Cómo salir de ese ambiente destructivo sino despertando en el pueblo la grandeza de su historia, adormecida en lo mas profundo de su ser?
Una premisa justa y exacta: “si nos quitan la historia, desaparecemos de la faz de la tierra”. Hugo Chávez estaba clarito en esto. Por eso su empeño y lucha titánica por aprehender la historia del mundo y de la América. Después de este aprehendimiento, pasar a la fase de aprender de la historia. Personas que cultivan su conocimiento por la historia, obligatoriamente llegan a una etapa de sabiduría. Y esa sabiduría te lleva a una pedagogía para que los demás entiendan y se entusiasmen por hacer ese recorrido. Desde marzo de 1994 hasta el 08 de diciembre de 2012, Hugo Chávez no dejó de enseñarnos la historia de Venezuela. Rompiendo ese esquema de la canción “Ojos de perro azul” (Rubén Blades), reza lo siguiente: “en las escuelas somos loros amaestrados que aprendemos a decir verdades, que son mentiras”.
Comenzó a darle voz a nuestros ancestros indígenas mártires de aquellas desventajosas batallas que significaron la resistencia por más de 300 años. Cuerpo y alma, retumbe redoblado de tambor a Leonardo Chirinos, Al negro Andresote, Gual y España. Rescatar el grito del 19 de Abril. Darle sentido patrio al 05 de Julio. Iniciar y concienciar al pueblo que el cheque del 24 de Junio de 1821, todavía no lo habíamos cobrado. La significancia del Asesinato de Sucre. Rescatar la Memoria de Miranda y de aquellas heroínas que murieron de pie, defendiendo la lucha emancipadora de Bolívar. Manuelita Saenz, dejó de ser en la Historia la amante del libertador, es y seguirá siendo la mujer aguerrida que luchó por la liberación de un continente, porque amó y entendió en lo mas profundo los sueños del Libertador: “la patria grande”. Descubrimos que teníamos un padre del Humanismo: Simón Rodríguez (el Samuel Robinson).
La historia que comenzamos a estudiar, desvendó los ojos de muchos. La Verdadera Historia y real de Venezuela en combinación con el verbo de Hugo Chávez, comenzó a significar un peligro para aquellos escritores e historiadores de derecha, que con sus plumas llenas de tinta y opio, adormecieron y desvirtuaron la historia de lucha de los pueblos.
A estas alturas del tiempo histórico, debemos saber que la filosofía político-social de Bolivar fue olvidada; que su enseñanza y su doctrina fue falsificada; tanto, que ciertas cosas que aparecen en los acontecimientos históricos fueron adulteradas o furtivamente trastocadas a pesar de ser parte esencial de ellos; de otro lado, no aparecen cosas que fueron maliciosamente silenciadas, porque era necesario proteger los bastardos intereses de la oligarquía que se entronizó en Venezuela, en América Latina y el Caribe explotando de manera inmisericorde por mas de 500 años. Se puede afirmar que en cuestiones esenciales de la historia, se ignoraron con premeditación y alevosía, las ocultaron solo colocando en tinta y papel parte de una historia insípida que catapultaba la justificación de la presencia vitalicia del opresor.
Es muy cierto que ese proyecto histórico de Naciones de Repúblicas, nacido en el calor del 19 de Abril de 1810, comenzó a ser descuadernado desde el mismísimo Congreso de Angostura (lleno de oligarcas, ricos e interesados), donde rechazaron de plano el Proyecto del Poder Moral. Y esto hay que decirlo, porque muchos apátridas del siglo XXI, también se opusieron a esto. La envidia, la ingratitud, el egoísmo y la ambición de la clase dominante de la época se infiltraron en el poder a raíz de los triunfos de Bolívar, y al final dieron al traste con el sueño de la Patria Grande.
La oligarquía, la burguesía rancia e intelectual jugando siempre con la buena fe de la gente, jugando siempre a medias verdades o sencillamente presentaban el lado que más le favorecía. Era con esa historia a la cual se oponía el Comandante Hugo Chávez. Pueblo consciente y un Chávez como líder, significaba un peligro para los mediocres, los ambiciosos y oportunistas. Pueblo ideológicamente claro con un historiador como Chávez es la combinación perfecta para alcanzar el sueño de nuestro Libertador Simón Bolívar.
Nos entristece el tiempo perdido en la educación histórica de nuestras escuelas. Maestros que en su gran mayoría nos mostraron la historia de una forma torcida. Creíamos y admirábamos a Cristóbal Colón, defendíamos hasta más no poder al Centauro de los Llanos (José Antonio Páez). Esta historia mal contada y narrada nos llevó de cierta forma, a darle la razón y a querer defender a nuestros verdugos y opresores. Era una historia con dosis de opio. Era justo y necesario que el Comandante eterno, comenzara a despertar a Bolívar en el corazón del pueblo encarnecido y adormecido. Era el momento de sacar la casta de Zamora de todos aquellos que lucharon en la guerra federal. Descubrimos que había un Maisanta, ese último hombre a caballo escrito por José León Tapia (cuando leí ese libro, pensé que era un personaje ficticio invención del escritor). Que orgullo saber que ese hombre existió y de paso bisabuelo de Chávez.
Chávez encendió la chispa para que el pueblo a través de: Misión Robinson, Ribas y Sucre se convirtieran en ratones de bibliotecas escudriñadores de la historia de los pueblos de la América y con más garra y celo con la historia de Venezuela. Creo y convencido que aquí está el detonante de esta revolución: un pueblo culto, leedor de la historia comenzó a descifrar el mensaje del comandante. El pueblo sabio, sólito comenzó (desde 1998 hasta hoy) a armar el rompecabezas de la historia, de su propia historia: “Ah ya entendí por qué…”; “Uhhh que cosas no, y me hicieron creer que…”; “yo sabía que no era así…”; expresiones como estas y otras mas, se escuchaban a cada rato en cada conversación de todo un pueblo.
Hugo Rafael Chavez Frías, poseyó una cultura histórica por demás de impresionante, y como consecuencia, su aguda y acertada intuición política. Por aprehender la historia adquirió ese basto conocimiento y sensibilidad hacia el pueblo. Sin mucho esfuerzo, porque venía de ahí de los mas llanero y pueblerino. Es atrevido afirmar, que muchos no entendieron a Chávez. Por qué? Porque no conocen la historia o sencillamente no tuvieron educación histórica. Todos sus discursos, todos estaban llenos de historias. Explicaba y narraba los acontecimientos históricos de tal forma que el pueblo sencillo se sentía involucrado en esa narrativa, se sentía protagonista de la historia y obligaba en cierta forma para que la gente de a pié fuese el hacedor de su mismo destino libertario.
Aquella oligarquía del siglo IXX, es y ha sido la misma que falsificaría la enseñanza y durante mucho tiempo establecería una historiografía oficial que trató y tratará siempre de quitarle el carácter revolucionario al Grito de Caracas, de Guarenas, al Juramento de Samán de Güere, a ese “Por Ahora”. Pero no podrán porque estamos en el punto del NO RETORNO en la Historia que ahora nosotros mismos la estamos escribiendo, tal y cual como nos enseñó el Comandante Hugo Chávez.