Ningún sistema político por mucho que adopte la democracia como su forma de gobierno, será suficiente para producir la mayor suma de felicidad y por lo tanto jamás se podrá considerarse un “gobierno de la felicidad”. ¿Por qué? Si una de las características que hace a una nación ubicarse en la línea como garante de la mayor suma de felicidad, es trabajar simultanea por la creación de una conciencia social. Que no es otras cosas, que una conciencia integral de los ciudadanos con su patria entre deberes y derechos. Cada individuo sabrá el contenido completo de la ley fundamental, es este caso de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela. Conciencia social, engloba todo, lo cultural, lo económico, lo jurídico, lo sociológico, lo ideológico, filosófico, ético y moral en lo que debe definir al venezolano como una exclusividad bajo imperio de las leyes y tradiciones, sin distinción de grupos. Imaginemos, a la gran mayoría de los venezolanos fortalecidos en la letra y la practica de estos principios. Creo, que en ese momento nuestros libertadores serian recompensados. Pero aun así, hacen falta plasmar otros aspectos esenciales en esta nueva etapa. Desafíos, visiones, proyecciones, elementos básicos para el buen y equilibrado funcionamiento del todo el engranaje de lo que significa un Estado, un nuevo país, sus instituciones y sus pueblos. Entiéndase, toda la nación. Claro esta, que hablo de la “justicia”, que no tan solo debe corresponder a los jueces, magistrados, fiscales, sino que es un deber y derecho de todos, con el apego moral en su ejercicio.
El mejor sistema, es y será en donde la justicia, su administración y aplicación sea el casi perfecto ejercicio de la actividad de cada ser humano. Nosotros los venezolanos, llevamos en las venas la hidalguía, la lucha por la libertad, que no solo es mera libertad sino que es una expresión de la justicia, la moral y el sacrificio de nuestros fundadores libertadores, en especial lo que esta grabado para siempre en las proclamas, cartas y discursos del libertador. Dé qué nos sirve, que la economía crezca, qué existan partidos políticos, si los cerros en todas sus expresiones no dejan de existir. Dé qué vale, nuestras riquezas materiales y recursos naturales, si sigue sin extinguirse y sancionarse la corrupción, al hombre miserable de la deshonestidad, independiente de su rol, responsabilidad, posición laboral ó condición social. Por tal razón, cuánto tiempo más debe pasar para resarcir los daños patrimoniales, morales y legales realizados en la cuarta. No es sed de justicia, es la necesidad de cura social, es el deber de cobrar una deuda para sembrar ejemplo, dignidad, un punto de partida enfocándose en otros valores, valores del hombre nuevo, que tanto necesita la patria.
Para ello, en el nuevo periodo gubernamental, la creación del Partido Unico (PSUV) debe cumplir con la meta de elevar la conciencia del venezolano en el proyecto bolivariano. Su esencia debe ser un manifiesto continuo del ejercicio de justicia, equidad, transparencia, honestidad en sus propuestas, promesas y ofrecimientos, aplicaciones y ejecuciones. No podemos aceptarlo como un instrumento de eficacia gerencial y dinámica laboral en lo político. Además, debe ser un mecanismo de transformación para el avance y desarrollo de la institucionalidad del partido de gobierno, y la enseñanza de los valores éticos. De cómo se debe entender el gobierno y sus acciones, con sus necesidades internas y externas. Sé del gran esfuerzo y empeño de muchos para alcanzar esa noble meta. Creo que la propuesta del partido unico debe estremecer la mata y el mango parasitario del cual muchos han estado adheridos como garrapatas, otros, cual camuflaje, oportunismo y por qué no, de traidores, solo a la espera del saboteo y clavar el puñal al proceso. La “U” de unidos debe permanecer en mayúscula. Los estorbos deben irse ó echárseles a un lado. Eso es parte, del ejercicio de hacer justicia. Si bien, 7 millones de personas apoyan al presidente, también hay otros 4 millones y 3 mas que por una u otra razón hay que comprometerlos y estimularlos a integrarse al desarrollo de la patria, que no se entienda “desarrollo” como crecimiento económico, porque no es un asunto de dinero, mercado o bienestar social. Es internalizar, actuar y practicar valores democráticos, verdaderos valores democráticos. Expresiones como “participativo y protagónico” no son meras casualidades o elementos propagandístico para atraer incautos, son expresiones con sentido, de demanda, de espacios. Solo la práctica, nos llevará por mejores senderos. Combinar Democracia con Justicia, es un acto de sentir el factor seguridad, confianza y credibilidad en la administración y aplicación de las leyes. Justicia en toda su manifestación republicana. Solo así, todos nosotros seremos benefactores y beneficiarios de la mayor suma de felicidad, para siempre. Chávez, es la oportunidad como guía para instaurar el modelo político más acorde con estas aspiraciones. Mecanismos como La Contraloría Social, Los Consejos Comunales, Los Bancos Comunales, Las Mesas de Agua, etc., son aplaudidos para ir poco a poco incrementando nuevos niveles de conciencia en la ciudadanía. Fuera del trabajo fundamental de fiscales y jueces.
Pero, qué pasa con los corruptos y criminales del pasado o del presente, la revolución no puede tener el dedo de la ignomia, ni temblarle de ineficiencia, no me refiero a casería de brujas, no, solo al acto ejemplar de la sensación de hacer justicia. Debemos reabrir todos los casos, el derecho positivo no puede sobreponerse al de la moral y la justicia. Ningún delito debe tener prescripción ni siquiera después de la muerte. Existe una pregunta clásica en materia judicial ¿a quién beneficia el crimen o delitos? La revolución adeuda al pueblo su aplicación sobre la JUSTICIA. No hay razón por la cual hoy, teniendo una Asamblea Nacional, un Tribunal Supremo, La Fiscalía General de la Republica y el mismo Gobierno Nacional se pasen 6 años jugando al quiquiriguiqui en materia de justicia. No descalifico sus palabras, pero dice el refrán popular: del techo al hecho hay un gran estrecho; hay un gran vacío y eso es fatal para el proceso revolucionario. No creo en esos actores políticos chavista que dice “hay que comenzar sin mirar al pasado, sin retaliaciones de ningún orden”. Pues, bien yo desde esta tribuna confirmo que tales expresiones son errores no deben tener cabida sino en los corruptos, ya que es su propia justificación o desidia ante un problema que jamás han sido administrado ni aplicado con eficiencia y eficacia. Los mas grandes ladrones y criminales de la cosa publica y de otros delitos viven fuera del país, o esa ridiculez de otórgales casa por cárcel, yo no lo acepto, pues sigue dándosele señales de debilidad y malos ejemplos al resto de la población. Solo a los ricos, los influyentes o a los poderosos se les otorgan estos “beneficios”. Eso no es impartir justicia sino venderla, taparla o desaplicarla. Podremos evolucionar en ciertas áreas, pero veremos a la nación cojeando en material de JUSTICIA. En lo socialista su gran pilar lo constituye la JUSTICIA.
Acompañemos, pues al presidente y al Fiscal General, con sus liderazgos, que dentro del marco de la mencionada reforma constitucional para el próximo año, aprovechar la oportunidad para que todos juntos tracemos estos caminos que tanto exigió nuestro libertador Simón Bolívar en su lucha por la libertad. Justicia, justicia y más justicia.
Siempre recuerdo estas palabras leídas en el Contrato Social de J. J. Rousseau: escribo estas líneas por que no soy ni magistrado ni príncipe. Si lo fuera, no me temblaría el puso para actuar o callaría para siempre.
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