Antes de entrar en interioridades de la importancia que tiene el gas en la economía venezolana; debemos lanzar al aire algunas interrogantes. En este país todo el mundo es un erudito con el que; pero muy pocos nos dicen como lo va hacer. Aquí nos vienen repitiendo esa expresión que nos dejo el Dr. Arturo Uslar Prieti, de sembrar el petróleo; pero muy pocos nos han dicho como lo vamos hacer. Aquí se oye hablar de la sustitución radical del petróleo para la obtención de la gasolina; pero los que tienen la voz cantante como debe hacerse son los expertos y estos no dan la cara en el momento indicado. En lo que si debemos estar de acuerdo para que un proyecto de esta naturaleza sea económicamente viable; es que sea rentable. Que los ingresos supere en creces a los egresos. De ser así estamos hablando el mismo idioma.
En medio de esta crisis y de una guerra económica que nos golpea por todos lados se hace necesario la puesta en práctica de un proyecto nacional que gasifique todas las actividades del país y esto se puede permitir es a través de una Ley Habilitante; pudiéndole garantizar al Presidente Maduro no solo la perpetuidad en el poder; sino la vigencia del pensamiento chavista. Pensemos en frio e imaginémonos tener a nuestra disposición a un país gasificado; donde bajaría diametralmente el costo de la vida. Tomaría fuerza aquella máxima sentencia que nos repetía el Presidente Hugo Chavez….”de la mayor suma de felicidad para el pueblo”. Existen algunos obstáculos que debemos sobreponernos, uno de ellos es que no existen datos fidedignos de las reservas de gas; algunos la asocian con el petróleo; que debe ser bastante. Hay que cuantificar esas reservas, su durabilidad, su tecnificación y su viabilidad desde el punto de vista económico. Hay que renovar y ampliar las infraestructuras; explorar y explotar las reservas existentes y las nuevas. Consideramos que es oneroso; pero hay que hacerlo.
El gas al lado de los tres (3) sectores: primario, secundario y terciario; donde dos (2) de ellos son parásitos; que no aportan nada y que se convierten como un peso para el Estado burgués: Al gas lo tenemos los 360 dias del año. No produce la carga letal del dióxido de carbono. Tiene bajo impacto ambiental como combustible; bajo precio del producto. Se puede almacenar, es mas eficaz, más competitivo, mas accesible en términos económicos. Mientras que a la electricidad, la tenemos ahí; pero no La podemos guardar en ninguna parte.
Mientras no tengamos claro una ruta a seguir de lo que vamos hacer con la explotación del gas; vamos a tener esa evaporación sistemática que se lleva a cabo a través de los llamados mechurrios, que esta dilapidando un recurso no renovable y nos estamos privando de un recurso que le cambiaria el rostro a nuestros hospitales, a nuestras viviendas, al sistema automotor y porque no utilizar lo para la exportación via los gasoductos o GLN (gas licuado)
Recordemos que el presidente Chavez con esa visión de estadista visualizo con mucho acierto la necesidad que el transporte automotor estuviese movilizado a través del gas. PDVSA lo hizo, seguido por algunas empresas básicas. Algunas individualidades se sintieron tentadas en montar los talleres del cambio de gasolina por gas. En un Alo Presidente dio órdenes precisas para que le presentaran un proyecto de manera que para el 2010 gran parte del transporte automotor estuviese incorporado el gas. Habría que preguntarnos a estas alturas donde estará engavetado este informe.
Ya para terminar, queremos señalar que una explotación de esta naturaleza; de manera que entre con pie firme y transparente; reclama de un órgano central de dirección, un órgano central de revisión y valoración; de estas dos (2) variables depende su desempleo, sus resultados y su espíritu. Aquí le dejamos estas apreciaciones de un recurso como el gas; pero que no le están prestando ni apoyo, ni atención.
Luis Roa