Educación y trabajo, trabajo liberador y educación, términos estos ya escritos y desarrollados por pedagogos nuestromericanos, todos tempranamente entendieron que el trabajo es parte de la educación y por ende la forma mas directa de formar a niños, jóvenes y adultos para una sociedad liberada del yugo extranjero y además de ello producir con la concurrencia del entorno, es decir una producción para el bienestar común, para tener soberanía e independencia.
Rodríguez habló de la Toparquía, ese espacio territorial para gobernar y producir desde la organización,las propias formas para gobernarse y producir, a su vez pensó también en la articulación de todos estos gobiernos topárquicos. También habló el maestro de las escuelas y sus talleres para la producción, de igual manera planteó la forma de organizarse para ello, y así como él: Ramírez en México, Gabriela en Chile, Iglesias en Argentina, José Martí en Cuba, Elizardo Pérez y Avelino Siñañi en Bolivia, Freire en Brasil entre otros.
La historia nuestra está preñada de ideas, proyectos derrotados, proyectos dejados a un lado, para dar paso a la cultura de la renta petrolera, aquella que nos retumba en la voluntad y nos hace “tener las cosas fáciles”, de ese modo jamás podremos asumir los medios de producción en nuestras manos así se piensen mas y mas revoluciones económicas.
Por ello que, pensar un modelo educativo donde todos se presten a “hacer” y no a escuchar o a “creer que se hace” es urgente. Pensar una escuela para los próximos 10 años es una necesidad a corto plazo para continuar la obra histórica.
Si la escuela no se pone al frente de las circunstancias, difícilmente tendremos ciudadanos, republicanos que quieran hacer, emprender,impulsar, mantener un sistema económico social de derecho, justicia y menos comunal, comunitario, cercano.
En este sentido, pensar las próximas generaciones, es una urgencia.
Por ello:
Será difícil asumir las formas organizativas dentro de las escuelas?, será difícil organizar a los estudiantes en las formas solidarias de la economía social, comunal, otras? Será difícil pensar una estructura dentro de la escuela donde los estudiantes puedan discutir estas cosas? O es que...a nuestros estudiantes no los afecta la guerra económica? Si no es la escuela...quién les enseñará, instruirá, educará en estas lides? Pasarán por la educación primaria de espaldas a los que propone el proyecto de país? Seguirán nuestros estudiantes saliendo con la convicción de que la organización capitalista es la única opción? Seguirán saliendo de bachillerato con la convicción del “sálvese quien pueda”, y a buscar un negocio con “su profesión” recién adquirida?, es que las instituciones revolucionarias, la escuela, los docentes, jamás entenderán que para lograr lo que se aspira con la revolución económica, es necesario repensar la escuela? Será que seguiremos cuidando esa estructura de cuadraturas, horarios y programas desarticulados con lo que se aspira en una sociedad de trabajadores y trabajadoras comprometidos con el otro? ¿Produciendo?
Una verdadera revolución económica no cae del cielo, solo la educación impone obligación a la voluntad.
La voluntad está obligadamente en la pedagogización del trabajo liberador dentro de la escuela, porque trabajando el joven, el niño aprende. A través de actividades retadoras, que impliquen esfuerzos se podrá forjar el carácter de los y las estudiantes y por ende formar nuevos hábitos, costumbres para una sociedad de paz, de convivencia, donde se respete lo que el otro forja, es decir lo que con tanta añoranza decimos y con tanta nostalgia recordamos...
*Escuela social, para una revolución económica y del conocimiento.