Grave, me parece el hecho de que no haya quedado una sola voz independiente dentro de la distribución de los curules en la AN. Sólo una hubiese sido suficiente para que se expusieran los fallos que nos condujeron a la derrota, como una voz crítica a las políticas que se impulsen de ahora en adelante desde esta nueva AN azul en su mayoría y del PSUV.
Por otro lado, una vez fueron escarmentados los líderes del PSUV por su soberbia y carácter anti-revolucionario, ahora sí, quieren éstos entablar un diálogo con las bases ¿Y la parte en que piden disculpas y solicitan una nueva oportunidad para trabajar con el pueblo? No, el perdón se asume concedido y tácito en el “ahora sí”: Ahora sí, quieren ser los propulsores de una rectificación, ahora sí, se supone que van a gobernar con el pueblo. Incluso el PCV, ahora sí, “exhorta a las fuerzas revolucionarias a reimpulsar el movimiento popular desde las bases”, aún cuando pudiera darle algunos curules al Chavismo.
Dudo mucho particularmente que por un escarmiento de tal magnitud, no sólo dudo el que quieran rectificar realmente, y lo que vemos más trata de un intento de evitar que sean removidos de sus posiciones privilegiadas, sino dudo que gracias a dicha reprimenda por parte del pueblo Chavista ahora hayan quedado mágicamente imbuidos de las capacidades y aptitudes necesarias para enfrentarse a los embates de la derecha y a las fallas internas para mantener la unidad que nos solicitaba el comandante, así como para vencer en nuestro proyecto por alcanzar el socialismo.
Por allí rondan artículos echándole la culpa al pueblo descontento, ¡al pueblo! Tildándolo de desagradecido y traidor. La imbecilidad sectaria y la subordinación disfrazada de lealtad es contra-revolucionaria, la crítica en cambio, y actuar en consecuencia ante la falta de diálogo –ante el no ser escuchados– es una actitud que permite la rectificación antes de conducirnos a una catástrofe mayor. En otras palabras, trata del radicalismo necesario en toda revolución y no la actitud del vasallo, ésta que nos conduciría a una de tantas tiranías demagógicas.
Debemos tener claro que nuestro compromiso nunca debe ser con personas particulares sino con un proyecto, y en base al potencial efectivo que vayan mostrando los que se proponen encaminar al país a la concreción de dicho proyecto –y no a los deseos aparentes y a sus “buenas intenciones” – es que debemos inclinarnos a apoyar y conservar a ciertos personajes en el ejercicio del liderazgo.
Sin embargo estamos poniéndonos de pie ante esta caída. No podemos demorarnos mucho ¿Qué podría hacerse? No caigamos en el argumento ad hominen, escuchemos las palabras del PCV, sus PALABRAS. Justamente el que la afirmación provenga de uno de los partidos que pocas críticas ha hecho ante las actitudes pasadas de la cúpula, lo que los sitúa como cómplices en la pasividad de los causantes reales de esta derrota, no le resta peso a la pertinencia de la declaración del secretario general del PCV.
Este artículo lo iba a escribir una vez corrieron los rumores de que la MUD había alcanzado los 111 diputados en la AN, sorpresa que algo de alivio deja el que no haya sido así, aunque eso no resta gravedad a la actual situación. Sin embargo que sirva el sustico para exponer la misma opinión respecto a lo que debe hacerse, desde este preciso instante en el que nos ponemos de pie. Probablemente de manera ingenua, lo que pienso podríamos plantearnos es incluso una misma renovación del GPP, que tenga como piedra angular al mismo PSUV, pues fue éste el reflejo del deseo de unidad política del comandante, tergiversado quizás, y además en base al poder de convocatoria que tiene, pues se sabe que es la mayor fuerza política-electoral al momento con la que cuenta el Chavismo.
Ahora, ¿cómo debería hacerse esa renovación? Es cuando debemos escuchar las palabras de Oscar Figuera. Los pedagogos también deberían ser tomados más en cuenta, pues buen ejemplo de los que anunciaban la derrota, con señas claras de las causas y siendo además de los más críticos del Chavismo, lo vemos en articulistas como el profesor Javier Antonio Vivas Santana, y del mismo modo por eso confío también en los principios del profesor Paulo Freire, con los que definiera además su método de enseñanza. Freire justamente ya anunciaba lo que señala el secretario del PCV, y es que la promoción y la revolución en sí misma debe definirse desde el “todo” (entiéndase pueblo) a las partes (liderazgos, instituciones, la educación misma) y no de las partes al todo (el tradicional “esperemos de”).
