Probable que usted, lector, subjetivamente, considere que estamos considerando que la Revolución Bolivariana sustenta sus tesis fundamentales en el “marxismo-leninismo”. Probable que la MUD y sus “barones” califiquen, inmediatamente, que el comunismo está a las puertas de entrada de ésta, nuestra Revolución Bolivariana, cuando, en consecuencia, Venezuela estaría a las puertas de las profundidades y lúgubres zonas de los infiernos del hegelianismo-cientificista y alejada del Edén. Vaya usted a saber, para alcanzar el Paraíso, en cuáles teológicas ideas los “barones” estarían lucubrando para demostrar que su candidato, es decir, “el ungido”, nos traería bienestares económicos a toda la sociedad criolla que, por obligación y necesidad capitalista, estarían limitados por los sub-conjuntos de los empresarios mantuanos, las clases altas y medias mayameras y los trabajadores sin conciencia de clase (léase: alienados). Para decirlo en frase corta y comprensible. Ramón Guillermo Aveledo, como vocero de la MUD, expresaría los pensares de éstos y de aquellos de allende fronteras que, en definitiva, sustentan su ideario en los paradigmas de la “Guerra Fría”.
Nos permitimos aclarar que dichos paradigmas ya están en los corrillos de los medios de supuesta información internacional sobre las actuales contradicciones entre Washington-Beijing-Moscú como usted bien conoce porque si usted, respetado, es un curioso lector aún de matutinos como el panfleto neo-fascista de “El Nacional” sabrá que en los contenidos de las declaraciones que se emiten desde Washington tanto como desde la OTAN se percibe y se aprehende como se trata de imponer, no solo subliminalmente, la matriz de opinión de que Vladimir Putin es algo así como “Iván, el terrible” del siglo XXI; que “los hunos” (léase: tártaros) están a las puertas de la Comunidad Europea; que el “espíritu de Mohamad” está levantando huestes de seguidores que podrían alterar las buenaventuras de Constantino (léase: Concilio de Nicea I, año 325 de nuestro Señor).
Pareciera que la globalización se está alterando en contradicción permanente hacia su desarrollo geopolítico en caos lo que obliga a sus inquietos seguidores a inquirir los porqués y el cómo se podrían desarrollar los acontecimientos “en pleno desarrollo” en las actuales realidades de la profunda crisis del capitalismo en su proceso de reingeniería estructural buscando como solución atemporal los marcos absolutos impuestos y desarrollados desde los primeros pinitos de la acumulación (¿regreso a las bases fundamentales socio-económicas de la Edad Media como ha propuesto Umberto Eco?).
Ante ese escenario de “impulso del caos global”, el único factor que no estaría sufriendo los avatares de esa reingeniería socio-económica global serían los factores de defensa; es decir, nos referimos a las industrias militares mundiales, a las fuerzas armadas mundiales, a los ejércitos privados como una modalidad traída desde las experiencias del Imperio Romano cuando contrataban a los, entonces, calificados como “bárbaros”, germanos y galos, como compensación en negatividad de la relación hombre-costo de los soldados romanos para el Imperio. Por ejemplo, sí usted, respetado lector, tuvo la oportunidad de conocer, ver y escuchar sobre la visita del Presidente Barack Obama a las tropas estadounidenses en Afganistán (1º de mayo, 2012) ha podido observar el alto número de tropas de procedencia afro-americana, de los calificados como latinos, de un evidente bajo número de “catiritos, ojos azules”. Ello demuestra, sociológicamente, realidades objetivas de la actual situación socio-económica e ideológica subliminal (léase: green-card) de la sociedad estadounidense; por ello, el reimpulso de los “ejércitos privados estadounidenses”. ¿Ello es importante? Pues si vamos a la Historia, concretamente, a la Historia de la decadencia del Imperio Romano, podemos conocer los procesos socio-económicos con incidencia sociológico-antropolóogica e ideológico-religiosa que, paulatinamente, se fueron desarrollando y que llevaron a la crisis social de lo tradicional-histórico que sustentaron las bases fundamentales de Imperio de aquella Roma que tanto ha influido en la Historia de Occidente.
Usted dirá y con toda razón hacia donde se dirigen estas ideas y qué tienen que ver, en última instancia, con la Revolución Bolivariana. Para ello proponemos una pregunta: ¿por qué el capitalismo ha entrado en esta actual crisis y cómo podría salir de dicha situación dentro de los paradigmas que sustentan las tesis del capitalismo? Y ¿cómo ello podría influir, positiva y/o negativamente, en el proceso de revolución que se está desarrollando con la Revolución Bolivariana si se vienen aprobando, en permanente consulta con el Poder Popular, el marco super-estructural en el cual se sustenta y se desarrollará lo que el Comandante de la Revolución, Hugo Rafael Chávez Frías, ha calificado, conceptualmente, como “socialismo del siglo XXI”; en otras palabras, “socialismo con características venezolanas” y/o “socialismo venezolano”?
