Ese ajedrez de buenas intenciones y más si se realizó como una estrategia política no lo entiendo, quizás tenga mucho que aprender todavía o, quizás sea uno de esos viejos turulatos enchapado de mala intuición y de lógica vivencial que personalmente no es tan mala en el recorrido existencial de coger tanto sol y de ver y oír sin mucha discusión que me dan a pensar que hay muchas piezas que como piezas al fin se mueven bien rápido dentro del juego político que CAP decía que la política la inventó el diablo –y posiblemente otros, lo politiquero.
¿Es o no es la burguesía apátrida? ¿Quieren a alguien en particular? Sí a su capital y a su dinero.
Así que amigo mío no se ufane en abrirle los brazos de la amistad y del amor que, ellos no lo quieren ni lo querrán, aunque se vista de tórtolo putumayo y, si pudieran enjuiciarlo ya estaría preso y, eso dentro de la condición humana a ellos ni les va ni les viene –se hacen los locos como locos está por el poder que no pueden alcanzar, pero lo olfatean de lejos y de cerca y, exactamente si hubiera perdido las elecciones -¡ay dios que sería de nosotros! En el reino del infierno de los perdedores fichados, por lo que cada día tenemos que estar bien unidos con el pueblo, pero el pueblo pobre que llora, que lagrimea, que siente y padece el peso de la miseria y que se arrecha cuando lo maltratan o lo engañan que, cuando tiene que hacer como el Coronel del GGM. Lo hace sin importarle el sabor, aunque otros comieron perrarina y, qué.
El triunfo del 7-O se debe a ellos con su pasión acuesta: bajo el sol o bajo la lluvia con mucho amor a cambio de que Venezuela siga siendo otra –no la de la IV-R- y creo que sigue sin entender ese paso como decisión que marcará el futuro –no el que quería Capriles.
Pues, Capriles, desde él mismo 7-O en que se supo derrotado es un don nadie y, se metió en la historia como el peor político perdedor de las tantas elecciones pasadas –incluyendo a Teodoro y a Manuel Rosales- él se tiró con todo, jugo sucio hasta más no poder con la paciencia y la buena voluntad de los venezolanos y, una minoría de ellos lo siguieron y quedaron boquiabierta como peces fuera del agua y, hoy más que ayer su odio concentrado se disparan como rayos de malas intenciones que si lo consiguen por el medio lo partirían en mil pedazos sin pensarlo dos veces y, su fruición no la esconden y, sin ir muy lejos ahí tiene al padre Palmar que a ese loco hay que ponerle una camisa de fuerza y enviarlo al Vaticano que lo canonicen como el demente que es de la iglesia católica.
Esa gente no coge consejos, por cientos vinieron a votar a Venezuela de todos los rincones del mundo de donde se hallan autoasilados –enajenados de ira, quizás y, por qué razón vinieron a votar –imagíneselo.
Piense y véase en ese espejo si la mayoría de nosotros hubiera hecho lo que hizo el “vivísimo” Oscar de León que no votó por ninguno de los dos y, luego sale felicitándoles con un patriotismo que no cabe en un almanaque y, si alguna vez los yanquis nos invaden coge el bajo y nos duerme de alegría y no sé a quién felicitará después.
Si me pide mi opinión: se la doy y con todo respeto le digo que eso dios no se lo va a perdonar y, si no me cree –pregúnteselo al cardenal Urosa que tiene la potestad de hablar con dios todos los días, tiene puerta franca sin protocolo ni antesala.
Y creo también que si Müler Rojas estuviera vivo, posiblemente lo hubiera criticado.
Y, sin que me quede nada por dentro, le digo que, Capriles no se mereció ese gesto suyo de atención de llamarlo por teléfono, quien perdió fue él y ya no está para lecciones, ya que la moral que le enseñó el padre no le sirve de guía ni de cobija a nadie. Son unos cobardes desalmados. Esos le falsifican la partida de nacimiento a Satanás y, lo disfrutan.
A mí sus riquezas en nada me preocupan, ya que sin nada llegaremos al cementerio.
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