La etapa pos-electoral presidencial ha despertado una situación que podría llamarse sin duda, otro intento esperanzador por encausar a esta revolución por el verdadero camino de la eficacia y eficiencia.
Lo manifestó con gran preocupación el mismo presidente Chávez en un consejo de ministros. Todos los que de alguna manera lo han podido señalar, también lo han hecho preocupados, hasta el cansancio.
No es la revolución en si misma la pecadora, al no ofrecer la realidad esperada como resultado de políticas -sin duda humanistas y bien intencionadas- aplicadas para poder comenzar a establecer ese orden socialista con el que sueña la gran mayoría de los venezolanos (de eso estoy seguro).
En el clavo dan todos, al precisar que la comunicación en esta revolución esta algo, sino mucho, divorciada del propio ritmo de los acontecimientos revolucionarios.
En ese devenir dialectico que algunos asumimos a la hora colaborar con un grano de arena, para que esta revolución avance un poco mas cada día, vemos como la comunicación no termina de asumir ese rol prioritario de llegar en su justa dimensión a la hora de mostrar la cara hermosa de estos grandes acontecimientos, y son grandes porque son históricos.
El socialismo del siglo XXI, no es solo cambiar un modelo de producción, no bastara tener un gran líder, las misiones por si solas no lo alcanzarán, los avances tecnológicos ayudaran poco si la apatía pueblerina en apoderamiento, nos domina ante tales.
Si los trabajadores llamados socialistas solo se disponen a cuidar sus salarios tampoco llegará y a lo mejor hay muchos mas aspectos que pueda relacionar y en el que, si no comunicamos socialismo; jamás lo lograremos. Amigos la comunicación lo es todo.
El lanzamiento de una campaña, la inauguración de una obra, una feria cultural, una reunión del partido, una sesión de la asamblea nacional o regional, un programa de noticias o de opinión, una publicidad de una empresa o institución del estado y hasta una cadena del presidente, son elementos junto a otros que no solo se deben comunicar por su importancia, hay que hacer connotar el socialismo implícito en el acto comunicativo.
La puntualidad en las acciones revolucionarias, la lógica en el planeamiento, la ubicación estratégica de las incidencias, las soluciones reales y a largo plazo a las necesidades heredadas de una mala política social de medio siglo, el mejor desempeño institucional de las nuevas alternativas creadas, la educación ideológica de los protagonistas, el partido como el gran ejemplo de eficiencia y eficacia, serán entre otros; la gran oportunidad para comunicar socialismo venezolano en estos tiempos de su construcción.
Nadie que no sienta el deber social como guiatura de vida, podrá difundir socialismo y así crear un contexto nacional idóneo para la máxima felicidad del pueblo, de allí que la formación de cuadros es imperativa para asumir la batalla de continuación y consolidación del plan nacional Simón Bolívar, en este nuevo periodo. En este sentido debemos preocuparnos por esta condición en los distintos equipos políticos; regionales, municipales, parroquiales y de base.
Revisar su nivel ideológico en cada una de las personas responsables en cada área, nos preocupa esa dislocación ocurrente aquí en el Zulia donde mucho dirigente sale públicamente diciendo “pa Venezuela Chávez y pal Zulia pablo” y reflexiono ante tal aberración ideológica y me pregunto ¿será que los cuadros dirigentes del partido no están haciendo comunicación socialista en sus procederes? ¿Acaso la ideología socialista nos es el fundamento de nuestros comportamientos? ¿no será que nuestros dirigentes no son el mejor ejemplo socialista?.
Recuerdo un viejo adagio referido a la mujer del alcalde, y lo ubico en este contexto; “no solo tenemos que pertenecer a un partido socialista, sino que tenemos que parecer socialistas”.
El desempeño de un líder, un director, un dirigente, un guía o un jefe, tiene implícito un lenguaje, esas actitudes tienen que demostrar y hablar por si solas. Y en este caso tienen que comunicar socialismo
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