El capitalismo globalizado ha entrado en crisis porque, sencillamente, han entrado en escena variables económicas, conjuntamente, con sociales-ideológicas en profunda contradicción con aquellas controladas durante la “Guerra Fría”. Una vez superada por los EEUU de América, aparentemente, la contradicción de esa conjunción de socialismo real y superpotencia-URSS, Ronald Reagan-Margaret Thatcher llamaron a profundizar el desarrollo de la estructura capitalista en función del control global no solo de la economía globalizada sino el control de las decisiones geopolíticas mundiales. Es decir, del multi-imperialismo del siglo XIX al uni-imperialismo (léase: EEUU de América) del siglo XX hacia, supuestamente, el control absoluto del desarrollo del capitalismo del siglo XXI.
A nuestro entender, Washington “se afincó” en la tesis de la expansión necesaria de la democracia según el concepto de los Padres Fundadores en coordinación con la expansión capitalista global sin considerar que, al tiempo que se desarrollaban las contradicciones entre el consumo y los derechos sociales, inconscientemente, se impulsó la entrada en la escena global de los “Tigres Asiáticos”, en primera instancia, para darle paso a las propuestas del comisario político, Deng Xiaoping, de apertura e inversión extranjera con ofertas estructurales y super-estructurales cuasi similares a las obligadas-impuestas a China por los multi-imperialismos durante el siglo XIX con lo que se introdujeron en el escenario capitalista dos variables importantes: el desarrollo de la estructura económica en China durante mas de una década con una alta acumulación en “moneda dura” y, al tiempo, el control de la super-estructura por el mismo carácter del Estado chino, como primera variable; mientras que en un segundo escenario, aquella propuesta en escena obligaba a los EEUU de América a trasladar “bienes de capital, tecnologías e inversiones” a zonas geográficas específicas e impuestas por ese paradigma de Estado uni-político-internacional que permitía, a lo interno-real estadounidense, aumentar el consumo abaratado (léase, por ejemplo: Macy´s) hacia las clases bajas y medias y trasladar hacia el sector financiero los reales intereses de la “nueva etapa” del desarrollo global del sistema capitalista. Esas realidades económicas no financieras afectaron, directamente, los costos de las materias primas; afectaron la “división internacional del trabajo”, es decir, el costo de “hora-hombre” nacional con incidencias internacionales; costos en la distribución tanto internacional como nacional; mientras que la especulación en los centros financieros se desplegó a su bien saber y entender. A nos, nos interesa, concretamente, las variables: costos de las materias primas y su incidencia en los costos de producción y en la plusvalía internacionales; y, los impactos en la super-estructura capitalista cuando renace el socialismo como respuesta-solución a la avaricia capitalista y sus consecuencias directas en el Poder.
Sobre el impacto de los costos de las materias primas tanto por las especulaciones como por los costos de la inversión para aumentar su producción-productividad, es bien conocida; pero es obligado precisar que en el tema de la materia prima: petróleo, su impacto global tiene características muy particulares con incidencias directas en las propias estructura y super-estructura del sistema capitalista por su particular naturaleza como sistema económico global-imperante.
En este orden, nos permitimos darle importancia a tres (3) decisiones de Estado que el Comandante Chávez Frías ha impulsado. En primer lugar, la decisión de desarrollar lo que nos permitimos calificar como la “Revolución Cultural del Poder Popular” anunciada por el señor Ministro de la Cultura, don Pedro Calzadilla. Como segunda decisión, la firma de la nueva Ley del Trabajo que tendrá un importante impacto, no solo en la estructura económica, sino a nivel de la super-estructura, es decir, en la conciencia de la masa trabajadora. En tercer término, la decisión de analizar, estudiar y concluir en recomendaciones al Comandante-Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, sobre el retiro de Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA.
Todas tres (3) decisiones están directamente ubicadas en la super-estructura (no negamos su importancia en la estructura). Ambas tres (3) conforman lo que nos hemos permitido denominar como el “corazón” de la “Revolución Cultural del Poder Popular” por su impacto en la “conciencia revolucionaria y socialista” y las contradicciones que se desarrollaran con sus opuestos. Las tres (3) son paradigmas obligados de la Revolución Bolivariana en su modelo de “socialismo del siglo XXI” (también: “socialismo con características venezolanas”; “socialismo venezolano”). Pero (necesario el “pero”) también tienen un fundamental impacto en las contradicciones nacionales e internacionales con incidencias directas en la estructura y la super-estructura del sistema capitalista mas ahora que se encuentra inmerso, el capitalismo, en su reingeniería global.