Extraña candidatura

A alguien debió parecerle buena idea que Ricardo Sánchez sea candidato por el Gran Polo Patriótico, es decir, candidato del PSUV y del resto de las organizaciones del Proceso.
Vale suponer que la inclusión de Ricardo Sánchez entre las candidaturas socialistas obedece al propósito de arrimar unos cuantos votos entre la clase media que debe estar bastante enojada contra el chavismo y contra Maduro (¿?).

Supongo que algo como eso y otras argumentaciones rondaron en las mentes de quienes gestionaron los arreglos para que tal cosa fuera posible. Entre dichos arreglos está, por supuesto, la rauda aceptación por parte del CNE de Alianza Para El Cambio, el partido de Ricardo Sánchez.

Deseo de corazón que los cálculos electorales del GPP sean correctas y que podamos cerrarle el paso al Armagedón derechista que nos amenaza.

Lo cierto es que Ricardo Sánchez es candidato del GPP y es un hecho singular del acontecer político del país. Da como para ponerse a pensar. ¿Será que estamos tan mal que tuvimos que recurrir a esta candidatura? ¿O fue que el hombre se arrepintió tan sinceramente que nuestras cúpulas dirigentes terminaron por aceptarlo como uno de los nuestros, como un revolucionario, pues? ¿Estamos apuntando así al Socialismo? … Misterios de la ciencia.

Para acercar más electores a la causa tal vez habría convenido y hubiese sido más revolucionario meter presos a unos cuantos de esos funcionarios involucrados en el feo asunto de las divisas y, que simultáneamente, el Presidente Maduro nos diga de una buena vez las medidas radicales que entre todos vamos a cumplir para enfrentar la situación económica, ya que estamos en problemas muy serios.

Confieso que me encuentro muy preocupado por todo este asunto de la candidatura de Ricardo Sánchez dentro del GPP. Por pragmatismo hemos “creído” en su conversión y en su arrepentimiento y quién sabe si estamos terminando de infiltrar sin retorno la utopía Bolivariana, que mas parece encontrar su camino en extrañas alianzas que en el encuentro con muchos revolucionarios excluidos por el leninismo extremista del PSUV.

¿Qué pasaría si mañana se nos arrepiente Luis Chataing? ¿Qué hay de alias el Chúo? ¿Los aceptamos también si saltan la talanquera?

Todo esto que pasa es, por lo menos, confuso; por alguna razón no dejo de pensar en Don Luis Miquilena cuando pienso en esta extraña candidatura del GPP.
Huele a azufre…


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Oscar Fuenmayor

Licenciado en Educación, mención Matemática y Física, Universidad del Zulia.

 oscar.fmyor@gmail.com

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