Construir con contundencia y paso firme una sociedad mejor, hacer realidad el proyecto de país que tan hermosamente se encuentra definido en nuestra Constitución Nacional y dar ese necesario salto cualitativo, no es sólo posible sino imprescindible e implica un arduo trabajo en muchos y complejos sentidos que no por obvios deben darse por sentados. La experiencia reciente permite abordar críticamente algunos de ellos.
El primero, cumplir y hacer cumplir el ordenamiento legal. Contamos con una Constitución ejemplar y con leyes muy buenas, que en el papel señalan el camino a seguir para una sociedad mejor, pero que por indolencia, negligencia, conveniencia o cualquier otra razón, en muchas ocasiones fallan al momento de hacerlas cumplir.
El segundo, cumplir y hacer cumplir otras normas básicas para la convivencia social. Desde asuntos tan elementales como la conciencia de uso de los espacios públicos y la convivencia vecinal – comunal hasta la obviedad de evitar el ingreso de armas y municiones a recintos penitenciarios, el respeto a normas elementales es imprescindible para vivir en comunidad.
El tercero, la responsabilidad para lograr una mejor convivencia es de todas y todos. Si bien los responsables de las instituciones deben garantizar que las leyes y normas se cumplan, la conciencia de cada quien debe ser el primer vigilante de las formas de ser y de hacer que convaliden la construcción de un mejor país.
El cuarto, asumirse sujeto protagónico implica fortalecer el criterio propio y la conciencia crítica. Dado que el sistema capitalista por ahora dominante se basa en la sumisión del carácter, sólo será posible construir una nueva sociedad en cuento se luche por superar toda forma de pasividad. El injustificado paro que desperdició un tiempo irrecuperable de miles de estudiantes universitarios si de algo sirve es de ejemplo de lo que no hay que hacer: ni es la vía a la que los docentes deben recurrir para solventar conflictos ni mucho menos la indiferente actitud de demasiados estudiantes universitarios es la que requiere un país enrumbado al desarrollo.
En esta vía, educación y cultura son áreas fundamentales del cambio social necesario, ese que continúe allanando el camino del mejor país al que consagró su vida el Presidente Chávez. Cumplir nuestra parte en este proceso es el mejor tributo que podemos hacer a su memoria.