La función de esas partes en revolución es justamente crear los espacios como las condiciones propicias para encaminar y educar al pueblo en el ejercicio del poder, para que asuma el roll de ese liderazgo de manera progresiva y no en un “futuro prometido”. Pero es aquí donde deviene el conflicto, pues la verdad es que los líderes de la revolución una vez llegan a poder, en su “dualidad” interna (donde se mezclan la esperanza del oprimido, con las ambiciones del opresor), comienzan a tener rivalidad con el mismo pueblo al que dicen defender, y por eso desvían el carácter pedagógico de la revolución a un carácter paternalista y asistencial para crear la ilusión de que “gobiernan con el pueblo”. Freire lo describiría bien, hay una diferencia en gobernar “para” el pueblo, es decir, en su beneficio, “sobre” el pueblo, en su subordinación, y CON el pueblo, siendo éste último hacia donde hay que apuntar. Es así que si el pueblo no aprende a gobernar, entonces dichos líderes aferrados al poder no verán amenazados sus cargos, ya sea ante su ineptitud, ante la evidencia de traición al pueblo –por ejemplo, cuando cambian o comienzan a traicionar el proyecto de nación que el pueblo desea–, o porque simplemente llegará el día en que se hacen innecesarios.
Parece una obviedad, pero no lo es una vez que vemos como se manejan las dinámicas de conformación de las organizaciones y del ejercicio de las directivas de cualquier tipo de representación popular (instituciones, cargos, partidos).
Es por eso que extrapolo las palabras del Coronel Raga haciendo un paralelismo ahora con la cuestión del liderazgo revolucionario: “Es imposible que de 15 millones de Chavistas, no exista gente con mayor capacidad para ejercer el liderazgo”. ¿Cuál es nuestro roll ahora como pueblo? No es “esperar de”… no es esperar a ver qué hace el gobierno o tal o cual personaje, sino que aquellas agrupaciones que ya han tomado la iniciativa, como aquellos que aún no se han atrevido pero creen que pueden aportar algo para la consolidación de nuestro proyecto de nación, comiencen a entrar en contacto con el pueblo para darse a conocer y para ejemplarizar una actitud que refleje el hecho de que hemos aprendido ahora a hacer política y lo haremos a la Venezolana, rompiendo con el teatro mundial de las alternancias opresoras, con máscaras socialistas, populistas, comunistas, nacionalistas, etc, que al final resultan ser los pescadores del río revuelto. Es un ejercicio de reconocimiento y búsqueda más que de división o dispersión. En todo caso, trata de un paneo que nos prepararía para la posterior confrontación y para la restauración del Chavismo en el poder.
Se trata de una nueva forma de de hacer política, correspondiendo con el principio Freireano de hacer una “revolución pedagógica” que incluso sea ejemplar para la misma contra-revolución, y que vaya acorde con la necesidad de definir métodos (et. “caminos a seguir”) nuevos, que transformen enteramente las dinámicas tradicionales de conformación de las representaciones del pueblo. Desde este momento, y aprovechando que la derecha no puede ser tan evidente en sus intenciones -antes debe adormecer la consciencia política y sobre todo Chavista-, las fuerzas revolucionarias deben actuar para consolidar las nuevas y futuras alternativas, éstas con la fuerza suficiente para unificar al pueblo en la batalla electoral que al final es la que reparte los cargos para el ejercicio del poder.
Esto abre un nuevo ciclo de reuniones, de debates, de exposiciones, de contacto con el pueblo. De que los potenciales líderes puedan responder a las inquietudes del pueblo, de aclarar dudas así como de fomentar nuevos cuestionamientos. A su vez deben INVITAR a todos los que muestren potencial en estas reuniones a hacerse participes de este proceso de “organización”. Esto nunca debe convertirse en una nueva competencia, no es que se traté de una vez, ganada una discusión, el vencedor deba considerar “uno menos” en sus aspiraciones de asumir el liderazgo, se trata de sumar, por tanto tiene mayor pertinencia hacer recomendaciones, incentivar, aportar recursos y contribuir con esos sujetos que muestren potencial para que puedan así desarrollarlo a plenitud –son muchos los líderes de comunidades con gran compromiso y firmeza en trabajar por la revolución. Muchas veces me pregunto ¿Por qué no son ellos los que están gobernando? Y resulta que en gran parte se debe a la falta de formación, la cual no se fomenta desde el liderazgo, sino que se aprovecha en su devoción para tener una acumulación de opinión positiva, desperdiciando un gran potencial y reproduciendo en esencia la apropiación de la fuerza de trabajo-.
