¡Mosca ciudadanos que hay diablos que tienen uñas en las colas!

Hay que investigar antes de avalar con una firma a personas que dicen ser una cosa y no lo son, pero que sueñan con ir a la Asamblea Nacional Constituyente.

La viveza, considerada en Venezuela como esa velocidad que muestran algunas personas para aprovecharse de todo por buenas o malas prácticas y la hipocresía, que es una especie de farsa de capacidades o, como reseña el diccionario, de "…sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan", son terribles manifestaciones del ser humano que el periodista Arístides Bastidas (un colega que conocí y admiré) siempre odió, son un par de realidades que los ciudadanos deben hurgar muy bien antes que avalarlos con una firma para que se conviertan en constituyentistas.

Mi padre solía decir que hay que andarse siempre alerta frente a todas las realidades por aquello de que "Hay que cuidarse de mucho diablo que tiene uña en la cola", que no es otra cosa que estar ojo avizor con todos aquellos que andan apresurados y se venden como una cosa y no lo son, que prometen y no cumplen, que solo buscan una figuración, una manera de escalar para satisfacer su ego y quizá su bolsillo, metiendo cuñas.

Y es aquí donde las ciudadanas y ciudadanos tienen que mostrar sus opiniones, sus ideas y verle las caras a quienes suelen presentarse en plan de salvadores, auxiliadores, expertos o conocedores, aspirantes a lo que sea y al final de cuentas, nunca son nada.

Es más, nos acercamos a un proceso altamente rico en ideas, dinámico y patriótico, mientras estamos rodeados por regímenes que se burlan de los pueblos, de gobiernos que no les importan sus gobernados, que nunca les cumplen y el camino hacia la Asamblea Constituyente debe estar liberado de esas fuerzas negativas que se observan afuera, pero que también las tenemos dentro de Venezuela.

Por eso escribía que hay que hilar muy fino para no tener que estampar la firma en una planilla y favorecer a quien cree que se lo merece. Hay que firmar y apoyar a todos quienes se ocupan de la patria, de los trabajadores, de los campesinos, de los pescadores, de los agricultores, de los buenos maestros, de los universitarios decentes, de toda esa gente que tiene ética, que tiene un sentido moral infracturable. Es por esa gente por la que hay que firmar.

El otro espejo que podemos apreciar, para no caer en errores, es la panorámica que no está mostrando alguna gente de la oposición, donde algunos han llegado al extremo de traicionar al país en el que nacieron, con una gigantesca capacidad para mentir e ignorar lo que no esté de acuerdo con ellos.



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Pedro Estacio


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