La ausencia física de nuestro querido Comandante Hugo Chávez Frías nos sumió en un dolor infinito. Su presencia en la vida de los venezolanos es extrañada a cada momento. Hombre de humanidad plena y amor por su país dedicó la existencia a llenar de felicidad a todos. Jamás ser alguno durante el siglo XX y parte del XXI trabajó tanto en función del colectivo. La entrega de su corazón al bienestar de la patria se tradujo en tantas obras que hoy disfrutamos. Chávez, marcado por la providencia, entregó cuerpo y alma a los desposeidos. Las mayorías invisibilizadas por siglos se dibujaron, adquirieron rostros concretos desde que el comandante emergió como líder de la Revolución Bolivariana.
Muchas son las facetas demostradas por Chávez. Su amor por los niños, las mujeres y ancianos, se traduce en las grandes misiones creadas para ayudarlos, para considerar sus necesidades. Con la redistribución de la riqueza proveniente del petróleo procuró al pueblo la resolución de sus problemas.
Hombre preclaro, redimensionó las relaciones sociales y propusó senderos para llegar al socialismo. Luchó por legarnos un futuro promisorio excento de grandes preocupaciones. Asimismo, como ser universal reivindicó a los pobres del mundo. Tanto amor por la humanidad le permitió ser acogido en el mundo como un estadista dedicado a denunciar los desmanes del capitalismo.Trascurrido un año de su muerte, pensamiento y obra permanece incolumnes, cimentan la esperanza de alcanzar definitivamente la felicidad suprema.
El Comandante Chávez vivirá en el corazón de los venezolanos. Su herencia de amor y probidad lo encumbran en el panteón glorioso de la memoria colectiva. Reitero lo escrito el año pasado: No vamos a recular parafraseando a mi hermano Alí Primera. No es tiempo de retroceder ni de ceder los espacios ganados a fuerza de lucha y vida. Venceremos las dificultades, continuaremos la batalla por la felicidad de tus protegidos. Viviremos para dignificar a los seres que amaste. Chavez sigue siendo corazón del pueblo, amor más allá de la distancia y el tiempo ¡Honor y gloria para el Comandante!
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