Cifras que crean violencia

Entiendo por cuanto es parte de su estrategia comunicacional tratar de demostrar el máximo arrebato por un resultado que ni ellos ni nadie estimaba posible. Mostrar euforia y dislocado rencor es recurso patético para quebrar el valor y significación y peso político que representa que un solo partido maneje, como ningún otro en Latinoamérica, la mayoría de diputados de una Asamblea Nacional. Esto es lo real, las lloronas y quejidos y rebuscadas formulas matemáticas para probar que son mayoría, son bravuconadas que el tiempo se encargará de volver humo. Sepamos que desde aquí en adelante el tren hará estación en 2012 para continuar un camino previsible.

¿Los Muds tendrán temple y sosiego para manejarse y hacer juego limpio y hasta medirse según las reglas constitucionales en la contienda del 2012, cuando saben que la pelea será con Chávez y por allí, según los antecedentes de los procesos en que con él se han medido siempre resulta difícil de acercársele. Aunque en politica no hay leyes inquebrantables, mas si secuencias históricas que marcan los fenómenos.

Sin embargo no se descarta algún desaforado que viendo los esperpentos golpistas, que tal como sucedió en Venezuela (“Preñados de buenas intenciones”), Bolivia (“Salvar al país de la barbarie de los indios”), Honduras (evitar ruptura de la Constitución), Paraguay (“La llegada del Comunismo”) y ayer en Ecuador (“Problema de remuneraciones”) , que exponga una nueva “tesis” sobre lo inconveniente e insensato es esperar el 2012 y volver a perder, cuando pueden tirarse al vacío de otra aventura violenta. Esperemos, aunque el signo de sus intenciones los incrimine, que la cordura los acompañe.

En contraposición a su parafrenia con disloque conductual y retoques “talcualeros”, se frenó, pues asistí a un fiesta el 26, que comenzó, haciendo la cola para votar. Mientras esperaba caí en cuenta de la calma y aplomo de las personas que ocupaban puestos en las sillas a mi alrededor. En ese momento sentí tranquilidad. Pude apreciar placidez y sosiego de quienes con franca tranquilidad y sin hablar nada mucho me comunicaban.

Cada uno esperaba su turno. Nadie tenia ni esperaba reconocer ninguna minima ventaja con respecto a diferencias de ningún tipo. Todos tenían la voluntad certera de que podrían ejercer el voto sin que nada ni nadie interviniera en su autárquica voluntad.

Había sensación de un relativo orden que ampliaba nuestra capacidad para expresarnos e iluminarnos y reflejarnos con lo que hacían los demás. Se produjo una tenue sacudida y de pronto supe que estaba en una situación que solo una democracia puede permitir.

Era un nirvana, espiritualidad lograda por el silencio de un singular colectivo que demostraba que entre todos había suma y mucha fuerza y un poder que no necesita del control de ninguna figura de orden. Demuestraba desarrollo de conductas cívicas positivas y algo de nuestro crecimiento en esta nueva etapa de nuestra politica.

Supe que de ese ejercicio de mera voluntad surgió una cifra que permite asegurar que hay contendientes cada uno con peso, mostrando lo obvio y esperado: uno de ellos debe hacer la mayoría. Supe que aquello que nace desde este pequeño colectivo y en volada presunción, permite deducir que lo mismo estaba pasando en el mismo instante en miles de lugares y de nuevo me reconforte con la alegría y sentido de fiesta.

Al final de la jornada me fue reconfortante saber quien ganó y vivifica saber que lo poco que hacemos cada uno tiene un efecto en ese coro de gente que canta la misma canción que nos gusta a nosotros.

Honestamente me alegra saber que los opositores van a tener voz en la Asamblea después de tantos años en que en acto precario, indigno como ejemplo, ellos decidieron suicidar su palabra de uno de los lugares adonde la democracia tiene su plaza. Solo espero, que aún siendo minoría, se ordenen y comiencen a pensar como una unidad y desde allí expongan ideas que permitan engrandecer colectivamente la corporeidad de las leyes.

Desde ya espero mirarlos en ese lugar y suponer que son capaces de producir hechos profundos y manejar sentimiento verdaderos, y creer que detrás de sus fachadas ideológicas pueden soñar en cambios políticos reales.

Quisiera verlos ayudar a enseriar el panorama político y derrotar la frivolidad y el fugaz embeleco de las modas y la execrable liviandad en la que se mueven los medios con los que siempre han estado conectados y que mucho los limita.

Por ahora, y, espero que por siempre, el juego siga siendo el mismo y la regla de la mayoría sea quien ordene al ganador y que los otros en ejercicio de su voluntad acaten y la aplaudan: es una simple norma.


tuliomon@gmail.com


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Tulio Monsalve


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