Este domingo 28 de junio de 2015, tuvo lugar una gran victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela, por encima de las dificultades y pese a sus detractores.
El PSUV logró movilizar más de tres millones de personas quienes de manera consciente votaron por los candidatos que se eligieron en las bases de las UBCH. El PSUV también logró poner en movimiento una maquinaria que garantizó, de manera eficiente, tener los presidentes, secretarios y miembros de mesas, de los principales candidatos en todos los centros electorales del país. También logró encargarse de la logística, de la movilización, de la agitación y de la propaganda, evidenciando así no sólo la capacidad de convocatoria sino también un nivel de organización envidiable. Estos son hechos innegables, evidentes y que se pudieron constatar.
Además de esto, el PSUV logró demostrar con la jornada de este domingo la gran vocación unitaria de la que está formado. No hubo ningún candidato que no aceptara los resultados, no hubo ninguno que saliera a cantar fraude y no hubo ninguno que no mostrara la disposición ahora a trabajar por los candidatos electos. Eso es Unidad y Disciplina en un partido que no tiene igual en el continente.
Durante los cierres de las mesas y con los resultados hubo celebraciones y todo tipo de manifestaciones de alegría en donde todos se incorporaron. La alegría era más que simplemente haber ganado una elección. La alegría mayor, la de todos, era constatar que, a pesar de la guerra económica, de las colas, del bachaqueo, de la inflación y de todos los elementos con que han atacado a la Revolución, a pesar de todo esto, el pueblo salió a votar, reconociendo en el PSUV y en la Revolución, la única salida a la crisis impuesta por el imperialismo y sus lacayos nacionales.
La gran sorpresa de la oposición venezolana fue observar la inmensa cantidad de pueblo movilizado de manera entusiasta y comprometida asistió a los centros de votación. No se lo esperaban y cuando ocurrió, no lo creían. El CNE tuvo que dar dos prórrogas para el acto de cierre de las mesas ante la enorme cantidad de electores que hacían larguísimas colas esperando elegir a sus candidatos de preferencia. Para la oposición eso no tenía sentido. Imagino dentro de la Embajada Gringa la cantidad de llamadas para tratar de explicar a sus jefes lo que aquí ocurría.
Sólo un pueblo consciente, politizado e inspirado en nuestro Comandante Chávez, es decir, sólo el pueblo chavista, es quién podrá resistir esta guerra económica, salvar la República y salir adelante en la construcción del Socialismo.