Es un 2011 de revolución distinta, comienza con un parlamento democrático donde nuestro proceso se ve representado claramente por una directiva del pueblo y que sirve al pueblo.

La juventud tiene su representación y una esperanza en el debate de la nueva ley de universidades, confía que el llamado del comandante Chávez a debatir esta ley, sea participativa y condensada en una propuesta hecha por el poder popular y de esta manera profundizar más el parlamentarismo de calle.

Así comienza el 2011 para una revolución que va creciendo a pasos agigantados, que liderizada por un hombre como Chávez tiene los ojos de la comunidad internacional a la expectativa de todo lo que pueda ocurrir en nuestro terreno.

Dentro de las miles de reflexiones por minuto que nos hace escribir y expresar nuestros hechos, errores y acciones dentro del proceso, no deja de existir el titular Burocracia, ese que también entra en el 2011 como parte de una revolución que le ha costado desprenderse de tan mencionado fenómeno, al parecer seguiremos escribiendo, unos cuando se suman a callar ya cansados del debate y del llamado a una reflexión que sigue siendo ignorada por aquellos que como dice el compañero Soto rojas, “ Han Sido los dueños del cambur”.

Recuerdo que uno de los sueños del Comandante Chávez para nuestra América, era que la revolución bolivariana garantizara la estabilidad laboral, familiar, el estudio, la vivienda y la salud, vaya que hemos avanzado en distintos escenarios que han sido golpeados por la derecha venezolana e internacional, vaya que hemos salido adelante tras tantos intentos de golpe y saboteo a nuestro proceso, pero también hemos salido victoriosos dentro de nuestras instituciones de quienes los mismos disque revolucionarios se encargan de desplazar cuadros para descuadrar más la revolución.

El mismo daño a cuadros, las mismas decepciones, y los revolucionarios saltando del timbo al tambo porque resulta ser que no son del equipo de uno o del otro.

Lo extraño es que los que creemos en la revolución como un estilo de vida, siempre hemos pensado en ¿porque nos hemos encargado de permitir que hagan del pueblo, de los que votan por la revolución y el Comandante Chávez un objeto o un coroto que colocamos y ponemos donde nos da la gana?

¿ Por que como militantes y soldados de esta revolución no hemos sido capaces de reinventarnos la manera de gestionar y seguimos prometiendo una continuidad del proceso que es degollada por las acciones que atentan contra la estabilidad de la clase obrera?

Y es que todos somos de la clase trabajadora, de la clase obrera, todos obramos en algo y debemos gozar del derecho que nos da la constitución y la revolución bolivariana, hoy estamos en un lugar, pero no sabemos cuanto tiempo, ni de vaina podemos pensar en jubilarnos en un sitio debido al quitate tú pá ponerme yo al que ya estamos acostumbrados, trabajadores en guardia, la derecha dentro y fuera jugando a separarnos, los que juegan dentro de la revolución solo trabajando para el beneficio individual y la política sigue quedando de lado.

Los dueños del cambur, los que hoy siguen teniendo las responsabilidades de definir las políticas y estrategias del país hoy deben pellizcares, sentir en realidad las bondades y frutos de lo que han sembrado, la clase trabajadora solo estará de acuerdo con ese patrono que come, siente, camina y se define como un compañero de lucha, así ese compañero siga creyendo que no transmite ni nadie se da cuenta lo que expresa como persona, miremos atrás y recordemos cuando éramos gente y caminábamos con los pobres, nos queda mucho, nos queda la vida entera, pero si los dueños del cambur no practican el verdadero socialismo con la misma concha resbalaran y serán arroyados por el pueblo.