Se debe convertir a los partidos en entes orgánicos, donde la lealtad no se confunda, otra vez, con sectarismos, pudiéndose hacer invitaciones de un gremio a otro dentro del Chavismo, derribando en nosotros nuestra tendencia a discriminar por decisiones individuales y apelando a un sentimiento de lealtad forzada, inducida, por el temor al estigma de “traidor”. Con esto se genera la posibilidad de que la diversidad y la organización definitiva se dé en niveles dialógicos nunca antes vistos, y el resultado final de dicho proceso de reconocimiento sea un liderazgo que pueda derribar sin problemas a cualquier opción de derecha en las futuras contiendas, pues aquel habrá surgido desde el contacto, desde el diálogo, y con participes postulados-captados del, y por el, mismo pueblo.
Por otra parte, esto permitiría verdaderamente darle una oportunidad a aquellos del actual gobierno a permanecer en sus cargos, igual que a los partidos que aún quieran sobrevivir a la renovación. Pues que no den por sentado la “disculpa” en el hecho de que pueden usar su poder y recursos para convocar y reunirse con el pueblo para “escucharlo” (como si el escucharlo fuera un regalo), sino que aprovechen en la práctica de esta nueva conformación dialógica del liderazgo la oportunidad de postularse, debatir, de enfrentarse, de argumentar contra y con el liderazgo emergente y el pueblo. Es entonces que demostrarían merecer la continuidad en sus cargos, y no promocionando, a estas alturas del partido, la rectificación desde arriba, como si ésta fuera también una cosa impuesta (“dígannos, que nosotros vemos que tomamos de ahí y con eso demostramos que hemos rectificado, y que somos dialógicos”).
A la larga, les aseguro, o al menos apostaría por ello, que con una dinámica de este tipo no sólo se haría una gran limpieza de la burocracia y la ineptitud, sino que le daría la oportunidad a los que en otras circunstancias pagarían en una “purga del Chavismo” por la culpa de los falsos Chavistas o ineptos líderes en el poder. También a la larga se tendrían que sumar a las diversas expresiones del con-tacto con el pueblo la misma oposición, pues no podrían quedarse atrás ante una nueva forma de organización que refleja el espíritu de trabajo con el pueblo. Rompamos con el primer insulto que le hacen los politiqueros a los pueblos, ese que ve en ellos la cara de estúpidos al considerar que la política, como las campañas, se hacen en el año de elecciones y que la participación política del pueblo se simplifica al momento del sufragio. Recuerden, “revolución cultural”, “revolución espiritual”, “revolución pedagógica”, todo esto confluye en la “revolución política” real y de la que hablaría el comandante en el Golpe de Timón.
Repito, esto tiene que ser desde YA, ¿Qué se dificulta por la falta de recursos? Apelemos al Crowdfunding si las instituciones y los líderes, desinteresadas en enseñar al pueblo a gobernar y a hacer política, lo consideran un gasto y no deciden financiarlas –sabemos en realidad cuál es su miedo–. Incluso aprovecho la ocasión para resaltar la importancia que tiene ahora más que nunca este portal, Aporrea, verdadero corazón y espacio de encuentro para el espíritu Chavista en general, y que manteniéndose en pie como lo ha hecho durante estos 16 años, puede ahora servir como recurso para este nuevo resurgir del liderazgo Chavista, porque como dije antes, el Chavismo no ha muerto.
Aprovecho de darle una propuesta, además, a Aporrea, que antes que se vea obligada a ser financiada por algún ente en vías de ponerle el collar de la dependencia económica –aunque estoy convencido que no se prestarán para ello–, asuman los camaradas el compromiso de hacer de manera periódica una exposición de su situación, por ejemplo, cada dos o tres meses, de manera que los revolucionarios podamos mantenernos informados y podamos actuar consecuentemente ante la alarma de una situación delicada. Una vez ya corrió la alarma, lo recuerdo en varios artículos, pero aporrea no se manifestó corroborando dicha información, de haber sabido si era cierta, les aseguro que yo hubiese sido uno de los que sacaba del poco dinero que tuviera para aportar. No pueden, en su innegable discreción, depender únicamente del aviso que hacen de su autogestión financiera en el apartado “colabora”.
Volviendo al tema, aprovechemos la situación actual, donde las tradicionales figuras de poder deben administrar su triunfo y derrota respectivamente y por tanto no pueden dejar aflorar sus verdaderas intenciones, hay que aprovecharla para emprender esta re-unión del Chavismo y del pueblo en general en una dinámica dialógica y pedagógica, puesto que lo que vienen ahora son las “caricias” hacia el espíritu despierto y políticamente activo del pueblo Venezolano en general; como diría Facundo Cabral: “el hombre le hace caricias al caballo para montarlo”.
¡Desde ya!
Unidad, unidad y más unidad.
¡Viviremos y venceremos!
richard.ninob@gmail.com