A Eduardo Samán le temen no solo por su gestión honesta, sino por comunista, es decir, por revolucionario, que lo convierte en una amenaza para la burguesía parásita emergente que se disfraza con una camisa roja de marca, y por doquier divulgan que está loco. Igual que le ocurrió al Comandante Chávez cuando asumió el marxismo. No solo la oligarquía le decía que estaba loco, también lo comentaban personas civiles y militares muy cercanas a él.
El anticomunismo en Venezuela es de vieja data, creo que desde que nos invadieron las cabrias yanquis para chuparnos el petróleo por allá por los lados de Cabimas. Muchos camaradas del Partido Comunista de Venezuela (PCV), y todo aquel que parecía comunista, fueron perseguidos, presos y asesinados durante la huelga petrolera de 1936. La camarada Olga Luzardo militante del PCV y participante de la huelga nunca olvidó esos días de terror. En el documental Venezuela Petroleum Company pueden escucharla hablar sobre lo vivido.
El anticomunismo de los jefes yanquis de las petroleras fue sembrado tan hondo en el pensamiento de buena parte del pueblo venezolano, que en estos días se encontraba Samán dando una entrevista por radio y se le ocurrió decir que él no clasifica a las personas en clase media y clase más desposeída, como lo clasifica la entrevistadora, sino que él más bien percibe que entre la clase asalariada hay sectores medios, y que con la especulación esta gente de la noche a la mañana pasó a ser proletaria. Más vale que no camaradas. Hablar de la llamada clase media como gente que pasó a ser "proletaria" incomodó de tal manera a la entrevistadora que le pidió a Samán que no perdiera el tiempo hablando de proletarios y esas cosas. Es evidente que solo mencionar la palabra "proletario" como categoría económica de la teoría revolucionaria puede encender las alarmas y ser percibida como una amenaza para la sociedad de clases y el orden establecido. https://twitter.com/SamanEdu/status/935649049176285185
Ayer 1º de diciembre ocurrió un evento bochornoso en la entrada de la Sala 1 de Parque Central. Estaba pautado un Foro sobre ideas para un gobierno participativo con Eduardo Samán a las 9:00 a.m. Cuando se acercaron las personas que lo apoyan, lamentablemente se encontraron con que la sala estaba siendo ocupada por militantes de Unamujer y el PSUV. En las afueras, dirigentes del PCV y PPT, miembros del comando de campaña de Eduardo Samán, aseguraban que las autoridades de Parque Central les habían otorgado el permiso para esa hora y día. Se habló con las compatriotas del PSUV, pero no se logró que cedieran el espacio. Entonces Eduardo de manera pacífica decide entrar a la sala para hacer entrega de unos volantes a las y los militantes del PSUV, apelando a la diversidad de pensamiento que el partido que creó el Comandante Chávez profesa en sus discursos. Sin embargo, la intolerancia y la violencia se apoderaron del lugar, e impidieron que el candidato para la Alcaldía de Libertador pudiera expresarse libremente.
https://twitter.com/SamanEdu/status/936664849538568192
Entre las personas que apoyan a Eduardo Samán se encuentran jóvenes y no tan jóvenes militantes del PSUV descontentos porque no se hicieron elecciones democráticas sino que se impuso una candidata a dedo, la cual no es de su preferencia. Ellas y ellos temen además que si la derecha logra llevar a sus seguidores a los centros electorales el 10 de diciembre, la candidata impuesta por la dirigencia del PSUV no pueda garantizar la victoria, ocupando el enemigo de clase la Alcaldía del Municipio Libertador, centro del poder político de la nación, y poner a la revolución en un estado mayor de indefensión.
Finalmente Samán al calor de la lucha toma el megáfono y arenga a quienes lo siguen, sin miedo, sin rendirse, con tal determinación y fuerza, que nos hace recordar que la lucha de clases se libra en todos los espacios, incluso dentro del PSUV. A todo pulmón como para que no quedaran dudas de su condición humana, terminó su discurso diciendo: ¡Somos comunistas!