La estafa más grande en los últimos tiempos políticos que vive Venezuela fue el tal “cambio” que la oposición le vendió a la gente. Nada tan errático y tan monumentalmente mentiroso como esa propuesta que atrapó a algunos quienes, muy equivocadamente, llegaron a pensar que con la oposición se podría conquistar algún beneficio para las mayorías, para el pueblo en general.
La oposición no cambia. Si hay algo que no se mueve en este universo mutante son las intenciones de la derecha venezolana. Sus planes son los mismos de siempre: la manipulación, la mentira, el engaño y de esta manera asirse de todo el poder político y social del país para poder concretar sus negocios con las riquezas ofreciéndolas al mejor postor internacional brazo de ese imperio capitalista transnacional. Así ha sido, así pretende serlo.
Durante la instalación de la Asamblea Nacional, muy senil por cierto, pudimos ver a principio varios fenómenos de exclusión que los caracterizan; por ejemplo: no le dieron participación a ningún joven ni ninguna mujer. Volvieron los dinosaurios de la política representativa, represiva y corrupta de los años 80, como su presidente Ramos Allup, de quien hay un largo historial punitivo y quien se gozaría en anunciar la suspensión de garantías constitucionales ese infausto noviembre del 89, cuando su padre político Carlos Andrés Pérez dio la orden de masacrar a un pueblo indefenso.
La oposición venezolana ha sido oprobiosa y asesina desde la llegada del comandante Chávez y el pueblo a Miraflores. Sus tretas han sido inmensas, constantes y nefastas. El golpe del 2002, el paro petrolero, los alzamientos militares de plaza Altamira, la anarquía generalizada, las guarimbas y ahora con esa guerra económica que ha logrado convencer a algunos incautos que han llegado a pensar, muy equivocadamente, que es el gobierno el responsable del acaparamiento, la escasez, el contrabando, el dólar today y el permanente ataque internacional a la patria y a la revolución bolivariana y chavista.
Fue así, junto a algunos desaciertos cometidos en esta inédita y pacífica revolución del pueblo, como cautivaron y captaron el voto y la desidia de algunos simpatizantes revolucionarios que ya se han empezado a dar cuenta que esta gente de la derecha es fascista y no representa los intereses de los más desposeídos, de los más necesitados.
Al pasar el tiempo, luego de la sentencia del CNE el pasado 06 de diciembre, ya hemos estado recibiendo llamadas, información, noticias de miles, miles y miles de seguidores del chavismo que están arrepentidos y que desde ya desean reincorporarse a las filas de los movimientos revolucionarios y de avanzadas que pese al revés electoral, seguiremos el camino de la justicia e igualdad social, de la inclusión y de la paz. Acá son bien recibidos, con la mayor de las cordialidades y la solidaridad que nos caracteriza, en las luchas de siempre.
CON SUMO AGRADECIMIENTO y fuertes convicciones revolucionarias, hemos culminado un periplo como asambleísta durante más de dos lustros. Una peculiar experiencia que ha permitido continuar madurando ideas y luchas populares que emergen como alternativa y solución a los grandes desastres económicos, políticos y sociales que amenazan al mundo entero; y unidos a las grandes rebeliones de los pueblos en contra del sistema capitalista – neoliberal que día a día intenta pulverizar las esperanzas de los más desposeídos. Nos asiste la verdad, la bondad y seguiremos construyendo patria desde el lugar que nos corresponda, desde cualquier trinchera estaremos al lado de los pobres, en las voces del pueblo, en las luchas de siempre.