En este punto
me detengo ya que siguiendo los trabajos de Álvarez tales como Empresas
de Propiedad Social, y su más reciente libro “¿Hacia dónde va el
modelo productivo?” o los artículos publicados en correo del orinoco
todos los jueves, me complace la lectura que hace de la transformación
de la economía contrario a la reactivación, o su propio planteamiento
en su más reciente libro donde afirma que: "las nuevas formas
de propiedad social que se desarrollen serán las que permitan transformar
el trabajo enajenado en un nuevo tipo de trabajo con significado, a
través del cual los trabajadores puedan desarrollar plenamente su potencial
humano y sentirse útiles en la creación y reproducción de las condiciones
de su vida material, intelectual y espiritual", lo que sobre esta
base me pregunto si en términos de la división social del trabajo
empresario - empleado donde existe una condición de explotador y otra
de explotado no es más que en otras palabra otra forma de reproducción
del capital alienante, sobre esa condición resulta difícil alcanzar
la tan soñada cogestión o control obrero, porque el artículo ¿Empresarios
o Capitalistas? a mi modo de ver deja una sensación de capitalismo
bueno que Néstor Kohan en su documento "Guía de preguntas introductorias
para la discusión, el estudio y el debate" plantea que "...
el capitalismo genera siempre nuevas relaciones sociales. No de cualquier
tipo, sino capitalistas. El capitalismo se autoproduce, vuelve a producirse
diariamente, se reproduce".
Ello me lleva
de nuevo a la posición de Dieterich, que contradictoriamente a las
bases fundamentales de un mundo nuevo ha llevado a China en el marco
del sueño de economías mixtas a ser el segundo país (18%) con mayor
emisión de gases contaminantes sobre el marco conceptual de un denominado
"socialismo de mercado". En esta Base Mészáros en el "Desafío
de la Carga del Tiempo histórico" plantea citando el pasaje de
la obra autobiográfica de Goethe, Ditchtung und Wahreit que "no
es posible echar abajo el edificio en el que vivimos y levantar uno
completamente nuevo en su lugar, construido sobre bases igualmente nuevas.
La vida tiene que continuar en la casa apuntalada mientras dure el trabajo
de reconstrucción, sacando afuera piso tras otro de abajo hacia arriba
como si estuviésemos injertanto la nueva estructura, así que al final
nada quede de la casa vieja." En este contexto Mészáros consciente
del reto nos invita a una transición progresiva sobre las bases estructurales
de abajo hacia arriba por tanto no coyuntural, creo que la creencia
en el buen empresario es más coyuntural.