Los años claves fueron el 2005 y el 2006. A finales del 2004, Chávez en el Fuerte Tiuna y en un encuentro funcionarios de alto rango a nivel estadal y local, fijó un par de orientaciones con la intención de que fueran aprovechas e incorporadas a los planes de gobierno. La filosofía popular es a veces una ciencia exacta y en esta ocasión se impuso, porque las orientaciones entraron por un oído y salieron inmediatamente por el otro.
Al 2010, no está demás decir que una parte importante del tiempo se ha dilapidado o derrochado y el tiempo, no se compra ni puede rehabilitarse. Es una variable que no se domina pero puede aprovecharse. El tiempo y lo territorial son temas recurrentes en el discurso de Chávez. No deja de oírse siempre esa recomendación: Los Proyectos y las obras hay que hacerlas con buen tiempo y con buena calidad.
Cada idea, cada iniciativa y cada proyecto sugerido inmediatamente lo referencia en un mapa. Esta práctica de remitir la idea o proyecto a un espacio en particular, no es por supuesto una referencia para enmarcarlo dentro de unas determinadas coordenadas. Esta insistencia no tiene ese objetivo; la intención va dirigida a ver y entender la idea o proyecto como elemento que potencias fortalezas, conecta esos espacios con otros más próximos. El propósito o uno de los objetivos de esta técnica es que los pobladores recuperan el sentido de esos espacios en función de sus condiciones particulares: endógenas.
Desafortunadamente en Anzoátegui, estos dos elementos no son muy visibles en el trabajo de las autoridades de la zona metropolitana. Se gobierna con en un “hueco” galáctico donde lo cálculos y las dimensiones espaciales son infinitas e imposibles de llevar a formulas. En un artículo anterior afirmé, la no existencia de una política habitacional que integrará a la gobernación Anzoátegui con las Alcaldías de Bolívar, Sotillo y Guanta para desarrollar urbanismos que abrieran u ofrecieran viabilidad a un plan habitacional de gran sentido en la zona. Esa deuda está pendiente y no es imposible. No es la única deuda y lo más grave en este asunto, es que cada Alcaldía tiene una dirección de vivienda y la gobernación tiene otra y para los efectos de las 3R2, sería importante precisar cuántas viviendas construyen estas tres máquinas burocráticas.
Ahora mismo, si tuviera un poder recomendaría la conformación de un equipo de trabajo muy pequeño con las responsabilidad de integrar a las tres alcaldías “revolucionarias” de la zona norte y la gestión del camarada Tarek con el objeto de concretar un trabajo para atender muy concretamente el día a día. Eso quiere decir, organizar un trabajo que cubra las pequeñas necesidades de las comunidades –seguridad, huecos, basura, energía- y donde no quepa esa manía de la IV república de pintar las cunetas y los brocales en vez de apoyar la reparación de una escuela, centro de salud de un barrio o una calle en una comunidad. Esa manía IV republicana contraviene la ética y una cosa que denominan prioridad. Pintar las defensas o isla de una avenida no parece ser un gasto necesario ni prioritario. No creo que gastar dinero en pintar las islas de las avenidas principales y los brocales de cualquier calle sea una necesidad y sirva a la línea del Proyecto Nacional Simón Bolívar con la denominación de Felicidad Suprema.
Este equipo de trabajo concretaría un paquete de recursos donde el Camarada Tarek y cada una de las Alcaldías colocarían sus aportes. Dejaría fuera de esta iniciativa a DIMO, o lo que hoy conocemos como COVINEA, porque por ahí no se han enterado que Einstein existió y demostró matemáticamente la relatividad del tiempo. Una vez concretado el paquete de inversiones y establecido territorialmente su ejecución, pensaría muy seriamente establecer convenios con los Consejos Comunales y estoy seguro que los reales tendrán un mejor rendimiento.
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