieron en un verdadero profesional, de gran renombre.
En la universidad conoció a la que sería su esposa, fruto de esta unión fueron dos hijos, como ya sabemos una hembra y un varón, estos se graduaron de primaria en una escuela pública, se graduaron de bachilleres en un liceo público, y por ultimo se graduaron de médicos en la Universidad Central de Venezuela, durante toda su vida siempre escuchaban la misma canción ética y moral que les daba su padre, y no era otra, de que ellos le debían todo lo que eran al estado venezolano, y por ello estaban en deuda con el país, y esta deuda deberían saldarla todos los días.
Esta familia es el vivo ejemplo de la sociedad que todos queremos, el padre fue miembro del IVSS por muchos años, y doctor de la maternidad Concepción Palacios, la doctora como sabemos, trabaja en el Pérez Carreño y su hermano, es parte muy importante del Hospital Vargas, y los tres tienen claro, que a las clínicas se puede renunciar, total a esas alturas avanzadas de sus vidas, ya están cómodos económicamente, pero, a lo que jamás renunciaron y jamás renunciarán, es a servir en las instituciones publicas de salud, porque esa es su DEUDA DE VIDA.
Demás está decir que esos son los ejemplos de vida que lo marca a uno, y lo animan a dar a conocer esta gente que vale, esta gente que realmente forma diferencias en la historia de nuestras sociedades, esos ejemplos que lo hacen sentirse a uno orgulloso de ser componente de esta nuestra patria chica.
El ejemplo anterior es el soporte perfecto a mi pregunta, “De que nos sirve la UCV”, claro, este ejemplo por si solo no nos sirve, hay que ver el “digno ejemplo” que dan esa nueva casta de graduandos universitarios, que han tomado un puesto preponderante en la vida política de nuestra sociedad.
El ejemplo mas claro de esta nueva generación, es Jon Goicoechea, no me importa su posición política, Venezuela es libre y todos tenemos derecho a tener nuestra propia opinión política, lo que me llama la atención, es que en lo que este joven se graduó, se fue a vivir a México, para continuar sus estudios políticos, y su señora fue a dar a luz a esa hermana república.
El ejemplo de Goicoechea es bueno por su exposición publica, por ser un personaje muy conocido, y nos revela la realidad de la actualidad universitaria, donde mas del 85 % de graduandos, o bien se van del país, o bien pasan a trabajar a la empresa privada de manera inmediata, y es ahí donde yo pregunto, de que le sirve la UCV a los venezolanos, de que nos sirve invertir miles de millones de nuestro bolsillo, en la preparación de profesionales, si cuando se gradúan, estos no retribuyen ni un segundo de sus vidas a la nación que les dio todo, no siguen el digno ejemplo de mi amiga doctora y su familia, sino que por el contrario, siguen el dignísimo ejemplo que Goicoechea dio.
Es cierto, que estamos en libertad y que cada uno tiene derecho a llevar la vida que quiere, pero señores, si no quieren devolverle nada a la nación, nada le pidan, porque cuando se gradúan usando los fondos públicos de nuestra nación, es su obligación devolverle por lo menos, lo mismo que la nación invirtió en uds.
Ya lo decía el ex ministro Aristóbulo Isturiz en referencia a este tema, “de que sirve excelencia sin un sentimiento de pertenecía”, pero señores, recuerden que todo ser humano es egoísta por convicción, y solo en muy poquitos caso, podemos esperar magnanimidad de motu propio de un ser humano, la realidad, es que el ejemplo de vida de mi amiga doctora, es una autentica rareza, en estas épocas de capitalismo voraz, lo común y corriente, es el súper egoísta ejemplo que Goicoechea dio.
Es aquí donde tiene que entrar el gobierno, y aprovechando el marco de la reciente promulgación de la ley de educación, ya que es este el que administra el estado, de manera temporal, y es su obligación, a través de la leyes, equilibrar esas desigualdades e injusticias que se dan en la sociedad, es por eso, que yo me animo a dar una posible solución a esta injusticia social, que se esta llevando adelante en muestra principal institución de enseñanza superior.
Tan pronto un bachiller es admitido a una institución de educación superior publica, deberá firmar un contrato, donde se compromete una vez graduado, a cumplir una de dos alternativas, la primera, es devolver con intereses cómodos, todo el dinero que el gobierno invirtió en su educación, dando para ello un lapso no menor de 20 años, esto para evitar colocar una carga muy pesada sobre el joven profesional, e igualmente se le pueden exonerar los primeros 5 años, en fin, la forma no me importa mucho, esto puede ser discutido, lo importante aquí es el fondo, y este no es otro, que el pago total de los invertido en su educación.
La otra alternativa, es trabajar por un lapso que variara según la profesión para entes gubernamentales o empresas básicas, ligadas directamente a la profesión de la que se acaba de graduar el joven profesional, nuevamente el tiempo que deberá trabajar y el salario que deberá devengar no me interesa, eso es forma, lo importante una vez mas es el fondo, y aquí no es otro, que crear ese sentimiento de pertenencia social a nuestra querida patria, en estos nuevos profesionales, que al fin de cuentas no son otra cosa que VENEZOLANOS.
El que haya tomado como ejemplo la Universidad Central de Venezuela, es solo por un sentimiento personal, pero este ejemplo aplica para absolutamente, todas las instituciones públicas de enseñanza de nuestro bello país.
Tengamos en cuenta que el responsable de solucionar esta injusticia es el gobierno, y es por eso, que nuestro digno gobierno revolucionario, esta en la obligación de abocarse inmediatamente a la solución de este problema, no solo porque es su obligación, sino porque es la única forma, de realmente llevar adelante los reales cambios socialistas dentro de nuestra sociedad.
pito0726@hotmail.com.
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