Atención Sr. Néstor Francia

Señor Francia, quieren estas humildes líneas servir de agradecimiento y vaso conductor entre usted y las personas que puedan leerlas; comienzo dándole las gracias, pues la emoción que sentí al leer lo que usted expresa en la carta que se publicó en la página del partido, hicieron latir mi corazón de alegría, fue mucha la carga de adrenalina, sentí una emoción tan grande, que las lagrimas se atoraron en mi garganta pululando por salir, pensé: que bien un hombre tan preclaro y conocido ha podido señalar exactamente lo que yo pensé en la soledad de mi cuarto, [y estoy segura muchos camaradas sintieron] cuando mi muy querido y admirado presidente se refirió a los Partidos y dentro de ellos a mi partido, de forma a mi sentir y entender “poco respetuosa”, soy una comunista de casi treinta y cinco años de militancia, con una firme convicción y práctica socialista. Gracias Sr. Francia usted merece todo mi respeto. Yo amo a mi partido y es así, como usted lo señala, PCV, no son unas simples siglas, es una historia construida por hombres y mujeres, donde se ha luchado a brazo partido por nuestros ideales, es una historia de solidaridad, de sangre derramada, de sacrificios, de sustos, de golpes, de vejámenes sólo por ser comunista; son años ocupados en concienciar, en dedicarnos a la formación de cuadros, algunos fuera de este glorioso partido; pero que aun fuera, no puede negar lo que han aprendido en él. Este partido es, y se lo digo a quienes piensan lo contrario, en esencia democracia, aquí se discute, se disiente, se critica y nos auto criticamos, se respetan las bases y sus opiniones y al final, disciplinados aceptamos lo que decide la mayoría, lo cual se convierte en la línea del partido, es decir nosotros practicamos el Centralismo democrático. Que bien que un hombre de su trayectoria pueda decirle al mundo la verdad el “PCV no son tres letras, ni unas simples siglas, ni un color: es historia contemporánea de Venezuela, escrita con sangre”. Aquí la juventud, los militantes del partido las mujeres y los hombres trabajamos por Chávez y lo seguiremos haciendo, sin pedir nada a cambio. Mi amado presidente solo le pedimos Respeto, pues en efecto se equivoco y usted no se imagina como me sentí de triste, no importaron las caminatas ni los sacrificios de mi grupo de mujeres, de mis hijos de la juventud, de mi gente COMUNISTA, todo por cumplir con la tarea, cumplir con nuestra palabra con respecto a la campaña, pero ese día que se nos tildo de sopa de letras, sentí una bofetada, más lo disculpo, claro los hombres se equivocan, y es de sabios rectificar. Ah, y por supuesto nuestro voto fue para usted, esa fue la línea del partido.

wladinach@latinmail.com


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Elena Ibarra

Licenciada en Educación egresada de la Universidad de Carabobo, Doctora en Psicología Educativa y especialista en violencia de género

 ibarraelena@gmail.com

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